Se elaboró un documento, presentado ayer pero que será acercado este lunes a las autoridades del área, en el que se expresa la necesidad de que “se arbitren los medios necesarios para que nuestros hijos/as concurran de manera presencial, regular y continua de lunes a viernes a la escuela, dado que la información obtenida de Unesco, Unicef y OMS dan cuenta que las escuelas no son el principal factor de transmisión en la comunidad si se aplican medidas de mitigación y además de que se ha iniciado la vacunación en docentes”.
“Desde el comienzo de este ciclo lectivo en Entre Ríos, a saber 1 de marzo de 2021, se han construidos burbujas para garantizar la presencialidad de los niños, niñas y adolescentes en las aulas y así contar con una digna educación. Pasados 27 días nos encontramos con una triste y dolorosa realidad de lo que está sucediendo. Los niños/as y adolescentes no tienen presencialidad en la mayoría de los casos y en las semanas que les correspondería la ‘virtualidad’ nos encontramos con trabajos prácticos y algunos Zoom, dependiendo el docente, de 30-40 minutos, lo cual no cubre lo que sería la currícula escolar, provocando un grave daño en la educación y bienestar emocional de nuestros hijo/as”, señala el escrito.
“El supuesto sentido de las burbujas, que sería que los niños/as y adolescentes, concurran a la escuela con la menor probabilidad de contagio, no se está dando porque directamente los chicos no han asistido con la continuidad que se espera. Los paros y los erróneos criterios sanitarios no hacen otra cosa que continuar vulnerando el derecho a la educación de nuestros hijos/as”, se indicó.
Atento a lo expuesto se solicita “garantizar la presencialidad de manera regular; el cumplimiento de la currícula sin excusas; evaluar la realidad de cada institución educativa que permita la conformación de pautas específicas y criteriosas para que la vuelta a clases; suspender el dictado de clases de manera excepcional y que no sea la regla como viene sucediendo; dejar de colocar a los niños en un lugar de objeto de reclamos, donde los paros docentes no hacen otra cosa que vulnerar el derecho a la educación; los sindicatos docentes deberán buscar y analizar otras alternativas de lucha; ordenar y estructurar las rutinas diarias en el dictado de clases, tanto de manera presencial como virtual; colocar a la educación como un pilar fundamental y prioritario a tratar, considerarla como una actividad esencial en el marco de la pandemia; evitar la deserción escolar con herramientas de facilitadoras, siendo la presencialidad una de las más utilizadas a nivel mundial”.