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Trabajaba como albañil en Entre Ríos cuando la música lo sorprendió. Y aunque no escucha cumbia, se convirtió en el líder de la banda más exitosa del momento. Disfruta de un presente feliz, pero no esconde un pasado oscuro. Drogas, intentos de suicidio y problemas con la Policía marcaron gran parte de su vida.

Por Susana Ceballos, especial para Infobae

Si de algo no quedan dudas es que Diego Maradona con su zurda mágica alegró la vida de millones de personas. ¿Pero quién alegraba la vida del inolvidable barrilete cósmico? Seguramente un número ínfimo comparado con las infinitas alegrías que generó. Y entre los elegidos que alegraban al elegido estaban Emanuel Noir y Ke Personajes.

En noviembre de 2020, cuando Diego se recuperaba de una intervención por hematoma subdural, Leopoldo Luque, su médico, contó: “(Maradona) está muy bien. Estuvimos incluso bailando. A él le gusta Ke Personajes”. En plena cuarentena, el grupo le cantó a “Pelusa” vía streaming. Pero además del 10, Sergio Agüero grabó un video con ellos, Carlos Tévez los contrató para eventos personales, y Wanchope Ábila y Cristian Pavón fueron a un recital cuando eran figuras de Boca. Los futbolistas son algunos de los miles que siguen a Ke Personajes, con su vocalista, Emanuel Noir. La banda cuenta con dos millones de followers en Instagram y 727 mil suscriptores en YouTube. En su cuenta personal, el cantante suma 1,9 millones de adherentes. Al vocalista hoy la vida lo acuna con el éxito, pero durante años lo zarandeó mal, y mucho.

Noir nació en Concepción del Uruguay el 18 de noviembre de 1989. Vivía en un barrio con una realidad compleja. “Una vez conté, y en cuatro manzanas había 11 transas. Se conseguía pasta, merca, faso”, le reveló a Gastón Pauls en su programa Seres Libres. La droga no se percibía adicción sino oportunidad. A los 13 años comenzó a consumir marihuana. Arrancaba un período que, según su definición, “no empezó tan oscuro pero terminó en el negro más completo”.

Al consumo de marihuana le siguió el de psicofármacos y alcohol. Noir consumía pastillas todos los días y los fines de semana llegó a tomar 50 Artane (medicamento para el mal de Parkinson). “Por mi forma de ser tan eufórica y agresiva buscaba un estado de reposo, que aunque no reducía el estado agresivo, lo dejaba en calma”, se sinceró ante el conductor.
Según su relato, “cuando la muerte se hizo presente más de lo habitual” comprendió que esa vida no era vida. Bajo los efectos de las pastillas tenía alucinaciones que se intensificaban por las noches. En una ocasión vio a la muerte parada a su lado, que le estrechaba la mano. Comenzó a experimentar una fuerte depresión de la que buscaba huir consumiendo cocaína. Con 20 años, fusionaba pasta con cocaína, a lo que sumó el alcohol: llegó a beber una jarra con perfume y pasta. “Ni me interesaba estar con una chica, lo único que quería era consumir y no parar”, confesó.

La adicción lo llevó a tener problemas con la Policía: fue inculpado por dos homicidios, hechos de los que prefiere no hablar. Solo enfatiza que no tuvo participación con ninguno de los delitos y asegura que solo estuvo “en un mal momento y en un mal lugar”.

La primera vez que Noir entró a rehabilitación fue en un centro ambulatorio al que lo llevó su madre. La segunda vez fue a los 20, cuando tuvo una sobredosis con la que intentó “cortar el sufrimiento”. Le dio miedo y se internó en un lugar de Santa Fe. “De muchas cosas que hay en el mundo, la droga es la peor elección en la cual uno puede creer que va a encontrar una solución. Es la elección más errónea que el ser humano puede optar por crear una satisfacción momentánea. Por la droga podés matar, robar o lo que la droga quiere que hagas”.

El consumo lo llevó a la paranoia. Entraba con una cuchilla a una habitación vacía pensando que lo atacaban. Sentía que las cámaras lo perseguían. “Esa cotidianeidad física te agota constantemente y lo único que te dice es que te mates”. Tuvo varios intentos de suicidio, el último de ellos fue en 2020: “Tenía paranoia, veía cosas horribles y me cansó y agotó mentalmente. Mi cabeza solo decía que me mate, esa era la única solución en ese momento”.

En uno de esos intentos, un domingo, al mirarse en el espejo sintió que su cara se reía de él. Al día siguiente un amigo lo acompañó a reunirse con una persona que lo orientó para el jueves internarse en una institución para rehabilitarse. “Llegás agotado. Hacés un balance de tu vida, de todo lo que tenés por delante y te queda un poco de lucidez limpia en tu cabeza para tomar una decisión que es muy poderosa. La tomás y cambia, o la dejás y vaya a saber dónde terminás”, dijo.

Mientras peleaba con sus adicciones, Emanuel trabajaba como albañil. Desde los 17 y durante ocho años hizo pozos para piletas en los fondos de las casas. Entre paladas de tierra y fratachos, solía ponerse a cantar. “He ido a lugares donde me han dicho que se acuerdan de mí por eso. Me he cruzado con una pareja y ella recordó: ‘¿Viste, Jorge? ¡Yo te dije que éste era el que cantaba haciendo pozos en el fondo de casa!’”, contó.

Si un transa lo llevó a la droga, fue otro el que lo condujo a la música, a los 14. Según relató, “el cabecilla, que era el transa en ese momento, un día me llama. Yo usaba pantalones Adidas, las medias adentro, buzo, tenía pelo largo con rulos, gorra y rastas; era como un cumbiero rastafari. Y me regaló un CD, era de Bob Marley. Lo escuché un montón y siempre me quedó como un sueño hacer una banda con ese ritmo. El reggae es palabra mayor”. Porque si bien le gusta la cumbia, no seguía esa música. “Yo escuchaba Creedence, AC/DC, Linkin Park, Limp Bizkit, Evanescence, Coldplay, Eminem. Nirvana me gustaba mucho. Escucho los Ángeles de Charlie, Los Ángeles azules, y esas bandas que tienen letras re bonitas”, reveló.
Los comienzos de Ke Personajes tuvieron algo de casualidad: “La música siempre me gustó, me encantaba y me encanta. Yo andaba mucho en la calle, siempre metido en medio de la droga, nos juntábamos en una esquina y re daba siempre empezar a cantar. En ese momento no teníamos celulares ni nada, entonces eran palmas y el Ema, cantando”.

En 2016 se juntó con Damián Piñeiro -que tocaba teclados-, Sebastián Boffeli -que le daba a la batería eléctrica- y Enzo Martínez -que se le animaba al güiro-. Así, comenzaron a grabar videos. “Una vez nos llama un hombre con plata para saber si podíamos ir a tocar a una fiesta de él. Ahí Seba le dice que no éramos una banda, y él nos dice: ‘No, pero vengan y hagan lo mismo que en los videos’”. Era diciembre y aceptaron la invitación. “Fuimos, con menos instrumentos que ahora. Había otra banda de cumbia tipo santafesina, de Gualeguaychú. Ellos, con traje y todo, tocaron antes, y después cerramos nosotros, que no nos conocía ni el loro, porque al señor le re cabía. Y cuando terminamos dijo: ‘¿Cuánto me cobran?’, y no queríamos cobrar. Todos pusieron a voluntad y en base a esto dijimos: ‘Vamos a arrancar’. Empezamos tocando algunas veces y se nos fue de las manos”, describió.

Al grupo se sumaron Joel Brem -teclado- y Juan Emanuel Álvarez -en la difusión-. Poco a poco y con el apoyo de la gente, Ke Personajes fue creciendo. Cuando llegó la pandemia y el mundo se detuvo, encerrado en casa Noir vio la oportunidad de seguir haciendo música, cantar, tocar con sus amigos y transmitir en vivo en diversas plataformas. Poco a poco, el intérprete fue teniendo más seguidores, pero con la canción “Adiós amor- Oye Mujer” traspasó las fronteras y llegó a Chile, Bolivia, México y Perú, países que se fascinaron con esa música que combina ritmos festivos y melodías pegajosas.

En 2022 fue el gran despegue de popularidad. Grabaron canciones con La K’onga, Pablo Lescano (Damas Gratis), Ulises Eyherabide (Rescate), La T y La M, entre otros artistas. Al año siguiente estrenaron el tema y videoclip “Un finde / Crossover # 2″ junto a Big One y FMK y lanzaron el video de una versión en castellano y en vivo de “Bohemian Rhapsody”, de Queen.
Ke Personajes siguió posicionándose en las redes sociales con su producción y suma compromisos y actuaciones. “Nuestro objetivo es seguir superándonos y tratar de trabajar con la mayor responsabilidad posible, lo próximo a lograr es que estamos trabajando en temas propios, no hacer tantos covers”, dice su cantante.

En agosto la banda encabezó una gira por Perú, con shows programados en Lima, Cusco, Arequipa y Trujillo. Ante la cancelación de la presentación en Cusco, Noir salió al balcón del hotel en el que se hospedaba y entonó el tema reversionado “Costumbre”, de Juan Gabriel, ante el asombro de los que pasaban por la zona y podían escucharlo.

Con un presente de éxito, Emanuel reconoce que en su camino de recuperación la religión fue una tabla de salvación: “Dios siempre estuvo conmigo, yo siempre le di la espalda pero aún así Él estuvo esperando que yo le deje media abierta la puerta y dejarme sacar esa basura interna”.

En pareja con Juli Farías, y padres de Emma y Martina, hace días sorprendieron con una emotiva propuesta de casamiento. “Un día me preguntaste si te amaba, y te dije que sos el amor de mi vida”, comenzó escribiendo Juli en su cuenta de Instagram. “¡Me pediste una demostración de amor!”, resaltó la joven de 27 años, que sorprendió a Emanuel con la romántica propuesta a la que describió como “el acto de amor más grande que pude haberte dado”. “Te amo. Amo lo que somos, lo que vivimos todos los días. Sos mi rey porque me tratas como una reina. Te amo y te voy a amar por lo que reste de mi vida”, agregó la futura esposa del líder de Ke Personajes.

Sobre las imágenes del momento exacto de la propuesta, Juli agregó un cartel con una pregunta clara: “Emanuel, ¿te querés comprometer conmigo?”. Y dos anillos unidos. Además, lo acompañó con una foto de ambos.

Emanuel Noir trata de mantenerse fiel a la promesa que se hizo: “Se le puede ganar a esto”. Cree que Dios obró en su corazón y le dio una nueva oportunidad. Siente que con la música “Dios me dio la bendición de poder llegar a muchos lugares”. Por eso experimenta un gran agradecimiento con una profunda empatía y comprensión con los que menos tienen: “Busco que vean el esfuerzo que hago las 24 horas del día”. Sabedor de las batallas perdidas y las ganadas, afirma: “No sé si seré ejemplo de algo o no, pero es lo que soy. Y que de un papá albañil y una mamá ama de casa, más con toda la lucha personal que tengo, creo que se puede ver que se puede salir y crecer”.

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