Las palabras pertenecen a la profesora María Celeste Ansaldi, convocada por El Entre Ríos para hablar de los comienzos del turismo en Colón, actualmente entre las localidades del rubro más visitadas del país, al conmemorarse este viernes 27 de septiembre el Día Mundial del Turismo.
Nacida el 17 de julio de 1951 en la que hasta hoy es su casa (San Martín y Maipú), hija de Alba Haydée Maxit y Juan Adolfo Ansaldi, atesora decenas de recuerdos de su infancia que transmite con la misma pasión con que su padre y un grupo de amigos lograron concretar el anhelo de ver crecer a su ciudad.
“En mi casa se hablaba todo el tiempo de turismo. Cuando salíamos era para reunirse con personas que tenían la idea de hacer de Colón una ciudad de turismo”.
A quien más tiene presente de aquellos encuentros es a Edwin René Benítez, por entonces a cargo de la emisión radial “La Voz informativa de Colón”, emitida desde Paysandú.
Aparece como escenario el Club Piedras Coloradas, único balneario de entonces, donde cada día al salir del hospital en que ejercía como odontólogo, Ansaldi se reunía con amigos. En la cantina, el proyecto se comenzaba a gestar. “Con el hermoso río que tenemos, ¿cómo no hacer aquí una ciudad turística?”, se preguntaban. “Muchos los tildaban de locos, pero a ellos no les importaba y seguían adelante. Soñaban con el tema de los bungalows, hacer un hotel turístico y que El Palmar fuese un parque nacional”, dice hoy orgullosa la hija de uno de aquellos visionarios.
“Ninguno de los que trabajaron buscaba un rédito económico, sino hacer de Colón una ciudad de turismo. No había partido político, ni se discutía por nada de lo que hoy se discute”.
Otro de los recuerdos que surgen en la charla son los destinos de los cuales Ansaldi tomaba ideas. “Viajábamos siempre a La Falda donde vivía mi abuela, y mi papá iba a todos los lugares viendo qué hacían para proyectar a Córdoba turísticamente. Me mandaban a pedir folletos para ver cómo se promocionaba”. Algo similar sucedía en los cruces de la familia a la República Oriental Uruguay (Montevideo, Piriápolis, Punta del Este).
Una anécdota nos ilustra de hasta qué punto para estos hombres, el surgimiento del turismo en su ciudad era una decisión tomada.
“Mi papá tenía una libretita y anotaba cuántos autos había y la patente del lugar que eran, y le pasaba las cifras a Benítez para que las pasara por radio. Yo le decía: ‘Papi, hoy contamos (determinada cantidad de autos) y Benítez dijo (otra cantidad)’. Entonces, él me respondía: ‘Querida, si decimos que había dos autos, ¿quién va a querer venir a Colón?’. Benítez los multiplicaba para promocionar Colón”.
Un proyector, leyenda en los camiones y carteles en la ruta
Con fotos tomadas por Juan Ansaldi y Augusto Gaillard, texto de Alba Bochatón y voz de Eduardo Pedro González, produjeron un material que luego sería proyectado en distintos puntos de la provincia, promocionando a Colón como destino turístico. “La gente se fue entusiasmando y venía a veranear en carpa al Piedras Coloradas”, comenta María Celeste.“Allá por 1964, en los camiones ponían slogans como ‘Visite Colón, bella ciudad de turismo’”. Y aunque “muchos se les reían, porque Colón era una ciudad muy chica”, fue el punto de partida para darse a conocer en otros lugares. “Recuerdo en mi adolescencia haber parado en la ruta 14 a colocar carteles de chapa que decían ‘Colón, ciudad balnearia. Visítela’”.
Los puentes Zárate-Brazo Largo y Paysandú-Colón, al igual que el túnel subfluvial, hicieron su aporte para el crecimiento de la industria.
Los obstáculos y el recuerdo a “un verdadero jefe”
A modo de reconocimiento a quien fuese pionero del turismo colonense, el 13 de febrero de 1995 una calle del bajo parque fue bautizada con el nombre de “Dr. Juan Ansaldi”, a la vez que fue colocado un monolito frente al Club Piedras Coloradas.En la oportunidad, su amigo Edwin Benítez –ya fundador de LT 26 Radiodifusora Nuevo Mundo- aludió los comienzos de lo que hoy es para la ciudad su principal industria.
“Conviene situarnos en el Colón de aquella época. Era el año 1957 y la sombra de la desocupación de Liebig insinuaba un retroceso en la economía. Se insistía en que los vapores de la ruta Buenos Aires-Colón iban a desaparecer. La avicultura tradicional, que permitió que cientos de familias del ejido se establezcan, también estaba siendo carcomida por el avance de la tecnología más moderna. Los medios revelaban esta sensación”.
En este punto, recordó: “El que habla tenía el diario oral ‘La voz informativa de Colón’, con un escritorio en calle 9 de Julio y San Martín. Se había iniciado una campaña editorial sobre la necesidad de lograr una reconversión social y económica en la ciudad, a fin de superar ese atraso que se insinuaba”.
“En una oportunidad en que se hizo un trabajo periodístico con muchos testimonios, el Dr. Ansaldi –con quien ya teníamos alguna amistad- vino al escritorio a comentarme la necesidad de llevar a la práctica el proyecto y que se debía hacer una comisión de turismo. Entre lo que se evaluaba, se decía que era imposible que la comisión fuese privada, por ser el turismo en esencia una actividad de la comunidad. Entonces se pensó en la posibilidad de constituirse en forma privada y después pedirle al intendente que la oficialice”.
El empresario hizo mención a “los pequeños detalles de hacer una ciudad de turismo, cuando Colón tenía entre 30 y 40 camas y no había una consciencia turística”. Y citó como ejemplo: “El primer año nos cerró en enero el único hotel que había, como una forma de decir que primero defendían a los viajantes, antes de empezar una actividad de este nivel”.
Otro obstáculo fue que “no había entrada a Colón. La ruta que hoy va desde el puente hasta la ruta 14 era una senda, y para que Vialidad nos reconozca la necesidad de hacer la primera extensión de curvas y acceso, tuvimos que comprar una hectárea al vecino”.
En cada párrafo de su discurso, Benítez puso énfasis en la labor ejecutiva de Juan Adolfo Ansaldi, quien no había aceptado asumir la presidencia de la primera comisión. “Siempre tirando del carro y cuando no, lo empujaba. Una virtud que no todos tienen. Un verdadero jefe, con el estilo de los hombres que saben hacer relaciones públicas con bondad y caballerosidad”.
Entre las obras fundadoras del turismo que tuvieron a la figura del Dr. Ansaldi como motor, destacó “el puente Paysandú-Colón, el Hotel Internacional, el barrio de bungalows que se construyó en esa comisión de turismo y el Parque Nacional El Palmar”.
Pioneros y sucesores
Según consta en un acta labrada en agosto de 2008 en el Centro Comercial, entre quienes integraron la Comisión Provisoria de Turismo (fines de los años ’50 y principio de los ’60) aparecen los nombres de Héctor Saffores, Edwin Benítez, Juan Ansaldi, Eligio Bozzoli, Juan Esteban Martin, Juan Adamson y Carlos Quintana.Los miembros de la primera Comisión de Turismo reconocida por ordenanza municipal (año 1960) fueron: Ricardo Durán, Juan Ansaldi, Osvaldo Dondo, Edwin Benítez, Jorge Enrique Martí, Héctor Saffores y José Tavella.
El documento menciona también el aporte de Carlos Lonfat, Mariano Pedro Rebord, Eduardo Pedro González, Augusto Gaillard, Alba Bochatón y Alberto Seoane.
Más acá en el tiempo, María Celeste Ansaldi asigna a Silvia Vallory –de amplia trayectoria en el rubro, tanto en el ámbito público como privado- un lugar importante en el despegue turístico de Colón. “Ella valoró y continuó todo este pasado, trabajando con capacidad y amor”.
A la vez, no olvida al Dr. Herminio Juan Quirós, quien fuera gobernador de la provincia. “Lo que hizo fue grandioso”, señala en alusión a las obras que dejara en Colón como legado, algunas de las cuales hoy contribuyen a la industria.