Aquella tarde, 150. 000 personas lo recibieron con gran entusiasmo. En el enorme altar de 75 metros de ancho por 8 metros de alto, construido sobre la terraza del aeropuerto paranaense, predominaban los colores blanco y amarillo, junto a banderas pontificias, argentinas y entrerrianas, con un interesante adornado en flores, presidiendo el altar a Santa Cruz misionera y la imagen de Nuestra Señora del Rosario, patrona de Paraná. El padre Eduardo Tanger, párroco de Catedral, estuvo muy cerca del Papa Juan Pablo II en esa visita histórica.
“Fue un día extraordinariamente de gracia. Fue muy linda la preparación que se realizó, toda la provincia lo hizo, vino gente de Santa Fe. Había estado lloviendo muchísimo y ese día dejó de llover a la mañana, salió un sol radiante”, rememoró Tanger.
Respecto del tema que abordó en Paraná, el hoy Santo Juan Pablo II, “fue el tema de los migrantes. Hizo una oración de consagración en la imagen histórica de Nuestra Señora del Rosario que fue llevada al Aeropuerto y ahí este gran santo se puso a los pies de nuestra Madre, y suplico por la Argentina, los migrantes, la Iglesia”. En Paraná, Juan Pablo II leyó su homilía sobre Migraciones y aludió al desarraigo de los pueblos, motivado por distintas causas. Se remontó a ejemplos bíblicos para aludir luego a circunstancias cercanas y elogiar la generosa disposición de nuestra tierra argentina en general, y entrerriana, en particular, al recibir a las corrientes inmigratorias que venían a sumar su esfuerzo para la prosperidad de nuestros pueblos.
“Decir hoy que un Santo haya estado pisando nuestra tierra, y rezándole a la imagen histórica, es una gracia muy grande. Y hoy nos sigue acompañando, porque los Santos son nuestros hermanos que están en el cielo, y desde ahí seguirá pidiendo por todos los paranaenses, y por toda la provincia”, definió el sacerdote.
Relató que él tuvo “la gracia de poder saludarlo personalmente. Yo lo acompañaba a Monseñor Karlic. Fue una emoción inmensa saludar a este gran Papa”. Tanger agregó que él estaba “recién ordenado: a mí me ordenaron el 12 de octubre de 1986 y el Papa llegó a los pocos, meses, el 9 de abril de 1987”.
Dijo además que luego de la visita de Juan Pablo II, “fuimos directamente a una misa que celebraba el Papa en el estadio Vélez Sarsfield, que era para sacerdotes y religiosos”.
Tanger confió que, en ese momento, “yo estaba a 30 metros del Papa, por lo que esa fue mi primera renovación de los votos sacerdotales, de nuestro compromiso con la Iglesia”.
Puso relevancia en dos de los gestos del hoy Santo: “cuando llegaba a un país, lo primero que hacía es ponerse de rodillas y besar la tierra. Y una vez que llegaba a la primera catedral, pedía estar un momento de profundo silencio ante el Santísimo”.