"Hermanos y hermanas, acabamos de rezar a la virgen María. Esta semana, la ciudad que lleva su nombre, Mariúpol, se ha convertido en una ciudad mártir de una dura guerra que devasta Ucrania", afirmó el pontífice a los fieles desde la ventana del Palacio Apostólico.
En Ángelus anteriores, el sumo pontífice había denunciado que en Ucrania “corren ríos de sangre y lágrimas”, al referirse a la masacre provocada por la invasión rusa.