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El fiscal Leonel Gómez Barbella pidió enviar a juicio oral a Gastón Mercanzini, el entrerriano que ya está preso en la cárcel bonaerense de Marcos Paz y condenado por lanzarle un botellazo al presidente Javier Milei el 10 de diciembre pasado. La acusación en su contra ahora es otra: robarse fichas de un casino.

El Ministerio Público Fiscal le atribuye haberse apoderado ilegítimamente de dos fichas de apuestas del interior de las salas de juego del “Casino de Buenos Aires”, ubicado en la calle Elvira Rawson de Dellepiane, el 18 de junio de 2023 alrededor de las 22. En ese momento, se aproximó a la mesa de juego denominada “Craps 2″ y disimuladamente tomó dos fichas de mil pesos cada una, que no estaban en juego, alejándose del lugar.

“Sin solución de continuidad, trató de apoderarse ilegítimamente de otras ocho fichas que no estaban en juego, que se encontraban en otras dos mesas de apuestas, para lo cual primero se acercó a la mesa denominada “Midi Punto y Banca”, se sentó en el lugar de un jugador momentáneamente ausente y al cabo de unos minutos tapó disimuladamente con su campera ocho fichas, dos por un valor de 5 mil pesos cada una y seis por un monto de 10 mil cada una, llevándolas consigo”, consigna el dictamen.

El jugador que estaba a su lado se dio cuenta y le dijo que no lo hiciera. El hombre volvió a dejarlas y se alejó de la mesa. Pero de ahí se dirigió a otra mesa denominada “Tripoker” y requirió cambio de dinero mientras tomaba una pila de cinco fichas por un valor de mil pesos cada una, pertenecientes a otro jugador. “La maniobra fue advertida por la encargada del sector, quien se acercó a la mesa y le exigió su devolución, entregando el encausado las fichas en cuestión”, señala el fiscal.

Cuando Mercanzini fue llamado a indagatoria en esta causa, afirmó: “Tengo problemas de adicción al alcohol y drogas; esa vez me había alcoholizado porque era el Día del Padre y no había podido ver a mis hijos”. Más allá de estas expresiones, se negó a responder preguntas.

El tema de la adicción también fue eje de su defensa en la causa por el ataque a Milei y en el juicio abreviado, en el que reconoció los hechos y pidió someterse a un tratamiento. El imputado, en oportunidad de ser convocado a tenor del artículo 294º del Código Procesal Penal de la Nación, no introdujo a la encuesta ninguna versión que permitiera desacreditar la imputación que se le atribuye en esta causa, tan solo afirmar que ese día estaba alcoholizado, no encuentra anclaje en los elementos para permitir apartarse de la presunción que rige en materia de imputabilidad.

La figura de Mercanzini quedó expuesta luego de lanzarle un botellazo a Milei, cuando se trasladaba desde el Congreso hasta la Casa Rosada junto a su hermana e hirió a uno de sus custodios. El hecho se conoció al día siguiente, cuando las imágenes se viralizaron. Desde los medios periodísticos comenzaron a publicar su perfil en redes sociales: fotos con distintos referentes kirchneristas del Frente de Todos y comentarios en los que “expresaba desprecio hacia el gobierno actual y críticas relacionadas con la bandera estadounidense en el Obelisco”. “Son tan cortos de mente que me tuve que hacer otro perfil, no voy a ir en cana y si voy con la frente en alto, me animé a lo que muchos no pudieron”. El mensaje fue escrito por Mercanzini cuando las imágenes ya estaban dando vuelta por las redes sociales y a él lo estaban buscando.

Finalmente, se entregó al día siguiente (tenía un corte en la frente) y quedó preso. Dijo que estaba borracho al momento de los hechos. “Quiero pedirles disculpas al presidente y a su hermana. No quise lastimar a nadie, no tuve ninguna intención de hacerlo. Yo no tengo militancia política, las fotos que aparecieron en los medios con dirigentes políticos me las saqué de cholulo”, declaró en su indagatoria. Gran parte de su declaración la usó para contar su historia: el exfuncionario de Cultura de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, es adicto, fue condenado a tres años por violencia de género y terminó viviendo en la calle. “Esa semana, del 3 al 10 de diciembre, me emborraché tres veces. El día del episodio estaba borracho. No sé qué se me cruzó por la cabeza. Estaba dolido al escuchar que para el presidente electo el plan de convertibilidad era bueno. Me afectó mucho eso. Escuchar en la plaza que la gente aplaudía, que estamos mal, pero que la vamos a pasar peor, que los Falcon verdes...”, señaló.
En un juicio abreviado reconoció su responsabilidad y acordó una pena de un año y medio, a la que se le sumó la condena que tenía a tres años de prisión por violencia de género al momento de los hechos. La sentencia se unificó en tres años y medio.

Ahora, la fiscalía de Gómez Barbella también pidió su condena por el capítulo del Casino. “El imputado en oportunidad de ser convocado no introdujo a la encuesta ninguna versión que permitiera desacreditar la imputación que se le atribuye en esta causa, tan solo afirmar que ese día estaba alcoholizado, no encuentra anclaje en los elementos para permitir apartarse de la presunción que rige en materia de imputabilidad”, dijo al pedir elevar la causa a juicio. “Las conductas atribuidas a Mercanzini encuentran calificación jurídica provisoria en el delito de hurto y hurto en grado de tentativa -este último en dos hechos- los cuales concurren realmente entre sí”.

“Resulta evidente conforme las circunstancias de los hechos que concurren la voluntad y el conocimiento de la acción de apoderamiento, pues no podía desconocer la ajenidad de las fichas sustraídas, máxime de tomar en consideración la especial situación en que las mismas fueron encontradas (ubicadas sobre las mesas de apuestas, temporalmente fuera de juego por decisión de sus dueños). Fue así que a sabiendas de que no eran propias, Mercanzini dirigió voluntariamente su accionar a fin de apoderarse de las fichas, desplazando consecuentemente de la custodia a sus propietarios”, añadió.

Al pedir su procesamiento, el fiscal pidió la detención de Mercanzini -que ya está preso- en este expediente teniendo en cuenta las condenas previas. De hecho, al momento del botellazo a Milei se encontraba en libertad pese a la condena que era de tres años de prisión y por lo tanto excarcelable. La condena se dictó en 2021 por el Juzgado de Garantías Nº 2 de “La histórica” por los delitos de abuso sexual -dos hechos-, lesiones leves dolosas calificadas en función de la relación de pareja y mediando violencia de género, lesiones leves, amenazas y desobediencia judicial. Ahora se le sumó el ataque a Milei que unificó la condena a una pena única de tres años y seis meses de prisión.

El juez de la causa rechazó el planteo de detención y la fiscalía apeló a la cámara. Por dos votos a uno, ese tribunal también rechazó su arresto en esta causa en un fallo dictado la semana pasada. El juez Pablo Guillermo Lucero se inclinó por dictar la prisión preventiva, pero sus colegas Mariano Scotto y Magdalena Laíño sostuvieron que no hubo ninguna modificación en la conducta del imputado que justificara esa medida.
Fuente: Patricia Blanco para Infobae

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