Nada de eso ocurrió. Al principio, por razones de agenda del argentino, que pasó gran parte de su inicio de gestión en visitas oficiales a líderes extranjeros, pero luego porque tampoco era una especial preocupación en el gobierno de Lacalle Pou, que prefirió que las relaciones bilaterales recayeran en los cancilleres Omar Paganini y Diana Mondino. La idea de que “equipo que gana, no se toca”, que se tiene en Presidencia uruguaya al respecto, se sostiene, sobre todo, en el resultado obtenido semanas atrás, con la habilitación de Argentina a que Uruguay drague a 14 metros el canal de acceso al puerto de Montevideo, que dejó muy conforme al mandatario uruguayo.
Ahora, finalmente, y en ocasión de los eventos en conmemoración de los 30 años del atentado contra la Asociación Mutualista Israelita Argentina (AMIA), el encuentro se dará en la Casa Rosada, sobre las 16 —como informó ayer El Observador—, pero será a iniciativa del gobierno de Milei, que se comunicó con la embajada de Uruguay en Buenos Aires (a cargo de Carlos Enciso) para proponer esta reunión, según señalaron a El País.
Lacalle Pou aceptó, y asistirá, “en principio”, sin ningún planteo en particular para hacer, indicaron fuentes oficiales. Esto no quita que, de todos modos, no asista con un punteo de temas esenciales, como por ejemplo la construcción de un puente internacional que una Bella Unión con Monte Caseros y asuntos vinculados al Mercosur, cuya Presidencia Pro Témpore asumió Uruguay en la última cumbre, en la que, dicho sea de paso, Lacalle Pou reclamó que el mandatario argentino no estuviera presente.
"Es una reunión que se buscó que pase por debajo del radar", señaló un funcionario del Poder Ejecutivo uruguayo.
El presidente Lacalle saldrá de Montevideo sobre el mediodía, y llegará a Buenos Aires acompañado del vicecanciller Nicolás Albertoni, ejerciendo como ministro de Relaciones Exteriores interino, ya que Paganini se encuentra en Washington, en donde asistirá al plenario de ministros de la APEP.