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El Ministerio Público Fiscal dio un giro en la investigación que está en marcha para determinar cómo fue que Ariel Goyeneche, un hombre de 38 años detenido por la Policía el 12 de febrero último, murió por asfixia mientras estaba en la vereda de la comisaría 2°, sobre calle Gualeguaychú, en Paraná.
La decisión de Fiscalía
El fiscal que lleva adelante el caso, Santiago Alfieri, resolvió la útltima semana no esperar más a que se expida la Gendarmeria y hacer los análisis toxicológicos en el laboratorio de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe. De momento, hay dos policías bajo investigación -los que trasladaron a Goyeneche desde el lugar de detención, en la zona de calle Luis Piedrabuena- hasta la sede policial. Aunque no se descarta la implicación de un tercero.

“A fin de dar continuidad y eficiencia a la investigación penal preparatoria, considerando el plazo transcurrido entre la fecha de la disposición original -15/2/2024- y la actualidad, estando recientemente en conocimiento que la Gendarmería Nacional Argentina, según el subcomandante Báez, no cuenta con personal bioquímico en sus laboratorios, a fin de evitar más demoras”, dispuso el Ministerio Público Fiscal, solicitar “la colaboración de la Secretaría de Gobierno de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe” para analizar las muestras tomadas a los dos agentes de la Policía sometidos a investigación de alcoholemia y “screening de drogas de abuso”.
Detalles del caso
En la madrugada del lunes 12, de febrero Ariel Goyeneche estaba en estado de exaltación: sentía que lo perseguían para matarlo. Se subió a los techos de una vivienda de calle Luis Piedrabuena -paralela a Avenida Ramírez- y sus movimientos alertaron al dueño de la casa que, de inmediato, llamó al 911.

Un móvil policial respondió al llamado. Ariel Goyeneche no opuso resistencia: bajó, se subió al patrullero y les relató a los policías que lo perseguían, que estaba en peligro, que alguien quería matarlo. Le dieron trato de delincuente -solo había cometido un hecho menor, invadir una propiedad privada- de modo que fue esposado y llevado a la comisaría de la jurisdicción, la Segunda, sobre calle Gualeguaychú.

Ariel Goyeneche murió pidiendo auxilio en la puerta de la Comisaría 2ª, tirado en el piso. Murió por asfixia. La familia denunció maltrato y violencia.

«Desde un primer momento, en la primera intervención de la Fiscalía se reunió el testimonio de la persona que pidió a la policía en auxilio, quien ratifica el primer momento del episodio. Un episodio un tanto confuso que ameritó la intervención policial por la División 911 con el Comando Patrulla y también por la comisaría de la jurisdicción. Con una invasión por parte de Ariel de la propiedad privada en los techos. Y, a partir de ahí, el traslado, según dijo el testigo, le fue explicado en ese momento, él bajó del techo y entendió lo que se le estaba explicando. Accedió al traslado policial, acató esa indicación sin resistencia, eso está plasmado en el informe y se corrobora con los dichos de este civil ajeno al interés policial, quien ratifica que estaba exaltado, pero que en ese momento accedió. Estamos analizando y lo va a hacer Gendarmería, las modulaciones de radio, los llamados telefónicos efectuados, los pedidos de ambulancia, se están recabando ahora buena parte de las cámaras de todo el recorrido que se encuentran disponibles, con eso y con la ubicación de GPS del móvil se va a poder establecer el trayecto, el ritmo de este trayecto, y esto acompasado con las imágenes de video que se tengan de las cámaras de seguridad, se va a poder reconstruir todo lo que es el traslado», ha dicho el fiscal de la causa, Santiago Alfieri, de la Unidad Fiscal de Violencia Institucional.

Hay dos policías imputados por la muerte de Ariel Goyeneche, un hombre de 38 años, padre de una niña de 12, con consumo problemático de sustancias. Analía Goyeneche, su hermana, planteó de forma cruda que no tuvo tratamiento de paciente de salud mental sino de delincuente.

«Ariel era persona muy buena, un ser especial. El que lo conoce sabe la luz que tenía. Era uno como cualquiera de nosotros: trabajador, con amigos, y tenía una enfermedad, que es la adicción. Es una enfermedad, hablemos en esos términos. Él ha hecho muchos tratamientos para poder superar eso. Pero ha estado bien, y recaía. Tenía recaídas. Esta fue una recaída de Ariel y nosotros consideramos que si la Policía hubiera actuado correctamente aplicando los protocolos que corresponden se podría haber evitado totalmente esta cuestión», contó su hermana el jueves 15, el día en el que lo velaron.
Acusaciones contra policías
Los efectivos policiales imputados -de momento no se cumplió la audiencia de imputación- son un cabo y un sargento, con edades entre 25 y 35 años. “Están muy dolidos. Apesadumbrados. No querían que pase esto. De hecho, al hermano de uno de ellos le pasó lo mismo hace un tiempo. También sus hijos los interrogan sobre lo que ocurrió”, dijo el ministro de Justicia y Seguridad, Néstor Roncaglia. “No son asesinos ni torturadores. Tuvieron un resultado fatal que no buscaron”, puntualizó.
Fuente: Entre Ríos Ahora

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