Si bien está lejos de los valores mínimos históricos, es bastante inusual para esta época del año. Debe recordarse por ejemplo que las inundaciones más grandes de que se tengan registro ocurrieron precisamente en otoño de 1959, en el mes de abril.
En Paysandú, en estos días el nivel se sitúa en el entorno de los 45 centímetros sobre el cero hidrográfico, mientras que en Salto-Concordia la altura no sobrepasa el metro diez centímetros.
El caudal evacuado por la represa fluctuaba ayer entre los 902 y los 923 metros cúbicos por segundo. De esta forma es claro que no es de las bajantes más pronunciadas desde que en oportunidades la erogación de la represa se situó apenas en los 600 metros cúbicos por segundo y el nivel ha sido de hasta 20 centímetros bajo el cero hidrográfico en Paysandú. Sin embargo los caudales aguas arriba de Salto Grande se presentan muy reducidos, por lo que la situación difícilmente se revierta en el mediano plazo.
En este contexto, recientemente la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) directamente observó que los peces juveniles de las especies de interés comercial y deportivo “estuvieron ausentes” en los relevamientos.
Los informes del organismo binacional indican que el tiempo que lleva la bajante ya es equivalente al que aproximadamente demoran los peces para alcanzar la talla de primera captura. Y advirtieron que la pesca podría atentar contra el ingreso de “reclutas” necesarios para recuperar las poblaciones. La situación es inédita desde que se cuenta con registros, concluyeron los asesores de pesca y los departamentos de Ambiente y de Hidrología de CARU.