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“Uvas del Terruño” es un espacio creado en el 2019 por siete productores de la localidad de Hernández, en el departamento entrerriano de Nogoyá. Los productores lograron organizarse en un Grupo de Abastecimiento Local (GAL) y se dedicaron a otras producciones pero, en ese momento, decidieron incursionar en la vitivinicultura. Actualmente todos tienen sus viñas y algunos ya pudieron incluso elaborar sus propios vinos.

Los GAL, tal como explicó en su momento la ingeniera agrónoma y especialista en ingeniería ambiental Gabriela Pretto, tiene como idea clave la de reunirse no solo para compartir asesoramiento sino básicamente reunir oferta de frutas y verduras para comercializar localmente, mediante el reparto de bolsones o a través de ferias y mercados de cercanía.

“La propuesta de fondo es el asociativismo, y que haya criterios de técnicos acerca de cómo mejorar las producciones tratando de ser sustentables, es decir, producir conservando los recursos para devolverle a las generaciones futuras”, había explicado la técnica allá por 2020 cuando habló de la experiencia en Colonia Hocker y otras localidades del Departamento Colón.
Más de 50 viñedos
Para el logro de sus objetivos, los nuevos vitivinicultores, cuentan con el asesoramiento de profesionales de la Agencia de Extensión Rural Nogoyá y la agente de proyecto Cambio Rural, la ingeniera agrónoma Vanina Ezpeleta del INTA Victoria. Pues hace ya varios años que en la provincia de Entre Ríos se volvió a apostar por la producción vitivinícola. Hoy la provincia ya cuenta con más de 50 viñedos.

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Uno de los miembros del grupo en el Departamento Nogoyá, y de los primeros en iniciarse en la actividad, fue Jorge Martínez y Arias quien tiene unas 200 plantas de las variedades Malbec, Chardonnay y Marselan. Jorge vivió unos años en Neuquén, lugar donde comenzó a valorar la importancia de los cuidados de la viña. “La presencia, constancia, riego, poda, enfermedades, punto de cosecha, fertilización, todo eso es muy importante”, contó Martínez y Arias.
Elegir la producción
“En nuestros orígenes, quisimos hacer una comarca de la Marselan entre la gente del grupo. Muchos están entusiasmados en hacer uva de mesa, que también anda muy bien”, dijo Jorge y reveló otras ideas que se manejan en el grupo.

“Tenemos la de hacer espumantes, aceto, oporto, cinzano. Quiero probar otros emprendimientos. Mi esposa está elaborando gran variedad de dulces artesanales con frutas del sur como arándanos, sauco, grosellas, rosa mosqueta, pelón, guinda, duraznos, naranja, ciruela blanca, peras, membrillo, frambuesa, frutillas y kinotos en almíbar”, detalló.

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Sin embargo, el productor reconoce las limitantes que enfrentan para producir, aun cuando cuentan con asesoramiento agronómico. “Debemos conocer, en primer lugar, dónde está la línea comercial para luego analizar qué producir”. En este sentido ya esboza un proyecto de realización de ferias y eventos para mostrar dichas manufacturas, en acompañamiento de buena gastronomía.
Plantas, bodega y turismo
Otro de los productores es Mario Bentancour, que se inició en la vitivinicultura en 2020, también con la variedad Marselan e incorporó nuevas plantas en 2022. Todo esto, apostando a alcanzar las 500 plantas, tener su propia bodega y un lugar turístico en donde pueda comercializar sus vinos.

“Este año estoy muy contento con la producción obtenida, la cual ya se encuentra en proceso de fermentación para la elaboración de vinos”, dijo Mario esperanzado.
Vino, ganadería y pecán
Araceli Spolidor es otra de las productoras de este grupo, que junto a su hijo Miguel Carrizo se abocan al cuidado de 200 plantas y como Mario, también elabora su primer vino, alcanzando una producción conjunta de aproximadamente 200 litros.

La productora, que alterna sus tareas entre la ganadería y la nuez pecán, resaltó “la importancia del cuidado permanente en estos primeros años. De las hormigas, malezas, control preventivo de enfermedades, fertilización, poda, punto de cosecha, tareas que hace Miguel”.

Contó, además, que “estamos entusiasmados, soñamos en un futuro poder contar con una pequeña bodega y un posible lugar de encuentro para turistas o vecinos de la zona”.
Fuente: Bichos de Campo.

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