Se consideró a los concursos para elegir una embajadora como "discriminatorios, violentos y proveedores de estereotipos de género basados en la cosificación de las mujeres y en la insistencia en una visión heteronormativa y clasista de nuestra sociedad".
En el caso de Concepción del Uruguay, la decisión de la comisión supera la instancia de cambiar el nombre simplemente (pasar de elección de la reina a elección de la embajadora); como lo han hecho otras ciudades que permanecen subsistiendo, pero camuflados. En este, caso la interrupción es lisa y explicita.
Con este tipo de decisiones buscan aportar culturalmente a la equidad entre los géneros y a la fijación de valores en sociedad que estén basados en la diversidad; la multiculturalidad;la convivencia entre las diferencias y sobre todo el respeto entre quienes la habitan.