En una primera medición, Prefectura Naval daba cuenta que el río estaba en 5 centímetros, pero en cuestión de horas la baja se pronunció y la medición, realizada en horas del mediodía, arrojó 2 centímetros.
La semana pasada, el ingeniero del Instituto Nacional del Agua, Juan Borús estimó que la bajante actual del río Paraná “es la continuidad de la del año pasado. Es el mismo escenario” y trazó un panorama muy preocupante de cara a los próximos meses. Sucede que el mes de julio será especialmente crítico, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, especialmente la captación de agua fluvial para consumo urbano.
El especialista describió que “la situación se ha agravado seriamente”. El río Paraná en el tramo entrerriano se forma “en la alta cuenta en Brasil, tiene aporte del río Paraguay y del Iguazú. Los tres están en una situación de seca extrema. En toda la zona de aporte, en el caso de Brasil hay cinco estados en emergencia hídrica, donde se restringe el uso del agua. Estamos contando las gotas”.
Remarcó que ante el pronóstico de falta de lluvias, “la perspectiva es peor que el año pasado. Se asemeja a lo que pasó en 1944 que fue el año de referencia crítica”.
Enseguida adelantó datos del pronóstico que “hacia fines de julio marca un escenario de que pueda estar a menos 20 centímetros, es decir, 40 centímetros menos de lo actual” en el puerto de la capital entrerriana.