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La Federación Entrerriana de Asociaciones de Bomberos Voluntarios no deja de sumar adeptos a su departamento de capacitación en búsqueda y rescate canino, institucionalizado a nivel provincial hace solo cinco años, conformando brigadas en diferentes puntos de la provincia.

Iniciada en la costa del Paraná, se trata de una actividad que poco a poco fue avanzando hacia el centro del territorio entrerriano hasta su desembarco en la costa del Uruguay: actualmente, Villa Elisa y San José en el Departamento Colón, como así también Federal, Chajarí, Federación, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú, están dando sus primeros pasos.

Matías Albornoz y Antonella Villa son miembros de Bomberos Voluntarios General Ramírez e instructores del departamento a nivel provincial. “Es una apuesta muy fuerte que están haciendo varios cuarteles de sumar una brigada K9, porque requiere de mucha responsabilidad y dedicación ya que se está trabajando con un ser vivo”, comentaron a El Entre Ríos quienes viajan localidad por localidad llevando capacitación.

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Superados los primeros pasos -de una etapa inicial a intermedia y de avanzado a estar operativos para intervenir en búsquedas y rescates reales-, estos animales pueden seguir rastros de personas vivas y restos humanos, tanto en tierra como en agua y en estructuras colapsadas por incidentes en edificios o catástrofes naturales.

Este fin de semana largo, encabezaron un encuentro presencial que tuvo lugar en la “ciudad jardín” dónde compartieron lineamientos generales a los flamantes binomios -bomberos y canes-, para retornar en un par de meses haciendo un seguimiento de los entrenamientos.
El perro y su guía
Un binomio es “la pareja que forma el guía con su can, porque es un trabajo en conjunto y de acompañamiento”, definieron los instructores de la Federación Entrerriana de Bomberos Voluntarios.

“Somos partidarios de que el perro esté siempre con su guía y no en el cuartel”, dejaron planteado antes de argumentar que “lo ideal es que el perro viva en el mismo lugar que su guía para establecer un vínculo que dure toda la vida del can, dado que cuanto mayor sea ese lazo el perro responderá mejor a las necesidades del dueño”.

“Es importante la socialización con las personas y con otros perros, distintos ambientes donde vaya adquiriendo nuevas experiencias y así, con el tiempo, se pueda transformar en un perro adulto más seguro”.

Para ello, consideraron importante “tener un bienestar óptimo en todos los sentidos, como físico, psicológico, emocional y social”, además de “una dieta con alimento balanceado y plan sanitario completo de vacunación y desparasitación, porque todo influye en su desempeño”.
Entrenamiento
“Mientras más cachorro comience el adiestramiento, mucho mejor”, afirmaron Matías y Antonella y mencionaron las razas “labrador, golden, border collie u ovejero alemán” como las más proclives.

“Aconsejamos a quienes recién están empezando, buscar un perro que sea sociable y a la vez estimulable: esto quiere decir que le interese jugar, porque la base del entrenamiento es el juego, por eso necesitamos que en lo posible sean esos cachorros eternos”.

Y si bien depende de cada animal, “el entrenamiento puede durar de un año y medio a dos años, según la raza del can y el tiempo de trabajo que le dedique su guía”, destacaron.
Fuente: El Entre Ríos

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