Recordó, en la extensa carta dada a conocer este miércoles de cenizas, que “la Cuaresma es el tiempo litúrgico que la Iglesia nos propone para disponernos a celebrar la fiesta principal de nuestra fe, la muerte y resurrección de Jesucristo y la renovación de la gracia bautismal”.
El lema pastoral
“¡Es ahora! Con la alegría de Cristo, al corazón del hermano”, recordó que es el lema pastoral elegido en julio último y para el período 2025-2028. “Este lema, fruto de la oración, del escucharnos mutuamente, del dialogar, discernir y decidir, quiere animar la tarea evangelizadora en nuestras comunidades”, aseguró y agregó que “es el lema que nos identifica como Diócesis y quiere entusiasmarnos en la misión evangelizadora”.Posteriormente, en la misiva a la que accedió El Entre Ríos, reflexionó sobre ese “es ahora”, que habla de la urgencia de la misión y de la frase “con la alegría de Cristo”, en referencia a que “estamos llamados a anunciar y testimoniar una profunda experiencia del amor Salvador de Jesús”.
“Para llegar con convicción creyente ‘al corazón del hermano’ primeramente tendremos que haber hecho nosotros la misma experiencia de los discípulos de Emaús. Solo escuchando y meditando las palabras de Jesús, y habiendo ‘sentido’ su amor en nuestro corazón, podremos anunciar el Evangelio ‘al corazón del hermano’”, enseñó monseñor.
Las 3 metas pastorales
Inmediatamente después, trazó las metas pastorales de la Diócesis para los años 2025 -2028. Recordó que en la Asamblea de noviembre último fueron elegidas tres metas, que “expresan lo que la Iglesia diocesana de Concordia desea alcanzar al cabo de cuatro años de trabajo pastoral”.“Son las comunidades, los movimientos, los servicios y áreas pastorales las que tendrán que decidir comunitariamente qué acciones u objetivos, realizables en un determinado tiempo, posibles y evaluables, podrán realizar para encaminarnos hacia la consecución de cada una de las metas elegidas”, enfatizó y pasó explicar cada una (tal como puede verse en el documento que se adjunta). La primera meta es: “AFIANZAR el acompañamiento y REVITALIZAR todos los sectores parroquiales PARA generar procesos de encuentro, propiciar la escucha, valorar a cada integrante de la comunidad y como hermanos, ser una Iglesia viva, sanadora, en comunión y participación” responde al clamor “El Pueblo de Dios clama ser escuchado”
Otra meta es: “TRANSFORMAR nuestras actitudes, a la manera de Jesús, PARA llevar la Buena Nueva a las distintas realidades que nos interpelan” es la meta que responde al clamor “Clamamos ser una Iglesia en salida, necesitada de una profunda conversión, que acoge y acompaña”.
Por último, la meta “FAVORECER y ACOMPAÑAR la participación activa de los jóvenes por medio de la acción misionera PARA que puedan experimentar la vida en plenitud que nos regala Cristo y vivan la pertenencia a la comunidad” se quiere responder al clamor: “Los jóvenes claman ser escuchados, aceptados como son, acompañados y tener participación activa”
Para finalizar, deseó un bendecido año pastoral y una feliz Pascua de Resurrección. “Seguramente el Espíritu del Resucitado nos mostrará los caminos para que en todas nuestras comunidades sintamos la urgencia de anunciar la Buena Noticia de Jesús. Que María Inmaculada de la Concordia, discípula y misionera, nos acompañe, porque, “¡Es ahora! Con la alegría de Cristo, al corazón del hermano”, cerró enviando un abrazo fraternal.