“Lamentablemente es tarde para reclamar el pegado, pero no es tarde para seguir armando, sin mezquindades, un proyecto político amplio y plural que nos permita no sólo ganar, sino gobernar la provincia. No es tarde para ser cautos en las acusaciones, porque después nos vamos a necesitar todos”, expresó también.
El texto completo
“Leyendo la carta abierta de Pedro Galimberti, precandidato a gobernador de Juntos por Entre Ríos, no hago más que ratificar una certeza personal: él ha tenido razón en varias decisiones que ha tomado durante este último tiempo.
En el 2015 trabajé en la campaña presidencial de Ernesto Sanz y Atilio Benedetti para gobernador, y Macri no permitió que pegáramos nuestra boleta con la de él.
En ese contexto le preguntamos a Galimberti y a muchos de los candidatos radicales a intendentes si estaban dispuestos a pegar su boleta con Benedetti-Sanz y la respuesta fue contundente: “No, nosotros pegamos con De Ángeli-Macri”.
Con el diario del lunes comprobamos que la decisión fue acertada: Benedetti declinó su candidatura, nos sumamos a la campaña de De Ángeli, y Sanz apenas obtuvo el seis por ciento de los votos en la provincia.
Cuando muchos de nuestros amigos radicales nos reclamaban que dijéramos algo sobre la decisión de Galimberti de dejar el municipio radical de la ciudad en manos de un socialista restando dos años de gestión, solo expresamos que tenía razón en concebir una alianza política amplia y plural. Sostuvimos que si el socialismo era parte del armado político de Chajarí no había razón para oponerse.
Hoy vuelve a tener razón cuando, a pesar de todas las acusaciones que hizo en tantos comités de la provincia sobre el dudoso apego a la doctrina radical que teníamos quienes apoyábamos la candidatura de Rogelio Frigerio, pide pegar su boleta con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Más vale tarde que nunca.
Nosotros, quienes formamos parte de la alianza radical “Radicales para Conducir y Gobernar”, ganamos la interna partidaria del 16 de abril sosteniendo un mensaje coherente: queremos que el radicalismo sea parte de un proyecto político no testimonial, que tenga real vocación de poder y que reclame el protagonismo que merece en el armado de la propuesta de gobierno.
Los veinte años de postergación de la provincia y los veinte años de gestiones de gobernadores del PJ de Concordia que convirtieron a Entre Ríos en una provincia pobre en relación a provincias vecinas, requieren que dejemos de lado candidaturas legítimas y nos encolumnemos con quien tiene la posibilidad de dar vuelta la página de esos 20 años de gobierno de un mismo signo político: Rogelio Frigerio.
Algo parecido a lo que hizo Galimberti con Macri en el 2015, o lo que hizo con Borghesán en Chajarí. Algo parecido a lo que hizo Luis Petri con Patricia Bulrich, o Gerardo Morales con Horacio Rodríguez Larreta. Algo parecido a lo que ahora, tarde, pide Galimberti.
Pero hay algo en lo que Galimberti se equivoca: en acusar de sectaria a la gestión del Comité Provincial de la UCR, que su espacio interno también integra.
A la elección interna de la UCR la ganamos diciendo siempre la verdad. Siempre sostuvimos que íbamos a ser parte de la propuesta de Rogelio Frigerio y que no teníamos ningún problema en acompañar a candidatos a presidente de Juntos por el Cambio que no sean radicales siempre y cuando al radicalismo se le asignara la vicepresidencia.
Galimberti se equivoca también haciéndonos responsables de no lograr que él pueda pegar su boleta con Bullrich y Larreta. Siempre manifestamos, igual que Frigerio, que no había ningún problema en que Larreta o Bullrich, o los dos, lo autoricen a pegar. Lo que sí afirmamos siempre es que los candidatos nacionales debían optar por uno o por otro. Porque quienes trabajamos en la logística del armado de las boletas sábanas de más de un metro, de nueve cuerpos, sabemos que la multiplicidad de pegados haría absolutamente inviable llegar a cumplir los plazos. No queremos repetir el caos que fue el 2015 en ese sentido. Y por otro lado, Galimberti debería saber también que la ley es clara cuando establece que a la autorización de pegado la otorgan los candidatos, no el Comité Radical.
Lamentablemente es tarde para reclamar el pegado, pero no es tarde para seguir armando, sin mezquindades, un proyecto político amplio y plural que nos permita no sólo ganar, sino gobernar la provincia. No es tarde para ser cautos en las acusaciones, porque después nos vamos a necesitar todos”.