“No hay una mirada optimista hacia el futuro. Nosotros hace mucho tiempo que lo venimos diciendo, que la economía funciona por expectativas y la expectativa en nuestro país lamentablemente hace mucho tiempo que dejó de ser algo optimista”, comenzó diciendo.
A esa primera definición, la sostuvo contrastando cifras: “Seguimos invirtiendo, seguimos hundiendo capital en Argentina para seguir adelante y mantener la fuente de trabajo. Argentina en el Siglo XX representaba el 27% del PBI de América latina, hoy apenas estamos en el 9%. Todos los días estamos un poquito peor”.
En ese contexto, el dirigente oriundo de Concordia invitó a leer “La Rebelión de Atlas” a quienes “no entienden que la actividad privada es el motor fundamental de cualquier Nación”.
“Un país se desarrolla fundamentalmente con el sector privado. Es imprescindible el sector privado. Hoy en Argentina el sector privado, en términos de relación de empresas cantidad de habitantes, es el más bajo de la región. Habrá empresarios que son mejores, otros que no son tan mejores, pero el 90% de los empresarios argentinos son honestos, trabajadores, que dan puestos de trabajo a millones de trabajo. Acá eso no se lo respeta, la culpa la tiene siempre el empresario”, argumentó.
Por otra parte, el presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios aseguró que “no se trata de un Estado más fuerte o menos fuerte, se trata de un estado eficiente”.
“La presión tributaria en Argentina es tremenda, anda alrededor del 35%. En 20 años la presión tributaria creció 15 puntos porcentuales. Lo único que se les ocurre a los políticos de todas las clases, porque lo mismo pasó con el gobierno anterior: recuerde cuando hicieron una reforma por Ingresos Brutos, pusieron un techo de 5%. Había muchas provincias que estaban muy abajo de ese 5% y automáticamente se fueron al techo. Son todos pícaros. Los políticos son así y no quieren pagar costos políticos”, acusó.
Y, en esa misma línea, Grinmann advirtió: “Los empresarios no somos culpables de la declinación que tiene el país”.
