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Después de semanas de postergaciones, con claros elogios a su asesor en desregulación, Javier Milei le tomó juramento como ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, en un acto formal en el Salón Blanco de la Casa Rosada al que asistió todo el Gabinete, incluido el ministro de Economía, Luis Caputo, pero faltó el asesor principal del Presidente, Santiago Caputo, que también había pujado para limitar las atribuciones del flamante funcionario.

El evento se confirmó sobre el filo, hoy a la mañana, pero en la previa hubo dudas sobre si se realizaría con toda la pompa o se limitaría a una publicación en la Oficina del Presidente Electo. Al final ocurrió lo primero, y fue prácticamente todo el Gabinete, así como los líderes del Congreso y la familia de “Fredy”, que ocupó distintos cargos y fue presidente del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri pero por primera vez es ministro.

La ceremonia se atrasó media hora y fue muy breve y formal, como se esperaba, pero Milei se mostró especialmente de buen humor. En un pasaje, el escribano de la jura cometió un error con el horario, y el jefe de Estado bromeó: “Voy a ajustar también los relojes”. Y apenas antes de tomar juramento, dijo al micrófono: “Qué lujo me estoy dando”, en referencia a la incorporación del “coloso” al Gabinete. Luis Caputo observaba junto al resto de los funcionarios desde la primera fila. Y apenas bajó de la tarima, el jefe de Estado se aproximó a su ministro de Economía, que estaba apenas levantándose de su silla, y lo abrazó efusivamente. Después hizo lo propio con Diana Mondino, con Francos, y con varios funcionarios más.

En la primera fila a la derecha, donde les tocaba ubicarse a los funcionarios, estaba la hermana del Presidente, Karina Milei. Y justo a su lado, la canciller Diana Mondino (quizá una señal de que seguirá en su cargo después de los rumores de que estaba disconforme con su gestión). En los lugares de mayor relevancia estuvieron el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, publicó Infobae.

Detrás, los ministros de Defensa, Luis Petri; de Seguridad, Patricia Bullrich; de Capital Humano, Sandra Pettovello, de Justicia, Mariano Cúneo Libarona; el secretario de Turismo, Daniel Scioli; el de Interior; Lisandro Catalán, su par de Gabinete, José Rolandi, el de Salud, Mario Russo; el procurador, Rodolfo Barra; el secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo; y el vocero presidencial, Manuel Adorni. También se sumó, sobre la hora, la diputada y amiga de Milei, Lilia Lemoine.

Parado, detrás, se ubicó el asesor del entorno de Karina, Eduardo “Lule” Menem, con miembros del equipo de comunicación en redes de Milei que trabajan en el Salón de los Próceres que conduce Santiago Caputo. De su entorno y confianza también estaba la secretaria de Planeamiento Normativo, María Ibarzábal.

En la ceremonia se disimularon las demoras, intrigas y vaivenes que atravesaron el proceso de organización y creación del ministerio, generadas a partir de las incomodidades que generó el arribo de Sturzenegger al Gabinete por algunos de sus futuros colegas que, a pesar del respaldo del Presidente, temían a que su “voracidad” y sus modos de administrar “a todo o nada” pudieran perjudicar la gestión.

Caputo nunca habló ni a favor ni en contra de Sturzenegger, pero entre ambos se arrastra una rivalidad subterránea desde el gobierno de Macri, que se cristalizó entonces en la sucesión en el Banco Central y continuó. De todas formas, el arquitecto del ajuste y líder de la política monetaria se sentó en la primera fila, a diferencia de su sobrino, Santiago, que también tenía una mirada crítica sobre la nueva designación.

Una vez más, Francos, que sí estuvo en el acto en el Salón Blanco, intentó poner paños fríos en la disputa. La semana pasada había estado reunido con “Toto”, con quien tiene una relación muy fluida y a quien cedió las empresas públicas que funcionaban bajo su órbita, en las que estaba especialmente interesado el autor de la ley Hojarascas. Pero ayer convocó a Sturzenegger en su despacho en la planta baja para ajustar detalles de su llegada, aunque ambos cuidaron de no revelar qué se dijeron en la intimidad. El futuro ministro, a su vez, pasó a saludar brevemente al jefe de Gabinete, José Rolandi, que también le dio la bienvenida en el salón Martín Fierro del primer piso de la Casa Rosada.

Milei le explicitó su respaldo en repetidas ocasiones a su ministro de Economía “rockstar”, pero no habló en persona aún sobre la crisis de los mercados que se desató a partir de los anuncios de Caputo post- aprobación de la ley Bases. Y en Balcarce 50 aseguran que había malestar en la cúpula libertaria por esa movida fallida de Hacienda que trajo una tensión fiscal innecesaria. Puertas afuera, Adorni minimizó una y otra vez la caída de los bonos y las acciones y la suba del dólar, mientras crecían las versiones de que Sturzenegger, en realidad, peleaba por su puesto. “Toto está firme”, repetían en Gobierno.

En la Presidencia intentaban disimular las desavenencias internas inclusive hoy. Poco antes del horario de inicio de la ceremonia aún se debatían sobre si permitían o no el acceso a la prensa. “Se está negociando”, era la única explicación que daban. Karina Milei ya había impedido a los periodistas acreditados que asistieran a la jura de todo el Gabinete, en diciembre, y a la de Guillermo Francos, en junio, pero cerca de las 16 terminaron informando que permitirán que se cubra.

Después de la especificación del alcance del Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, cuyo nombre y atribuciones salieron publicadas en el Boletín Oficial, no está claro dónde atenderá Sturzenegger, que hasta ahora trabajó en el segundo piso de la Casa de Gobierno. Algunos dicen que se quedará en el corazón del poder. Otros, que repartirá su tiempo entre la Casa Rosada y un edificio de la Jefatura de Gabinete en avenida Diagonal Norte.

En esas oficinas (conocidas como “de Shell” porque pertenecían a la petrolera) había funcionado durante la era Macri el ministerio de Modernización de Andrés Ibarra del cual Sturzenegger, justamente, quiere diferenciarse. De hecho, al momento de anunciar la creación de la dependencia, Milei la había denominado de la misma manera, hasta que la semana pasada trascendió que lo cambiarían por uno totalmente distinto.

En el inmueble opera, también, la Secretaría de Relaciones Parlamentarias, un área considerada “menor” en la administración nacional. “Fede se quiere quedar acá”, deslizaron en Balcarce 50, sin poder confirmarlo. Esté donde esté, dicen que Sturzenegger abandonaría el bajísimo perfil que adoptó desde que empezó el Gobierno, y podría empezar a divulgar sus actividades, ahora que es ministro. Eso sí, deberá consultar con Hacienda todas las decisiones que impliquen presupuesto, principalmente el pago de indemnizaciones por despidos, una de las claves de su plan de gestión.
Fuente: Infobae

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