El grupo de empleados permanentes también vivió una situación tensa el 13 de diciembre, cuando fueron forzados a abandonar rápidamente sus puestos para permitir el cierre de las oficinas de Kueider, como medida preventiva tras un pedido judicial. La jueza federal Sandra Arroyo Salgado había solicitado el allanamiento de las oficinas del exsenador, lo que ocurrió poco después de su expulsión. El 20 de diciembre, algunos de esos empleados abrieron las oficinas para permitir el acceso del personal judicial. Desde entonces, los despachos permanecen cerrados, con seguridad del Senado, sin ser asignados a otro legislador.
El grupo de empleados permanentes también vivió una situación tensa el 13 de diciembre, cuando fueron forzados a abandonar rápidamente sus puestos para permitir el cierre de las oficinas de Kueider, como medida preventiva tras un pedido judicial. La jueza federal Sandra Arroyo Salgado había solicitado el allanamiento de las oficinas del exsenador, lo que ocurrió poco después de su expulsión. El 20 de diciembre, algunos de esos empleados abrieron las oficinas para permitir el acceso del personal judicial. Desde entonces, los despachos permanecen cerrados, con seguridad del Senado, sin ser asignados a otro legislador.