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“Sola. Una familia millonaria, una mujer excluida, una pelea desigual, una alianza inesperada”. Así se titula su libro autobiográfico presentado en el Centro Cultural y de Convenciones “La vieja usina” de Paraná, donde la autora mantuvo un diálogo con la comunicadora Carola Orduna, por más de dos horas.

Dolores Etchevehere hizo un recorrido por los principales temas que atraviesan la obra: su infancia en el interior de una familia poderosa, la “traición” de sus hermanos y su madre que derivaron en 11 años de litigio judicial, su posterior alianza con Juan Grabois y todo lo ocurrido a partir de la intervención del proyecto “Artigas”.

En ese marco, se refirió al monolito que sus hermanos están construyendo en la puerta de estancia “Casa nueva” para conmemorar el primer aniversario de su desalojo e hizo propia la conclusión de un académico que lo analizó: “Es una ridiculez que representa la crisis fálica de los Etchevehere corruptos”.

“Ellos operan en el plano de lo simbólico, tienen que pararse ahí para reafirmar algo que está en crisis: su poder. Y está en crisis porque su accionar delictivo está plasmado en todos los expedientes y ya no lo pueden seguir ocultando, no lo pueden seguir cajoneando. La verdad quedó expuesta y el mecanismo del pacto de poder, de llamar por teléfono y arreglar todo, cada vez funciona menos”.

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Asimismo, la flamante escritora aseguró que mientras ellos “están erigiendo el monolito como símbolo de su impunidad”, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) está analizando la rendición de cuentas de 11 años de sucesión, donde presuntamente se plasma un accionar delictivo.

“Mientras ellos están erigiendo ese monolito, representando esa crisis fálica, yo en Buenos Aires ingresé la totalidad de la rendición de cuentas de estos 11 años de administración fraudulenta de los Etchevehere corruptos en la PROCELAC, una rendición de cuentas que siempre estuvo blindada, y pude acceder en su totalidad después de mi intervención en Casa Nueva, con el acompañamiento del proyecto Artigas”.

Finalmente, Etchevehere afirmó que su familia de origen “usurpó y robó las tierras” de la Escuela Agrotécnica Nº 151 “El Quebracho”, lindera a la estancia de la polémica: “El monolito está construido sobre las tierras de la escuela, también representa la impunidad”. En otro momento de la presentación del libro, volvió sobre el tema y sostuvo que ella y el proyecto “Artigas” quieren colaborar para que esas tierras sean “restituidas” a la comunidad educativa.

“Mientras erigen el monolito, mi accionar es el de las pruebas y la documentación, su accionar delictivo se está analizando en la Justicia Federal”, contrastó.
Fuente: Análisis

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