Río Negro es una de las provincias con mayor desarrollo frutícola del país, hacia donde suelen migrar trabajadores entrerrianos para cosechar peras y manzanas, a contra estación con la zafra del citrus dulce del nordeste. Aunque con algunas diferencias, la producción comparte desafíos similares.
En la reunión con el sector, semanas atrás, el gobernador de Río Negro se comprometió a trasladar los reclamos al gobierno de Javier Milei y ayer oficialmente se informó el envío de dos notas dirigidas al ministro de Economía, Luis Caputo, y al secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta, en las que Weretilneck se pone al frente del reclamo del sector.
Los pedidos puntuales son el «financiamiento y un alivio impositivo como herramientas esenciales para enfrentar la situación actual», esgrimieron desde el Gobierno.
Casualmente en estos días se dio a conocer que las exportaciones de peras y manzanas de Río Negro crecieron en el 2024, pero al mismo tiempo hay preocupación de los productores por la baja rentabilidad.
Según informó el Gobierno, se solicitó a Nación el diferimiento impositivo, que implicaría postergar el pago de las cargas sociales (Formulario 931) correspondientes a las actividades de cosecha y empaque por un período de 12 meses a partir de febrero, aliviando la presión fiscal en un momento crítico.
En segundo planteo tiene que ver con un financiamiento para capital de trabajo. Se requieren líneas de crédito accesibles para pequeños y grandes productores, asegurando los recursos necesarios para mantener la mano de obra, garantizar los niveles de exportación y preservar la sanidad en los cultivos.
Weretilneck posicionó a la fruticultura como una de las «economías regionales más importantes del país, generando más de 60.000 puestos de trabajo” y que “cada año, el sector produce 1.150.000 toneladas de peras y manzanas, destinando un 35% a la exportación, otro 35% al mercado interno y el resto a la industria, principalmente jugos concentrados”.
“El complejo frutícola necesita, con carácter urgente, herramientas de coyuntura que nos permitan mantener el rumbo ante el importante desfinanciamiento que sufrió el sector por diferentes factores, lo que provoca que hoy se prevea una cosecha con grandes pérdidas”, enfatizó Weretilneck.
En las misivas a los funcionarios nacionales, el rionegrino expuso el volumen del sector frutícola y los desfasajes entre los costos de producción y la rentabilidad. Indicó que el costo de producción es de U$S 0,32 por kilo, y solo la cosecha representa U$S 0,09, es decir, el 27,5% del total. Además, los sueldos del personal de empaque se han incrementado en dólares más del 50%, alcanzando un promedio mensual de U$S 1.500. “A esto se suma un aumento del 500% en los costos de energía eléctrica para los galpones frigoríficos, lo que hace que almacenar cada kilo de fruta refrigerada sea más caro que el precio de mercado”, explicó.
También Weretilneck recordó que existe un sobrestock de fruta lo que obligó a mantenerla en cámaras frigoríficas durante meses y eso incrementó los costos de almacenamiento. Mientras que mencionó el efecto de la devaluación de Brasil por ser el principal destino de exportación de las peras de Río Negro.
La semana anterior también el diputado nacional Martín Soria se hizo eco de las demandas del sector frutícola y presentó un proyecto para declarar la emergencia con una serie de medidas paliativas.