“Es el único de este tipo en el mundo. Nació con un grupo de pilotos en Buenos Aires, buscando que el deporte sea más útil y viendo las posibilidades que tenemos desde el aire de ver cosas que no se distinguen desde tierra y ni siquiera con drones”.
Quien habla con El Entre Ríos es Nicolás Carlino, oriundo de Monte Caseros, provincia de Corrientes. En estos días colabora en la búsqueda de Loan, el niño de 5 años desaparecido en el paraje Agarrobal, de la localidad de 9 de Julio. “Cuando ocurre algún hecho de este tipo estamos a disposición de la Justicia, Bomberos y Policía. Nos convocan a una mesa de trabajo con los jefes del operativo y nos asignan una zona de búsqueda, que nosotros luego trabajaremos de distintas maneras”.
“Cada piloto tiene la capacidad de cubrir aproximadamente 100 hectáreas por hora, nos separamos en cuadrículas y se hacen barridos laterales; o sea, ponemos los parapentes uno al lado del otro con una distancia de unos 30 metros entre cada uno, y como si fuese una escoba barremos el área con cámaras. Todo queda filmado”.
“Tenemos comunicación en tierra y cada piloto lleva un GPS para marcar un punto, si es que algo que nos llama la atención, para después poder corroborarlo”, explica.
“Si la búsqueda es positiva y se requiere bajar –siempre y cuando las condiciones estén para aterrizar- hacemos los primeros auxilios, ya que llevamos un kit de emergencia en la silla del paramotor”.
La convocatoria para la búsqueda de Loan les llegó formalmente el domingo. “Por la tarde ya había dos pilotos haciendo los primeros rastrillajes y el lunes a la mañana despegaron nueve que venían de Mocoretá, Pasos de los Libres, Mercedes, Curuzú Cuatiá, Goya, Corrientes capital y Resistencia (Chaco). Cada piloto voló seis horas, cubriendo aproximadamente 5.400 hectáreas”, señala Carlino. “La primera parte del operativo estuvo centrado al norte de la ruta 123, donde habían aparecido algunas huellas y eran campos mucho más limpios. Por la tarde se buscó más cerca del punto cero, último lugar donde se lo vio a Loan”.
La provincia de Entre Ríos también tiene representantes en C.A.BU.RE. Marcelo Silvestri es de Chajarí y participa de la búsqueda de Enrique Fabiani, un hombre de 74 años desaparecido en Mojones Sur, una zona rural cerca de Alcaraz, departamento Villaguay.
En este sitio, “se barrieron aproximadamente 10 km a la redonda para ver si encontrábamos algún indicio. Se voló entre 20 y 30 metros para tener una visión precisa”.
Avistaron fauna silvestre (carpinchos, ciervos y monos), pero no hubo hallazgos vinculados al caso.
“Un monte extenso y muy cerrado”
La provincia de Entre Ríos también tiene representantes en C.A.BU.RE. Marcelo Silvestri es de Chajarí y participa de la búsqueda de Enrique Fabiani, un hombre de 74 años desaparecido en Mojones Sur, una zona rural cerca de Alcaraz, departamento Villaguay. Durante la entrevista, cuenta las ventajas de la actividad que realizan en tareas de rastrillaje. “Nuestra actividad nos permite volar a muy baja altura y a poca velocidad. Generalmente lo hacemos en campos, por lo que tenemos experiencia adquirida en observación”.“Dentro del transporte aéreo es lo más económico. La vela es una tela flexible que va guardada en una mochila y se despliega en el lugar. Se puede despegar de cualquier descampado, sin necesidad de una pista preparada”.
“Si bien estamos a merced del tiempo, porque tiene que haber condiciones medianamente óptimas para volar, en aeronáutica se ha vuelto imbatible”.
“Al ser equipos biplaza podemos cargar suministros para una persona herida o para un equipo de búsqueda, o trasladar a un médico si es necesario. Es muy versátil”, concluye.
En el centro de nuestra provincia no son muchos los parapentistas que integran la asociación y este miércoles le tocó ser el único disponible en la búsqueda de Fabiani.
“Arribé al puesto de comando alrededor de las 9.30 y una hora después ya estaba despegando en el primer vuelo. Hice una recorrida especifica de un lugar bastante inaccesible a pie y luego el barrido de un arroyo, a una distancia de entre 50 y 60 metros, a baja velocidad”.
“Es una zona muy extensa, de monte autóctono, muy cerrado. Hubiese sido ideal hacerlo entre tres y cuatro paramotores, para abarcar una superficie más amplia”, dice Silvestri.
Pese a integrar un equipo bien organizado, la búsqueda fue con resultado negativo.
“Era una cuadrilla de alrededor de 50 personas, entre policías y bomberos de distintos pueblos de Santa Fe y la región. Había una unidad de control con un camión equipado para hacer un seguimiento con enlace satelital. Yo iba compartiendo mi posición en tiempo real. Además, los pilotos de paramotor tenemos comunicación por radio con la base en todo momento, desde nos van guiando”.