Eso dijeron exactamente dos años atrás, en junio de 2012, en un acto con pompa y circunstancia, en el Teatro 3 de Febrero, con la presencia de todos y todas, el gobernador Sergio Urribarri, la intendenta Blanca Osuna: Paraná tendría un Estadio Único, ese Estadio Único se levantaría en la zona del Brete, donde antes estuvo la Escuela Granja Municipal, y que todo tendría la envergadura de circo romano: capacidad para 35.000 personas, un costo de 1.000 millones de pesos. El predio, según el proyecto oficial, ocuparía una superficie de 60 hectáreas y contaría con un estadio multieventos cerrado para actividades vinculadas al básquet, al hándball y al tenis, y para encuentros artísticos, y para empezar con todo eso, en el Boletín Oficial del 23 de octubre de 2012, se publicó el Decreto Nº 2909 de fecha del 29 de agosto, del Ministerio de Planeamiento, Infraestructura y Servicios, que informó de una modificación presupuestaria con el objetivo de atender los gastos de estudios y proyectos para la construcción de la obra Centro multieventos y nuevo estadio en la ciudad de Paraná.
Y para eso transfirieron cinco millones de pesos, que iban a ser destinados a la atención de esos gastos.
El Poder Ejecutivo previó invertir en esa obra un total de 1.057.936.000 pesos, en tres etapas: en el ejercicio actual se ejecutarán hasta 407.008.000 pesos, en el ejercicio 2014 un desembolso de 467.173.000 pesos y el resto en 2015, unos 183.755.000 pesos. Ahora, de todo eso, no hay nada.
Ni se taló un árbol, no se levantó una hilera de pared, no se puso una placa: nada.
Encima, los tiempos corren: la Municipalidad donó el terreno de la Escuela Granja para el Estadio Único, pero esa donación tiene fecha límite: si en un plazo de 42 meses no hay nada, la parcela donada vuelve a patrimonio municipal, y entonces habrá que olvidarse ya para siempre del sueño de aquel estadio monumental.
El secretario de Planeamiento de la administración Osuna ha reiterado una y otra vez: Es una donación con cargo para construir el estadio único por un plazo de 42 meses, durante cuyo plazo tiene que comenzar a construirse el estadio porque si se vence ese tiempo y no se ejecuta el cargo el dominio retorna al patrimonio municipal.
Pasaron dos años, 24 meses, y nada.
Repasaron los discursos de los concejales que hablaron en aquella sesión del Concejo en la que se aprobó la sesión del terreno es meterse en el túnel del tiempo, de modo voraz.
La edil Alicia Portillo (Bloque Eva Perón), por ejemplo, dijo que se trata de una realización impensada para muchos y cuyos beneficios en distintos aspectos, beneficiarán no solamente a Paraná sino a la provincia. Y la radical Roxana Villagra, opinó que esta obra traerá a la ciudad crecimiento y progreso.
Entonces, todos se habían fijado una meta: la meta era que en 2013 pueda ser inaugurado parcialmente el Estado Único. Un año después, nada.
"Paraná y el estadio de los sueños"