“Empezó a acercarse, a hacerme comentarios e invitaciones. Me decía que le gustaba, pero como no era recíproco, rápidamente comenzaron los malos tratos: los primeros de los que tengo registro fueron en el año 2017”, explicó la mujer que se animó a denunciar a su jefe por violencia de género en contexto laboral, ante la Fiscalía de Género a cargo de Carolina Costa.
Pero la denuncia penal no fue el primer paso. Meses antes, la trabajadora denunció a Crespo ante el Departamento de Políticas Transversales del IAPV: “Yo quiero trabajar tranquila, sin ser violentada. Hace 10 años me desempeño en diferentes tareas en la regional, hace alrededor de cinco años soy de planta permanente. Esta persona es un cargo político, no es justo que no pueda volver a trabajar por la violencia de este hombre”.
La mujer se refiere a la licencia que tomó a partir de la segunda quincena de enero, porque empezó a transitar problemas de salud, disminución de peso, angustia y ataques de ansiedad. “Después del hostigamiento constante, empezó a ocurrir que me tenía que encerrar en el baño porque no aguantaba las ganas de llorar. O me sumergía en un cuadro de ansiedad”, relató.
“El 15 de enero empiezo a sentirme mal físicamente, me di cuenta que había adelgazado hasta pesar 50 kilos, entonces fui al médico a hacerme un chequeo. Entonces tomé licencia por prescripción de un médico clínico: cuando tenía que volver a trabajar empiezo a sentirme muy mal, a llorar al despertarme, la angustia es insoportable y además hay que explicarla una y otra vez”, señaló la mujer que cursa tratamiento psicológico y psiquiátrico, y que no quiere volver a trabajar en un ambiente laboral que define como “insoportable”.
“A fines de diciembre del 2022 empecé a enviar mails al Departamento de Políticas Transversales. En enero ratifiqué la denuncia, la cual fue escueta, por miedo a quedar como una problemática, hasta eso tenemos que pensar cuando señalamos este tipo de cosas”, agregó.
Los hechos denunciados
Los episodios mencionados van desde “el maltrato verbal y los gritos, que tire mis cosas, una mochila y una bicicleta, a la descalificación y que me haga callar cada vez que escucha que me río por algo: cosas como esas ocurren todo el tiempo”.“Una vez, en medio de la resolución de la ocupación de una vivienda, algo que dependía de la gerencia, me gritó adelante de todos que era una inoperante. En septiembre de 2019 fuimos a Paranacito a firmar escrituras, tuvimos que pasarlo a buscar por la casa con el chofer. Estuvimos un rato estacionados afuera, esperando que saliera, cuando llegó el auto me tiró la mochila atrás y, cuando manifesté mi descontento con el trato, me dijo que ‘le chupe la verga’” haciéndome bajar del auto para ocupar otro lugar”, contó.
“Hace casi dos años que estamos sin teléfono en la regional sur. En enero de 2021 mi tía que es internada, coincide con el momento en el que IAPV entregaba las 78 viviendas, no encontraban a un adjudicatario, me llamó, le expliqué que yo estaba de licencia, que mi familia era muy chiquita y que mi tía se estaba muriendo, yo la estaba cuidando, me insistió que fuera y que yo me encargara. Cosas así todo el tiempo. No me autoriza a hacer visitas, ni siquiera en la ciudad, no nos habilita los medios de transporte que tenemos en la delegación. Tiene como un ensañamiento, desde el momento en que manifesté que no tenía ninguna interés en él”, añadió.
Qué dice el directorio del IAPV
Consultada por Radio 2820, Miriam Espinosa -la única mujer que integra el directorio que encabeza Marcelo Bisogni, junto a otros dos hombres- reconoció: “No es la única denuncia que hemos recibido, hay otras en diferentes delegaciones del organismo, pero tomamos los recaudos legales desde una perspectiva de género”.“Creamos un departamento, trabajamos en capacitaciones basadas en la Ley Micaela. Apoyamos siempre a la persona que hace la denuncia, creemos en el mismo acto en que se denuncia, sin desmerecer que la otra parte pueda hacer el descargo correspondiente: la denunciante debe ser escuchada”, declaró.
“Estamos para atender todas las situaciones de violencia de género que se presenten, que son muchas y que todavía existen en el ámbito laboral, naturalizadas”. En este caso en particular, “estamos dentro de los plazos que corresponden a los protocolos que corresponden por la normativa de violencia de género, queremos darle tranquilidad siempre a la denunciante: seguramente las partes serán notificadas esta semana”.
Respecto del proceso, explicó que también intervienen otras instituciones: “Además de proclamar la empatía hay que ejercerla, y en eso estamos”.
Acerca del denunciado
Daniel Crespo es oriundo de Junín, provincia de Buenos Aires.Egresado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de La Plata, llegó a Gualeguaychú en el año 2006, cuando se integró al equipo político- técnico de la segunda intendencia de Daniel Irigoyen, coordinando programas sociales nacionales.
Durante la primera intendencia de Juan José Bahillo estuvo en Desarrollo Social y trabajó en la coordinación de las cooperativas de construcción que conformó la municipalidad y diferentes organizaciones sociales, bajo la modalidad con la que se construyeron diferentes planes habitacionales en la ciudad.
De la Agrupación “Militancia”, liderada por Irigoyen, pegó un salto hacia el armado que llevó a Martín Piaggio a la presidencia municipal.
Actualmente, integra la mesa chica que propone la candidatura de Martín Roberto Piaggio, actual secretario de Salud y Desarrollo Social, a la intendencia de Gualeguaychú.