La medida cautelar impuesta al menor había sido prorrogada en la última audiencia que se desarrolló hace un par de semanas. Pero ahora, atento a que las principales pruebas ya fueron producidas, la Fiscalía y la defensa estarían de acuerdo en que el adolescente quede libre, aunque con restricciones tales como no acercarse ni amedrentar a familiares o amigos de la víctima ni a las personas que tengan alguna relación con la causa y deban declarar en el juicio. Cabe recordar que el menor estuvo un tiempo alojado en el hogar del Copnaf de calle Diamante, y luego le otorgaron el arresto domiciliario, con un familiar a su cargo. En cuanto a las medidas que restan producirse o que se esperan sus resultados, se destaca una pericia genética sobre un pelo encontrado en la escena del crimen. El trabajo de los expertos de la Dirección Criminalística de la Policía, levantaron numerosos rastros pilosos. De estos, separaron los pelos de humanos de los que eran de animales; y luego, los que podrían guardar correspondencia con el sospechoso, según publica Diario Uno.
En las últimas semanas se incorporó otra evidencia contra el acusado que es el análisis de ADN sobre un rastro de sangre, que habría dado positivo.
Ya hay otras pericias científicas que comprometen al adolescente y lo ubican en la vivienda: una huella de calzado en la sangre que había en el suelo, que se corresponde con una zapatilla secuestrada en su casa, y una huella dactilar que había en un atado de cigarrillos.
Por otro lado, se aguarda por dos entrevistas que serían de importancia en la causa a dos personas que no han sido localizadas aún. Se trata de dos sujetos que han tenido conversaciones por chat con la víctima días previos al asesinato. Uno de ellos se fue del país y se radicó en Brasil un par de semanas después del hecho, y el otro aún no fue identificado.
El que está en el vecino país tiene pedido de captura de Interpol. No son sospechosos, pero deben ser entrevistados por la Fiscalía para que expliquen algunas cuestiones de aquellos diálogos que no cierran, y en los cuales se menciona al adolescente en cuestión. En cierta medida, esto podría esclarecer una duda que persiste en la causa: si hubo un solo autor del crimen o el mismo fue perpetrado entre dos o más personas.
Otro aspecto que está en discusión en la causa es la imputación al adolescente: la Fiscalía lo acusa por el delito de Homicidio agravado por alevosía, teniendo en cuenta la agresión que sufrió Lucía, pero no se descarta que se planteen otras circunstancias como posibles motivaciones del crimen. Por su parte, la defensa reclamaría por la inocencia del menor, pero también podría remarcar el contexto de vulnerabilidad en el cual se encontraba.
Una vez concluidas todas las pruebas, se resolverá sobre la remisión de la causa a juicio, el cual que deberá sustanciarse en el Juzgado Penal de Niños y Adolescentes a cargo de Pablo Barbirotto.