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Ofelia Paccot
Ofelia Paccot
Ofelia Paccot
Muy coqueta, se preocupaba porque la cartera le combine con la ropa y el calzado. Mujer inquieta y de carácter fuerte, imponiéndose a quien quisiese avasallarla y buscando solución a los problemas.

Así recuerda Adriana “Pitu” Otero a su abuela, a quien la historia parece señalar como una de las primeras mujeres en conducir un colectivo en la República Argentina, y a quien decidimos recordar a modo de homenaje, en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Ana Ofelia Paccot nació en Buenos Aires, el 23 de mayo de 1915. Hija del matrimonio conformado por Cosme Paccot (uruguayo) y Modesta Devoto (argentina), padres a su vez de Francisco Paccot, María Esther y Nelly.

Cuenta Adriana que sus bisabuelos trabajaban en la mansión de la familia Lazcano, frente a Plaza San Martín de la ciudad Colón. “Él era cochero y ella mucama. Cuando se casaron, el señor –que les tenía un gran aprecio- les regaló un carruaje con dos caballos y así mi bisabuelo empezó a trasladar gente que trabajaba en la Fábrica de Pueblo Liebig, logrando independizarse”.

El paso siguiente fue un colectivo de madera con carrocería de fierro realizado por un primo carpintero, de apellido Paccot, con el cual su abuela comenzó a manejar, todavía siendo soltera.

Más adelante, compraron un colectivo al que le decían “la bañadera”; un auto antiguo sin el techo, en el que llevaba siete pasajeros.

La presunción de que fue una de las pioneras en su rubro surge a partir de una entrevista periodística que tiene a uno de sus hijos (tío de Adriana) como protagonista.

“Doña Angélica González de Velasco era corresponsal de un diario nacional y le había hecho una nota a mi tío, debido a que en Buenos Aires comenzaba a haber mujeres que también conducían ese tipo de vehículos”.
Un amor, entre viaje y viaje
Entre un traslado de pasajeros y otro, Ofelia Paccot conoció a su futuro esposo, Juan Carlos Otero.

“Mi abuelo era mecánico en Liebig y también hacía viajes en un auto. Cuando ella hacía el circuito, lo veía y así se conocieron”, recuerda Adriana.

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Ana Ofelia Paccot y su esposo, Juan Carlos Otero Agrandar imagen
Ana Ofelia Paccot y su esposo, Juan Carlos Otero
La familia conserva algunas pruebas de aquella conquista. “Señorita Paccot, la veo cruzar, qué linda que es. Si usted me permite invitarla…”, le escribía Don Otero a la joven chofer en unas postales que le hacía llegar.

Se casaron y el matrimonio continuó dedicándose al transporte, adquiriendo su primer 0 Km en el año 1968. Tuvieron dos hijos: Juan Carlos (“Cuzú”) y Juan Alberto (“Beto”); y cinco nietos: Adriana, Fabricio, Alejandra, Gustavo y Nadia.
El legado
Ana Ofelia Paccot falleció producto de un infarto el 7 de septiembre de 1974, a los 59 años de edad. Sus restos descansan en el cementerio de Colón.

Pero la pasión familiar por el rubro del transporte, continuaría con sus descendientes.

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Hijo y nieto de Ofelia y Juan Carlos, posando con el primer 0 Km de la familia (1968) Agrandar imagen
Hijo y nieto de Ofelia y Juan Carlos, posando con el primer 0 Km de la familia (1968)
“Seguimos con ese legado. Mi padre Juan Alberto Otero, mi madre Dora Polliand, mi hermano Gustavo y yo, trabajamos en la empresa”, dice Adriana.

“De aquellas épocas en que trabajaba la fábrica de conservas, cuando manejaba la abuela, se fueron sumando más empresas de transporte urbano e interurbano. Actualmente, seguimos haciendo la línea a Liebig, siendo la única que subsiste, pese a todos los contratiempos económicos”.

“Quizás nos mueve el honrar los comienzos en aquellos 1900, cuando las cosas no eran fáciles, entonces, por qué no, tomar el desafío de seguir uniendo caminos, con el mismo tesón que los abuelos”, concluye, a la espera de que las futuras generaciones continúen escribiendo la historia.
Fuente: El Entre Ríos

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