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El intendente de Concordia, Francisco Azcué, leyó en voz alta ante representantes de diferentes cultos religiosos, un borrador del pacto que propone firmar el próximo 9 de julio.

El Entre Ríos solicitó el lunes por la tarde acceder al documento, con el propósito de ofrecerlo a consideración de los lectores, a sabiendas de que se trata de un primer bosquejo, abierto a modificaciones y agregados que surjan de la participación ciudadana. Finalmente, ayer martes por la tarde, desde la municipalidad compartieron el archivo en PDF. Tras una introducción que resalta la necesidad de un “cambio de cultura política”, el proyecto de pacto se plantea como “un acuerdo sincero, profundo, que ponga fin a las prácticas que nos trajeron hasta aquí y nos avergüenzan y duelen”.

Más adelante, resalta que la convocatoria es “sin exclusiones”. “Concordia no ha llegado hasta aquí de casualidad ni por obra de la naturaleza, hay responsabilidades. Pero la reconstrucción, necesita del esfuerzo de todos/as”, justifica.

Tras el texto introductorio, el borrador presenta un listado de 10 postulados: 1) Recuperar la seguridad; 2) Compromiso con la educación; 3) Ordenar el Estado y garantizar el equilibrio presupuestario; 4) Plan de Infraestructura de mediano plazo; 5) Plan de Desarrollo Local; 6) Plan común para la cohesión social; 7) Construir una cultura de inclusión; 8) Consolidad una agenda ambiental; 9) Frente común por la energía y 10) Nuevo contrato moral entre la dirigencia política y los ciudadanos.

A medida que el documento ha comenzado a circular, han surgido algunas reacciones. Por caso, el Presbítero Marcelo Charles Mengeon consideró relevante la participación de las diferentes comunidades y apuntó que hacen falta “instancias de evaluación”.

“Estos son los qué. Faltan los cómo, los cuándo y con quiénes”, reaccionó otro referente consultado por El Entre Ríos. También consideró necesario que los objetivos sean mensurables y que incluyan, por ejemplo, porcentajes concretos del presupuesto público para objetivos tan relevantes como la educación.

Entre las omisiones salta a la vista que no hay referencias explícitas a la salud. Menos aún, al drama de las adicciones, que afectan especialmente a sectores más vulnerables, al extremo de que algunos consideran que hay una verdadera epidemia de casos, sin que los más pobres tengan acceso a atención de calidad.

Si el orden de los 10 puntos conlleva una jerarquía, el primer lugar le ha sido asignado a la “seguridad”, un área en la que las municipalidades han ido involucrándose, pero que no es de competencia primaria del estado municipal sino del provincial y del nacional.

En segundo orden aparece “educación”, también un ámbito en el que crece el protagonismo municipal, aunque está claro que la oferta educativa formal depende del Estado provincial.

El texto promete para el presupuesto del año 2025 “un proceso de equilibrio presupuestario sostenible y garantido en el tiempo”, tras denunciar la existencia de “servicios públicos superpuestos, roles mal asumidos, prestaciones innecesarias, etc. Todo ello, frente a una sociedad asediada por la presión fiscal directamente o indirectamente a través del impuesto inflacionario”.

A la hora de proponer, en el punto 5, la construcción de un “plan de desarrollo local”, el borrador del Pacto de Julio admite la falta de recursos del Estado y deposita las expectativas en el sector privado: “la larga tradición productiva de la ciudad justifica convalidar espacios de articulación público-privado para impulsar el espíritu emprendedor y dar una señal clara en favor de la actividad económica. Concordia puede expresar una grandeza escondida en su ADN pionero y pujante”.

En el punto 6 plantea un “plan común de cohesión social”, sobre la base de “un modelo responsable, profesional y articulado de promoción de las personas más golpeadas por la crisis, alejando todo signo de manipulación política”. “Que la pobreza no sea nunca más un medio de manipulación y el control”, subraya.

En el punto 9 propone un “frente común por la energía”, aunque sin precisar en qué podría consistir. Plantea que “Concordia debe revisar su estrategia” ante los cambios que surgen en la matriz energética del país, en virtud de la “maduración de Vaca Muerta”. Considera que la ciudad debe tener claro “sus activos actuales y sus posibilidades futuras”.

Por último, en el punto 10 la Municipalidad impulsa “un nuevo contrato moral entre la dirigencia política y los ciudadanos, con el propósito de fortalecer la confianza con el vecino”. Y a renglón seguido postula la necesidad de que se consolide “un gobierno local más abierto, transparente y moderno”.

“El tiempo de las imposiciones, las miradas sesgadas y el facilismo debe quedar atrás”, concluye el documento.
Fuente: El Entre Ríos

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