Al respecto, el meteorólogo, Christian Garavaglia, advirtió otra consecuencia que esto traerá aparejada: las proyecciones para el mes de diciembre son de temperaturas muy por encima de lo normal en el centro y norte de Argentina.
El especialista ratificó que “se consolidan los pronósticos que indican la persistencia de La Niña para los próximos seis meses, con una probabilidad del 70% para el trimestre septiembre-octubre-noviembre, y del 55% para el trimestre diciembre-enero-febrero”.
Con estos recientes datos difundidos en un comunicado por la Organización Meteorológico Mundial, todo se encamina a que se presente el primer “triple episodio” de La Niña de este siglo, al abarcar tres veranos (del hemisferio sur) consecutivos desde que inició en septiembre de 2020.
Por ello, con el correr de los próximos meses, es probable se observe un agravamiento de la sequía sobre el centro y norte de la Argentina. “Esto no solamente responderá a la presencia de La Niña con un enfriamiento de las aguas del Pacifico ecuatorial oriental, sino también a una fase negativa de otra teleconexión llamada Dipolo del Océano Indico (IOD)”, señaló Garavaglia.
Bajo este escenario, refirió que “ambas teleconexiones contribuirán en el mismo sentido: el de reforzar las condiciones de circulación atmosférica regional que inhiban el desarrollo de precipitaciones”.
Remarcó que “la primera quincena de septiembre viene mostrando un panorama desolador” en cuanto a precipitaciones y estimó que “probablemente sea solo un breve adelanto de lo que serán los próximos meses, con pocos eventos de precipitaciones generalizadas y abundantes”.
El calor, otro factor que suma preocupación
El especialista manifestó que “si hay algo de lo que se habla mucho menos bajo el actual escenario y las últimas previsiones, es de las temperaturas”.Luego de haberse registrado el quinto otoño más frio de los últimos 62 años, y un comienzo de invierno que siguió en la misma sintonía, las temperaturas fueron morigerándose y las proyecciones con el correr de los próximos meses indican que irán hacia un marcado aumento por encima de la normalidad.
Durante septiembre, “es probable aun permanezcan anomalías térmicas negativas en el norte argentino, y respondan positivamente primero las provincias continentales del centro del país y el este patagónico, como resultado probablemente de una mayor frecuencia de vientos canalizados del norte”, detalló Garavaglia.
Con el correr de los meses, “vemos como las anomalías positivas de temperatura se extienden también hacia el norte argentino, y particularmente hacia diciembre se intensifican notablemente”.
Se prevén “anomalías de temperatura media mensual de +2 °C a +3 °C sobre el sur del Litoral y el norte de Buenos Aires hacen pensar en un escenario de mucho calor para el comienzo del verano climatológico”.
Aclaró al respecto, que “esto no es algo que no se haya experimentado en los últimos años. Basta recordar la histórica ola de calor de diciembre de 2013, la más persistente desde que se tienen registros sistemáticos. O mucho más reciente, la caliente primera quincena de enero vivida en Argentina en 2021, quebrándose más de 75 récords de temperaturas (algunos históricos) con 19 ciudades del país habiendo registrado su noche más cálida en la historia, según los registros del Servicio Meteorológico Nacional”.
El meteorólogo consideró que “estas primeras tendencias para lo que será el cierre del 2022 son un signo de atención insoslayable”, aunque aclaró que “hay que tomarlas con prudencia, pero siendo conscientes que el contexto ayuda a que este escenario sea bastante probable, con temperaturas medias por encima de lo normal y olas de calor que podrían empezar a materializarse desde finales de la primavera o recién comenzado el verano”, completó en Meteored.