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Pedro con el Papa Francisco
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Nació en Victoria, se ordenó sacerdote en 2008, y en 2012 ya ocupaba un cargo a nivel nacional. Viaja todas las semanas, y se aloja en la parroquia San Nicolás de Bari, en Buenos Aires, donde también oficia misa y atiende confesiones. Rehusó ocupar la residencia para sacerdotes, para no perder contacto con la gente.

Pedro Brassesco fue periodista, estudió Comunicación Social en Paraná, condujo la primera mañana de LT 14, dirigió la AM de Concordia y en 2001 volvió a su ciudad, Victoria, a trabajar en lo que sabía hacer: periodismo.

Fue ese año cuando empezó a pensar en ser sacerdote, un pensamiento que había tenido cuando adolescente, mientras cursaba la secundaria, aunque ahora la cuestión se le planteaba siendo adulto.

Lo charló con amigos, creyentes, agnósticos, y se lo planteó al cura tercermundista Elías Musse, de Victoria, y de a poco fue convenciéndose que el sacerdocio era lo que le esperaba por delante.

Se hizo cura, en 2008. Su primer destino fue la Parroquia San Antonio, de Gualeguay, adonde alcanzó a ser párroco, y allí permaneció hasta principios de 2014, cuando fue trasladado a la Parroquia San José, como vicario, sin responsabilidad de párroco.

El cambio vino con una designación: en marzo empezó a trabajar “temporariamente” en la secretaría general de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), aunque en noviembre fue confirmado, y por los próximos tres años.

Brassesco es subsecretario ejecutivo, por debajo de un cargo que sólo puede ocupar un obispo, el secretario general Carlos Humberto Malfa, prelado de Chascomús.

Proyección. En 2012, había alcanzado su primer nombramiento nacional.

Ese año fue designado secretario nacional de la Pontificia Unión Misional (PUM), una de las organizaciones que conforman las Obras Misionales Pontificias (OMP).

Luego de su acceso al Episcopado, sigue manteniendo esa función, por lo cual durante tres días a la semana se traslada desde Gualeguay a Buenos Aires, donde reside en la Parroquia San Nicolás de Bari.

Desde esa nueva función no sólo atiende asuntos que tienen que ver con la organización de las asambleas plenarias del Episcopado o las reuniones de la comisión permanente, sino que ahora está trabajando en dos cuestiones de relevancia: el traspaso de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) de su dependencia actual, el arzobispado de Buenos Aires, a la Conferencia Episcopal, y la cobertura de la función de vocero de los obispos, cargo que hasta noviembre estuvo bajo la responsabilidad del sacerdote Jorge Oesterheld.

En forma previa, la conducción del Episcopado encargó a la consultora Open Group una tarea de evaluación de la situación de AICA y también un diseño de una política comunicacional de los obispos.

Brassesco dice que el trabajo de esa consultora será temporario, y que concluirá con una serie de recomendaciones que después el Episcopado evaluará.

En el caso de AICA, además, está a la búsqueda de un nuevo director, por cuanto su actual responsable, Miguel Woites, tiene más de 80 años.

“La tarea no es sólo pasar la agencia AICA del arzobispado de Buenos Aires al Episcopado, sino también definir misiones, y establecer qué rol tiene, y qué función cumple la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal, y nombrar también un director ahí, además”, dijo Brassesco.

–Tenés experiencia en el manejo de los medios a partir de tu trabajo en el obispado de Gualeguaychú. ¿Podrías asumir esa misma función en el Episcopado?

–No. Yo fui para ser subsecretario. Sumar más tarea sería acumular funciones. Lo mejor sería que cada uno cumpla el rol que le corresponde. El vocero del Episcopado tiene que ser una persona nombrada por la comisión ejecutiva, alguien de confianza. Yo puedo trazar el perfil de esa persona, dar algunas pautas, pero nada más. Estoy trabajando en eso. Y con la ayuda de una consultora que se contrató, que hizo una auditoría de gestión de la agencia AICA, que va a mostrar en qué situación está, no sólo desde lo financiero, también en lo comunicacional. Esta consultora, que va a trabajar hasta noviembre, está ayudando en esa tarea. También asesora en el rearmado de la oficina de prensa.

Llegada. Brassesco accedió al cargo en el Episcopado por invitación del titular de Pastoral Social y obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano.

Cuando accedió a esa función, el cargo que ahora ocupaba estaba vacante, tras el alejamiento del anterior subsecretario ejecutivo, el obispo de Orán, Salta, Gustavo Oscar Zanchetta.

En marzo de 2014, la anterior conformación de la comisión permanente del Episcopado se planteó la necesidad, antes de la renovación de autoridades de noviembre pasado, de conformar un equipo permanente en la secretaría ejecutiva. “Ellos querían armar un equipo más estable, que permanezca al cambio del secretario general, que siempre es un obispo. Es decir, un equipo que le diera continuidad a los temas sobre los cuales se venía trabajando”, contó.

Así, en la búsqueda de una persona que cubriera el cargo de subsecretario ejecutivo, dice Brassesco, “Lozano me propuso. Pero me propuso el cargo con la idea de que no abandonara mi tarea pastoral. Tres días paso allá, en Buenos Aires, y el resto de la semana estoy en Gualeguay, cumpliendo actividades pastorales, relacionándome con la gente. Yo ahora soy vicario, ya no soy párroco. No tener a cargo una parroquia me ha liberado de un montón de cosas; de otra forma no podría cumplir con todos los compromisos”.

–¿Cómo es ese reparto de días de la semana entre Buenos Aires y Gualeguay?

–Entre lunes y miércoles estoy en Buenos Aires, en la Parroquia San Nicolás de Bari. El acuerdo fue no ir a la casa del clero, que es casi como un hotel, sino seguir en contacto con la realidad pastoral, oficiando misa, confesando gente mientras estoy en Buenos Aires. Y de jueves a domingo estoy en Gualeguay. El hecho de estar en actividad pastoral, no dejar eso, te permite estar en contacto con la realidad de la iglesia desde el llano. Y la otra actividad, en el Episcopado, te da una dimensión de la iglesia en Argentina, con todas sus diversidades. Eso es enriquecedor. Esa tarea yo la tomo como me la propuso Lozano: como un servicio, y no como una carrera, que es como se daba más antes.

–¿Hasta cuándo es el nombramiento?

–Cuando acepté el cargo que me propusieron, se planteó la aceptación con mucha libertad. Si yo me sentía cómodo y si ellos estaban conformes con mi trabajo, iba a continuar. Es decir, con amplia libertad de irme. Ahora en diciembre, con la renovación de autoridades en el Episcopado, me confirmaron en el cargo por tres años.

AL MARGEN

Quién es. Pedro Brassesco nació hace 41 años en Victoria, Entre Ríos. Ejerció el periodismo hasta 2001, cuando abrazó la vocación sacerdotal. En 2008 se ordenó cura, y en 2012 ya había alcanzado un rol nacional, con su trabajo en Obras Misionales Pontificias.

Desde 2014 ocupa la subsecretaría ejecutiva del Episcopado.

A la vez, cumple funciones pastorales en la Parroquia San José, de Gualeguay, y retiene su función de encargado de prensa en el obispado de Gualeguaychú.
Fuente: El Diario

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