“Es necesario aclarar algunas cuestiones sobre la nota publicada en algunos medios locales, donde el concejal Felipe Sastre opina sobre mi salida de Radio Ciudadana. No pretendía gastar mucha tinta ni energía en contestarle a este pequeño personaje que cumple el rol de caniche ladrador de una gestión que lo necesita como bufón de turno, pero debo responder a las falacias que se vierten sobre mi labor periodística en un medio público”, comienza Odorisio.
El periodista cita a Sastre allí donde dice: “dentro del proceso administrativo se detectaron acuerdos de palabra entre trabajadores y administraciones anteriores. Uno de esos acuerdos significaba que Odorisio cumplía funciones solamente tres horas diarias en la radio y luego se iba a su domicilio desde donde continuaba con sus tareas, mientras, además, utilizaba ese tiempo para su trabajo privado, generando una desigualdad de condiciones ante el resto del personal municipal”.
“Es cierto, concejal, -le responde- usted no miente del todo, pero cuenta la verdad a medias. Cuando habla de “tres horas en la radio”, se refiere a las tres horas del programa Tarea Fina. Lo que omite, con toda intención o ignorancia, es el esfuerzo invisible de trabajar con la coyuntura: la producción previa, las lecturas, el análisis constante. Es como si yo dijera que usted trabaja de concejal únicamente las horas que dura la sesión ordinaria de los jueves. Su falta de conocimiento sobre el oficio periodístico es tan grande como su dedicación a renombrar las calles o los cabildeos inmobiliarios”.
Vuelve a citar expresiones de Sastre que aludieron a la responsabilidad de Odorisio en el mantenimiento de la página institucional de la radio, “la cual –dijo el concejal- muchas veces era actualizada con las mismas notas que él realizaba para el medio privado al que pertenece”.
Y Odorisio replica: “Permítame recordarle, concejal, que en más de una ocasión usted ha abandonado sesiones del Concejo Deliberante por supuestas audiencias legales, como la que dejó sin quórum, en 2021, el tratamiento para declarar al Regimiento de Concordia como “Sitio de la Memoria”, o por motivos estéticos en 2023, priorizando su agenda personal por encima de la pública. Pero, volviendo al tema: es cierto que subía material propio a la página de la radio, y lo hacía porque entendía que cumplir con dos o tres notas al día más algunas gacetillas municipales, era insuficiente. Por eso, alimentaba la web con contenido generado en mi otro trabajo, donde gano varias veces más de lo que ganaba en la radio pública. Retroalimentación informativa que es característica en todos los medios. Eran notas con valor informativo, de interés general, pero muchas veces cambiaba títulos, fotos, editaba textos, incluso lo hacía en las gacetillas que son esas informaciones que salen todas iguales en todos los medios; algo que usted, que sólo parece repetir discursos prefabricados, no podría entender”.
El periodista continúa: “Además, las notas que tomaba de la radio siempre las citaba como tales en el medio privado, medio que leen miles de lectores, que tiene alcance provincial y nacional. Era publicidad gratis, concejal, un servicio que jamás facturé. En cambio, cuando llevaba información del medio privado a la radio, nunca daba crédito a Diario Junio para evitar que los susceptibles ideológicos del municipio se rasgaran las vestiduras. Sobre este tema, si usted recorre las notas de la página web del 22 de enero hacia atrás, va a ver que se subían entre 6 y 7 notas diarias promedio, algunas los fines de semana y feriados, porque la noticia no para, ni cuando usted descansa. En fin, laburaba 6, 7 y 8 horas diarias para la radio, sin contar los ratos de fin de semana y feriados”.
Odorisio también dice lo suyo sobre los “acuerdos de palabra” de los habla Sastre: “le aclaro que no sólo fueron con administraciones anteriores, sino también con la actual. Yo no me manejaba solo. Además, el “home office” respondía también a la escasez de mesas, sillas, computadoras, auriculares y espacio físico para desarrollar las labores. Le aseguro que me hubiera resultado mucho más grato y económico quedarme en las instalaciones de la radio usufructuando el aire acondicionado frío/calor”.
“Más adelante –continúa Odorisio dirigiéndose a Sastre- afirma que “quien cumplía funciones de Director Interino propuso a Odorisio sumar otras voces al programa de 6 a 7 de la mañana, a lo que él se opuso”. Otra vez, concejal, la verdad necesita un verbo nuevo: lo que ese director hizo fue imponer, no proponer. Era tómalo o déjalo. Y dicho episodio tenía un componente personal determinante al que, por reserva y respeto, no me voy a referir”.
El escrito de respuesta de Odorisio a Sastre, se completa con estos párrafos:
“Sería bueno también que Odorisio informe a la comunidad en general con nombre y apellido cuando en su Carta Abierta afirma que ‘Uno de los directores anteriores ya me había advertido: ‘Pidieron tu cabeza por las notas que escribís para Diario Junio”, subrayó Sastre.
El soplón piensa que todos son de su condición, y no concejal, la persecución y la estigmatización, se la dejo a usted que está acostumbrado a las ordenanzas “falopas” y “cazabrujas”.
Después habla de Maduro, Hamás, kirchnerismo y Urribarri, realmente una ensaladera que ni se entiende a qué viene, repitiendo como un mantra latiguillos banales y falaces, cargados de odio, prejuicio e ignorancia, muy dignos de la autopercepción “Gorila” que a usted le parece graciosa y de la que se vanagloria, pero que en este país significó bombardeos, fusilamientos, cárcel, proscripción, exilio, secuestros, torturas, desapariciones, persecución ideológica…
Sobre lo de ser “empleado díscolo, rebelde o no idóneo”, sólo puedo responder con preguntas. ¿Necesita que le muestre mi título de periodista? ¿Va a pedírselo también al resto del personal? ¿Al director interventor? ¿O acaso al próximo que nombre su gestión?
Finalmente, usted remata diciendo que “quienes ingresan de forma discrecional saben que su continuidad depende de la administración siguiente”. Sí, concejal, así funciona el sistema. Pero no confunda a la gente: el director del Ente se elegía por propuesta del Ejecutivo con aval del Concejo. Era una radio autárquica, con sus propios procedimientos.
Y quédese tranquilo, Sastre. A diferencia de usted, que lleva cinco años cobrando del Estado, mi intención nunca fue quedarme atornillado en un escritorio público. Mi único reclamo laboral siempre fue una paga digna y en tiempo. Me conformaba con mucho menos que los 2.8 millones de pesos que usted gana por cambiar el nombre de calles, maltratar a los disidentes y otras grandes contribuciones a la ciudad.
El tiempo, concejal, será quien termine pesando sus acciones en la balanza. Y no le tengo que explicar que una balanza desnivela cuando el peso de la verdad está de un lado y del otro sólo hay globos amarillos, slogans y caniches que ladran mucho creyéndose leones”.