El allanamiento sería para obtener pruebas sobre la desaparición de 7 millones de dólares, es decir 441 millones de pesos, según el cambio oficial. Es que, desde un sector de la firma comercial denunciaron haber sido víctimas de una estafa, pero los accionistas de la familia que no forman parte del directorio hablan de una fuga intencionada de capitales líquidos y en efectivo.
Fuentes cercanas a los Baggio informaron que las autoridades y el personal de la fuerza de seguridad se reunieron con directivos de la empresa y los abogados de la misma, en una edificación que se encuentra muy cerca del acceso a la planta.
La fuerza federal no permite que el personal que se encuentra en la planta y en la zona de las oficinas se dirija hacia el acceso, dejando a un gendarme en la puerta para que impida los movimientos de ingreso y egreso del personal y los proveedores.
Los únicos que entran y salen son los camiones, aunque tras un minucioso chequeo por parte de Gendarmería.