De a poco, las voces de preocupación han comenzado a cobrar más y más fuerza, tanto del lado argentino como del uruguayo. La incertidumbre y el temor se agigantan por un acuerdo de “confidencialidad” firmado entre el Estado uruguayo y la empresa, que impide el acceso de las comunidades a toda la información necesaria para dimensionar con exactitud lo que está en juego. La Justicia uruguaya falló en contra de ese secretismo y obligó a publicar los datos ambientales. Es más, impuso una multa diaria y ni aún así la información ha sido transparentada.
“Si lo poco que conocemos nos preocupa, lo que se está ocultando nos preocupa muchísimo más”, razonó Carlos Serrati, uno de los referentes de la Multisectorial Somos Ambiente de la Costa del Río Uruguay, en diálogo con el programa Despertá con Nosotros, por Oíd Mortales Radio.
La multinacional que acelera los pasos para sentar sus reales en la zona es HIF Global. Según han resaltado desde la Municipalidad de Paysandú, la inversión ascendería a 6.000 millones de dólares y sería “la más importante en la historia del Uruguay”, incluso superior a la de Botnia en Fray Bentos. El intendente Nicolás Olivera –ahora de licencia- ha dicho que habrá “un antes y un después en Uruguay”, y auguró que todo el país se “abrace” a la economía del hidrógeno. ¿Sólo para Paysandú habrá una tajante divisoria entre ese antes y ese después? ¿O también Colón vivirá una bisagra en su historia? Y, en tal caso, ¿cómo sería ese “después”?, ¿mejor o peor que el presente?
Preocupados por ese futuro, cada vez son más los actores que piden lisa y llanamente la “relocalización” de la planta de hidrógeno, mientras demandan a las autoridades municipales, provinciales y nacionales que se involucren y actúen.
Mucho más cerca de Colón que de Paysandú
Un primer dato insoslayable y por demás elocuente no es opinable y tiene que ver con las distancias. El lugar elegido para levantar la planta, precisó Serrati, “está a apenas 3000 metros de Colón”, exactamente enfrente de la ciudad balnearia, mientras que respecto de Paysandú la separan 8 a 10 kilómetros. Por ende, varios de los cambios que provocaría su instalación repercutirán mucho más e incluso antes en Colón que en Paysandú.Un segundo dato nada despreciable surge de las dimensiones. La planta de hidrógeno ocupará 220 hectáreas. Es decir –detalló Serrati- el equivalente a un tercio de la superficie total de Colón, que es de aproximadamente 750 hectáreas”. O sea, dicho de otra manera, este “vecino nuevo” que proyecta afincarse en el barrio es un verdadero “gigante”.
Un tercer dato objetivo es que ni siquiera las islas del Uruguay y su rica forestación impedirán que la fábrica y sus cuatro chimeneas se vean a simple vista desde Colón, modificando radicalmente el paisaje. Ello en razón de que, “para evitar inundaciones, el establecimiento será construido en cota 20 aproximadamente, mientras que las islas están, en promedio, entre 2,50 m y 2,80 m. Si le agregamos 10 a 12 m de vegetación, ni siquiera así llegamos a cota 20”, explicó el integrante de la Multisectorial de Ambiente.
El hidrógeno es un “insumo” y no el producto final
“Se habla de una planta de hidrógeno verde, cuando en realidad el hidrógeno verde es un insumo que se utiliza para la producción, primero, de metanol”, explicó Carlos Serrati, siempre con la cautela de aclarar una y otra vez que es escasa la información con la que se cuenta, como consecuencia de la confidencialidad que encubre el proyecto.“El hidrógeno verde se denomina de esa manera porque interviene un proceso de electrólisis en la ruptura de la molécula de agua para separar hidrógeno de oxígeno. Recordemos que la molécula de agua está compuesta por dos partes de hidrógeno y uno de oxígeno. Rompen la molécula, separan el hidrógeno por un lado y el oxígeno por el otro mediante electrólisis, un sistema que utiliza energía. El otro componente que necesita la planta es el dióxido de carbono, que, mediante incineración de producción forestal, ellos van a capturar en esa quema, y luego, mediante otro proceso electrónico que no lo tenemos muy claro si es catalítico o de qué manera, unen los dos gases y se transforman en un líquido que es el metanol”, agregó.
El metanol es la sustancia que mayor preocupación genera en la Multisectorial del Ambiente de Colón: “Es un alcohol sumamente tóxico, muy inflamable, explosivo, que gasifica a 20° centígrados y tiene una serie de características que ya de por sí preocupan. A partir del metanol obtienen cuatro combustibles: gasolina, kerosene para aviación, aceites lubricantes y gas. Eso es lo que van a comercializar en el exterior, porque esto no queda en esta zona sino que se embarca, posiblemente en tren, hacia Montevideo, para que salga en buques hacia Europa”.
El agua del río
“El agua es otro elemento clave en esta cuestión”, enfatizó Serrati. “Ellos dicen que van a tomar X cantidad de agua, no recuerdo cuánto -150 litros por minuto o una cosa así-. El río Uruguay tiene 4.600 m3 por segundo de volumen de caudal promedio. En relación a ese caudal, lo que van a sacar para producir el hidrógeno -porque a partir del agua del río ellos rompen la molécula-, es una cifra relativamente baja, cuando uno la mira en forma aislada”, pero…Serrati alertó que “la forma correcta de analizar esta situación” es a partir de determinar la “capacidad de carga que tiene el río Uruguay”, porque el impacto del emprendimiento de hidrógeno viene a sumarse a muchos otros impactos previos y quizá futuros. “Si nosotros analizamos solamente la toma de agua del río por una empresa estamos errando al análisis; tenemos que mirar el todo, o sea, holísticamente, la situación en su conjunto, para poder comprender”, insistió.
El integrante de la ONG colonense aportó algunos ejemplos que impactan en esa “capacidad de carga” del río de los pájaros: “desde la extracción de agua potable, que es devuelta como agua servida por las distintas comunidades, más las industrias que existen en Brasil, más los represamientos, más todo lo que podemos sumar que conocemos y lo que no conocemos que está volcándose al río Uruguay, como las escorrentías de la producción agrícola. Eso nos da un semblanteo de cómo está el río Uruguay hoy. Es un estado digamos que delicado; no hablamos de crítico todavía, pero vamos en proceso de... ¿Por qué? Nos lo está demostrando toda esta proliferación año a año cada vez más numerosa de las cianobacterias. Eso nos indica que hay presencia de fósforo y nitrógeno en las aguas, más la temperatura por estiaje. Es decir, el río corre poco, ha cambiado la dinámica de escurrimiento del río Uruguay por este proceso de modificación del clima” , explicó.
Serrati no descartó que a todos esos factores que alteran la “capacidad de carga” se le sumen nuevas radicaciones industriales en la cuenca. “En base a lo que significa la hidrovía del río Uruguay, posiblemente vengan más empresas de estas características a instalarse”, advirtió.
Los efluentes en el río y las regulaciones de CARU
“Si ellos capturan el agua, va a haber un efluente que se va a generar, un efluente líquido que seguramente va a tener su tratamiento y que compartirá el sistema de desagües de efluentes del parque industrial de Paysandú. Después va a ser arrojado a las aguas del río Uruguay. En ese punto tenemos algunas dudas, porque no conocemos los compuestos, pero hay una normativa que regula los volcados a través del digesto del río Uruguay. ¿Cómo van a ser esos volcados? ¿Qué características tienen que tener?”, se preguntó Serrati.El ambientalista valoró que en este campo exista al menos “una normativa” para hacer respetar. Explicó que “está proyectado que después esos efluentes vayan por una tubería -que tiene que construirse- hacia aguas abajo de la ciudad de Paysandú, en la zona de Casa Blanca”.
Contactos con la empresa
“Estuvimos hablando con personal de la empresa durante las jornadas de hidrógeno verde que se hicieron en Paysandú. Un funcionario nos dijo que en este momento la compañía está en toda la parte de tramitaciones administrativas que tiene que ver con la puesta en funcionamiento de la empresa o de la fábrica en sí. Lo primero para ellos el lograr modificar el uso de suelo. Es en lo que estamos tratando de intervenir ahora en Paysandú. Ellos necesitan el suelo de acá enfrente de Colón, que pase de suelo rural a suelo industrial. Una vez que eso se logre, empiezan las tramitaciones formales que tienen que ver con la presentación del impacto ambiental. Por ahora hay una descripción de lo que va a pasar, de lo que puede pasar y de las secuencias que va a tener el proceso, pero no hay un estudio minucioso”, aclaró Serrati.Y aprovechó para remarcar que la empresa evalúa todo lo que significa la nueva planta para Paysandú y alrededores, “pero no ha evaluado en ningún momento Colón, que está a 3.000, 3.600 metros de distancia, como población transfronteriza”.
-¿Colón estará mucho más cerca de la planta que Paysandú?
-Es así, sin ninguna duda. Nosotros estamos a 3.000 y moneditas de metros y Paysandú está entre 8 y 10 kilómetros. Y tenemos otro agravante también, que complicaría aún más las cosas para nosotros: preponderantemente los vientos, desde septiembre/octubre hasta marzo/abril son desde el cuadrante este hacia el oeste y noroeste. De ahí siempre vienen los vientos por una cuestión climática; vienen del océano y van atravesando toda esta región. Esos vientos son los que exponen, ante cualquier contingencia negativa que pueda suceder en la futura industria, a la población de Colón, Liebig, San José y todo el ejido, toda una zona que habitamos 55.000 personas aproximadamente entonces.
“No hay garantía de riesgo cero”
Serrati dejó en claro que cualquier accidente que ocurriese en la futura planta de hidrógeno, vientos mediante, impactaría de llenó en la costa argentina.“Los interrogantes empiezan a surgir: ¿qué pasa si hay una ruptura por falla de materiales?, ¿o si hay una ruptura por errores de diseño?, ¿o si hay una ruptura por alguna negligencia humana o por un fallo tecnológico o por un corte de energía? En fin, ahí empiezan a aparecer un montón de situaciones. Sabemos, porque hemos hablado con profesionales, que acá no hay garantía de riesgo cero; siempre está la posibilidad de que un accidente se produzca”.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo, una pérdida de metanol. Imagínense que ellos van a producir 560.000 toneladas por año. Eso implica 1.500 toneladas de metanol por día. ¿Qué pasa si hay una pérdida, una ruptura de alguna bomba, de un caño, de una válvula de un depósito y que durante un par de horas se esté perdiendo? El metanol evapora a 20 grados centígrados. Quiere decir que en la temperatura que usualmente hay en esta región la evaporación va a ser muy fácil y, si hay brisas del este hacia el oeste, ese metanol va a estar de forma gaseosa atravesando toda esta zona y tiene una particularidad: no solamente que puede llegar a ser explosivo sino que la inhalación del metanol en los primeros momentos no se siente, esto dicho por especialistas del tema. Si hay gente intoxicada, si hay gente grave o si algunas de las características del metanol producen ceguera o pueden llegar a provocar la muerte también… ¿qué pasa ante un cuadro de esta naturaleza?, ¿dónde recae la responsabilidad en esto?”, se preguntó.
El referente del ambientalismo colonense denunció que hay un gran desamparo jurídico respecto de la contaminación del aire fronterizo. “No hay legislación que contemple las situaciones atmosféricas entre un país y el otro. Tenemos legislación sobre el río, pero si pasa algo en la atmósfera, si hay fuego en el aire, si los humos vienen para acá, no tenemos forma de pataleo legal en eso” , advirtió.
-¿Se han involucrado las autoridades del Estado, tanto a nivel municipal, provincial y nacional?
-Hasta el momento lo que hay es una solicitud de la Asociación de Obreros Gastronómicos de acá de Colón, que hizo un planteo en la municipalidad de Colón, y este convocó a Tierra de Palmares, que es un nucleamiento regional. A partir de ahí se hizo una presentación a la provincia para que intervenga. Ese escrito viene recorriendo distintas áreas de la provincia. Todavía no tenemos ninguna respuesta; confiamos que más adelante puede llegar a haber algún tipo de definición en ese sentido.
Por otro lado, como organización social fuimos trabajando y reuniéndonos con distintos sectores de la comunidad y se está invitando a los diputados nacionales para esta semana o posiblemente para la otra. Queremos que sea para este viernes, para reunirnos y ver cuáles son los diputados que representan a la población, que representan al pueblo de la provincia de Entre Ríos. Vamos a poder charlar con ellos sobre cuáles serían los lineamientos o las estrategias que pueden desarrollar desde el Congreso por este caso en particular. Porque la afectación va a ser directa, potencial afectación. No queremos hablar de riesgo inminente sino de riesgo posible en algún periodo de tiempo y al que no tenemos por qué padecerlo, porque nosotros tenemos una vida relativamente tranquila. Con relación a la República Oriental del Uruguay, siempre hubo vínculo de hermandad, siempre hubo una relación de complementación entre un lugar y el otro.
-Riesgo que colisionaría con el proyecto de desarrollo turístico que Colón viene impulsando desde hace décadas…
-El paisaje va a sufrir un impacto tremendo en esta zona, la Perla del Litoral como se la conoce. La región tiene un proyecto desde hace muchos años, que se va construyendo con sus más, con sus menos, con sus diferencias, con sus discusiones internas, pero ya hay algo que tiene un camino trazado. Esto irrumpe de modo abrupto.
-¿En cuánto tiempo estaría construida la planta? ¿Hay algún cronograma?
-Por las conversaciones que tuvimos con la empresa, sabemos que ellos este año lo toman para resolver todos los procesos administrativos, incluso las habilitaciones de comercialización en la Comunidad Económica Europea. A partir del fin del 2025 o inicio del 2026, empiezan la construcción, con miras a estar en funcionamiento para el 2029. En tiempos históricos, es inminente, prácticamente ya estaríamos empezando. Algo tenemos que hacer. Ahora estamos apelando a que la gente de Paysandú, que es la que resuelve una parte de esta cuestión que es el uso del suelo, tenga a bien entender cuál es la preocupación de este lado, porque ellos no reconocen cuál es la realidad de Colón y esta zona.