La magistrada le impuso una pena de un año y diez meses de prisión de ejecución condicional por haber desobedecido una orden judicial. Además, tres prohibiciones: la de acercarse a su expareja en un radio de 200 metros, la de efectuar actos molestos hacia ella y su grupo familiar y la de usar estupefacientes o abusar del consumo de bebidas alcohólicas durante el lapso establecido para la pena.
En la sala de audiencias de los tribunales de Colón estuvieron presentes, la fiscal Micaela Di Petroro, el abogado Omar Zamora y su defendido. Lo hicieron guardando el distanciamiento social y disponiendo de elementos de higiene, conforme las pautas de trabajo durante la emergencia sanitaria establecidas por el Superior Tribunal de Justicia.
La jueza presidió la audiencia desde su domicilio, a través de un enlace dispuesto por el Área de Informática Jurídica, siendo asistida en la sala por el secretario y encargado de la Oficina Judicial, Mariano Guy.
La realización de un juicio abreviado para los casos de violencia de género, durante la emergencia sanitaria, fue contemplada por la Sala Penal del Poder Judicial de la provincia.