A la par, el letrado que investiga lo que sucedió aquella jornada en la que Fabiani desapareció luego de recalar accidentalmente en el campo de un hombre llamado Julio Lodi, ya tiene en sus manos las pericias realizadas sobre al menos seis teléfonos celulares: el del propietario de la estancia, el de los cuatro agentes de la División Abigeato que asistieron ante su llamado y el de un quinto uniformado que trabaja en la Comisaría de Bovril. La prueba es fundamental para echar luz sobre alguna posible responsabilidad en la ausencia del hombre oriundo de Santa Fe.
La otra evidencia que será central en la investigación se enfoca en las camionetas de la Policía, que cuentan con un dispositivo denominado Geotrack, que permite realizar un seguimiento pormenorizado de cómo se mueven las unidades, dónde se detienen y cuánto tiempo están paradas. Por otro lado, se aguardan novedades en torno a las imágenes de la cámara de seguridad del tanque de agua del campo de Lodi, pericia que quedó en stand by luego de conocerse que el software necesario para el análisis había quedado sin efecto por una no renovación de su licencia por parte de la anterior gestión de Omar Perotti en Santa Fe. Según supo este medio, será el Ministerio de Seguridad quien se ocupe de acelerar el trámite o solicitará la actuación de la delegación local de la Policía Federal Argentina (PFA).
Días atrás se estipuló una suma de $5 millones como recompensa para quienes aportaran datos sobre el paradero de Fabiani. AHORA conoció que, hasta el momento, la importante suma ha servido sólo para que se multipliquen llamados con denuncias con escaso o nulo sustento en la realidad.