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Muchos son los argentinos y entrerrianos que viven en países latinoamericanos, donde la ola de contagios de coronavirus azota fuertemente a la población. Uno de ellos es el paranaense Lionel Ruggia, quien desde hace varios años vive en Río de Janeiro. El programa La Radio de UNO tuvo la posibilidad de hablar con él para conocer cómo se está viviendo la pandemia en la zona, con el agravante de las nuevas cepas detectadas en ese país: la de Manaos y la de Río de Janeiro.

“La gente no puede ir a las playas, sólo puede hacer deportes, pero sin entrar a la arena o al mar. Por otro lado, los servicios esenciales están activos, las farmacias están abiertas, pero sólo se puede pedir a domicilio o comprar desde afuera. Lo mismo sucede con los restaurantes. Las concesionarias de vehículos también están abiertas. Lo demás está todo parado, aunque en la zona norte de la ciudad está todo abierto, inclusive hay bailes”, comentó Ruggia.

Lionel Ruggia reconoció que la situación es complicada: "La zona más crítica es San Pablo, aunque si uno mira el mapa de Brasil está todo en rojo. Un amigo paranaense que vive en Guarulhos, me contaba que un día salió a dar una vuelta por los hospitales y estaban cerrados con candados, y la gente estaba haciendo cola afuera para ingresar por una cama”.

Sobre la ayuda del Gobierno brasilero ante el cierre de las actividades económicas, Ruggia relató que en abril cuando empezó la pandemia, se otorgó el beneficio de seis cuotas de 600 reales, a quienes cumplían con ciertos requisitos. Luego prorrogaron la medida y fue de 300 reales. "Ahora la Prefectura dispuso otra ayuda: para los trabajadores ambulantes y para las personas con auxilios sociales", explicó.
Controles según las zonas y medios de transportes
Ruggia comentó que los contagios en las favelas de Río de Janeiro están totalmente fuera de control. “Hace dos semanas decretaron que todos los bares tienen que cerrar, algunos a las 18 y otros a las 21. En Copacabana, por ejemplo, los guardas municipales los hacen cerrar. Pero tuve la oportunidad de desplazarme hacia la zona norte de la ciudad y allí estaba todo abierto, inclusive había bailes”, graficó.

Además, comentó que los cuidados que lleva la gente en el transporte público tienen que ver con los controles que hacen las guardias urbanas. Así, por ejemplo, en el subte la gente cumple con las medidas sanitarias de cuidado, pero no así en los colectivos articulados donde no está la guardia urbana.
Fuente: La Radio de UNO

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