“Las políticas públicas no pueden sustentarse en el odio de clase, como pretende hacer cierto espectro de la progresía concordiense que al expresarse públicamente desde el resentimiento termina hablando mucho más de sí mismo que de aquellos a quienes critica”, fustigó.
Finalmente sostuvo que “el mensaje que he transmitido es muy claro y lo reitero: es fácil opinar sobre el sector privado cuando toda la vida cobraste un sueldo millonario del Estado. El desafío es ser disruptivo en una ciudad como la nuestra donde los 40 años de gobiernos del mismo color político destruyeron el mercado y nos dejaron sumidos en una situación de absoluta carencia en materia de infraestructura urbana”.