Una vez que su bicicleta empiece a rodar en la capital francesa, Rodrigo habrá logrado hilvanar 6 participaciones consecutivas en los Juegos Paralímpicos: infaltable desde Atenas 2004, con dos medallas bronceadas y un par de diplomas obtenidos en la cosecha- y uno de los pocos exponentes que lleguen a la cita parisina arriba de los 40 años (tiene 45). Y eso que en Tokio 2020 era “El último baile” según sus propias palabras…
“Es una clasificación especial porque me hace remontar a mis comienzos cuando miraba el Tour de Francia. Por esas cosas de la vida nunca competí en ese país y ahora me toca la oportunidad, justo cuando se cumplen 20 años de la primera medalla olímpica. El número 20, como las etapas del Tour…”, cuenta Rodrigo, en su primera entrevista luego de asegurarse el pasaje a la cita paralímpica que se desarrollará entre el 28 de agosto y el 8 de septiembre.
“Fue un gran alivio, pero también una ardua lucha. Estaba cerca y lejos a la vez. Hubo muchos palos en la rueda que fui sorteando. El proceso de clasificación fue muy duro por muchos factores, uno de ellos la edad, pero también lo económico, los materiales son cada vez más costosos y los lugares de entrenamiento”, señala quien junto al gualeyo Maxi Gómez representará a la provincia de Entre Ríos en este deporte.
Con 25 temporadas en el lomo como profesional, el oriundo de Colón llega a París entre los 10 mejores del ranking en Ruta y Pista, las dos disciplinas en las que volverá a intervenir. “No esperaba llegar a esta edad en el nivel que tengo”, sinceró.
“Soy el último de mi categoría compitiendo a este nivel, sumando todas las ramas debemos quedar 5 o 6, pero no sé cuántos irán a París. Soy el último de la resistencia, jaja”, celebra y adelanta: “Después de los juegos no sé qué pasará, tengo un par de proyectos por terminar, pero más adelante te voy a contar”.
