Según trascendió, el piloto solicitó al propietario del campo que los trasladara al hospital más cercano para que la mujer recibiera atención médica. También habría ofrecido dinero para evitar que se diera aviso a las autoridades, argumentando que dejarían la avioneta en el lugar.
El comportamiento de los ocupantes despertó sospechas en el dueño del terreno, quien habría notificado a la policía provincial sobre lo ocurrido. Por las características de los acontecimientos la investigación se encuentra en manos de la Justicia Federal.
Según informaron luego, la avioneta –de origen boliviano- tenía superpuesta una chapa argentina. Efectivos de seguridad secuestraron el vehículo, casi 360 kilogramos de cocaína, celulares y satelitales que están siendo peritados. La jueza federal de Concordia, Analía Ramponi–quien subroga por licencia del juez federal de Gualeguaychú, Hernán Viri- comenzó a tomar declaraciones a los implicados. Se suma la actuación de Gendarmería Nacional. Lleva adelante la investigación el fiscal federal Pedro Rebollo.
Los 359 kilos de cocaína se encontraban fragmentados en 10 bultos, que contenían 342 paquetes de droga. La mujer de nacionalidad boliviana no se encontraría embarazada, a la vez que pertenecería a una organización vinculada a una estructura de narcotráfico internacional.