Al constatar el faltante, desde el nosocomio alertaron inmediatamente sobre lo ocurrido a la comunidad vía redes sociales, instando a la devolución del teléfono con una advertencia: “No solo hay cámaras, sino que también están los registros”.
Tras una revisión de los indicios recabados en el lugar de los hechos, personal policial logró establecer una conexión entre el suceso y una mujer residente en la zona oeste de la ciudad.
Según pudo constatar la Policía, el dispositivo -marca Samsung- habría sido llevado hasta la casa por su hijo, un menor de apenas 11 años de edad, en circunstancias que no fueron informadas.
El procedimiento concluyó con el formal secuestro del celular y la continuación de las actuaciones policiales pertinentes, bajo la supervisión de la Fiscalía en turno.
