Un pequeño acto escolar que allá por 2016 reunía solo a algunos padres y docentes de los alumnos de la escuela primaria n° 92 “Monseñor Rosch”, ubicada en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Espejo de Concordia, se transformó en una verdadera fiesta que, en el marco del Día de la Música, reunió a cientos de vecinos de Concordia.
El motivo cambia año a año. En 2016 fue un homenaje a Pablo Comas, un reconocido músico local, referente del jazz y el blues; en 2017 fue Gustavo Cerati con la banda Reseteo (tributo a Soda Stereo); en 2018 el homenaje a Luis Alberto Spinetta generó el resurgimiento de la mítica banda de rock de Concordia “Sapo”; en 2019 fue el turno de Norberto Napolitano, más conocido como Pappo. La pandemia obligó a una pausa en 2020 y 2021, hasta el regreso en 2022 con un homenaje a Gilda.
En esta 6° edición de esta fiesta por el día de la Música, se vivió el viernes 24 de noviembre un homenaje en vida al músico rosarino Fito Paez. Los alumnos de primero a quinto grado conocieron la historia del músico e interpretaron, vestidos como verdaderas estrellas de rock, algunas de sus canciones más conocidas.
La experiencia del 2022, con un salón colapsado de personas, obligó a repensar el evento. Es por eso que en esta oportunidad se instaló un escenario en el patio del colegio, donde las familias de cada uno de los casi 300 alumnos y cientos de vecinos de Concordia se acercaron con sus sillones para disfrutar del espectáculo.
Esta experiencia no se trata solo de aprender canciones y mostrarlas arriba de un escenario. Implica un cruce de generaciones, en el que los gurises descubren muchos de los artistas que en muchos casos sus propios padres consumen. Quienes terminan este año la primaria en esta escuela, salen conociendo quiénes fueron estos artistas y muchas de sus canciones.
Aunque la idea de toda esta movida salió de la cabeza de Emiliano Pérez Siran, el profesor de música conocido con el apodo “Memi”, de entrada aclaró que todo esto es posible por estar acompañado de un equipo enorme, con apoyo indispensable de la propia institución como de colegas docentes, amigos y sobre todo, los padres de los alumnos.
-¿Cómo ves que esto pasó de ser tal vez un pequeño acto escolar a un escenario en el patio con cientos de personas invitadas y que cada vez crece más?
-La definición sería que ‘se nos fue de las manos’. Me siento muy emocionado y sorprendido, sin dudas. El año pasado, en el homenaje a Gilda, el salón explotaba de gente y era necesario tener otro lugar más grande, siempre cuidando el ámbito escolar y el poder disfrutar y contagiar que los chicos sean músicos por un día.
La elección del artista
-¿Por qué Fito este año?-Veníamos haciendo personajes de la música que habían fallecido y este año me picó ahí las ganas de hacer de Fito Paéz y tomé algunas canciones particulares. Lo que me gusta de esto es que como profe de música no podemos abarcar todos los aspectos, entonces este proyecto me obliga a conocer más en profundidad la obra del artista y me terminé enamorando, como me pasa con todos, de la música de Fito.
-Cuando los gurises hablan de músicos o de artistas que escuchan, enseguida surgen algunos como Tini o Duki. ¿Por qué por ejemplo no Tini, más vinculada a sus consumos, y si alguien como Fito?
-Es siempre el reclamo de ellos. Siempre trato de decirle a los chicos que todo lo que conocemos hoy artísticamente son por algo que hubo antes también, por alguien que fue dejando huellas, dando pistas. Tanto el Flaco (Spinetta), Fito y un montón de otros, han dejado tanto, tanto regalo musical. Es importante de mi parte por lo menos, que ellos lo conozcan a través de este proyecto, que sepan quiénes fueron, algo sencillo, no toda la biografía, pero si qué dejaron y algunas canciones icónicas, cosa que el día de mañana ellos se acuerden, escuchen la canción y digan “esta es de Fito, del Flaco, de Cerati”. Ese es un poco el objetivo a donde apuntamos.
Talleres preparativos
Este año el profe “Memi” buscó que la dinámica previa al acto sea lo más interdisciplinar posible, por lo que invitó amigos y conocidos de diferentes ámbitos que tienen que ver con los preparativos, para realizar un ciclo de charlas-talleres. Historia, canto, danza, periodismo y presencia escénica fueron algunos de los ejes desarrollados.“Yo les otorgo mucha responsabilidad a los chicos, en el hecho de que mientras estamos en clases normales cantamos y conocemos canciones de Fito. Pero este ciclo de charlas, que involucra otras personas de afuera de la escuela, que se acercan por ellos y por el proyecto, hace que ellos sientan otra responsabilidad, que se sientan parte de un equipo. Por ejemplo, cuando vino la banda a ensayar, ellos formaban parte de la banda y yo simplemente guiaba que todo vaya bien”, cuenta el profe Memi.
Sobre el impacto de este tipo de actividades en los alumnos y la comunidad educativa, la directora de la escuela, Valeria Ríos, aseguró que “a ellos les encanta y eso se nota mucho, como están producidos, te das cuenta que esto no es solamente la clase de música, venir y cantar, sino que es mucho más que eso” y remarcó que se “trabaja mucho con la familia”, apostando que “no sea solamente de los chicos, sino una fiesta familiar”.
Además, desde la institución agradecieron la colaboración de muchísimas personas que desde lo técnico hasta lo administrativo hicieron posible la realización del evento, entre ellos a la Unión de padres que colocaron un stand con venta de comida y bebida y a la Fundación María de la Concordia que hizo una cobertura en vivo.
Fuente: El Entre Ríos