Parece una historia de nunca acabar. Una vez más, el Concejo Deliberante de Concordia volverá a discutir la concesión de instalaciones portuarias a la firma Puerto Príncipe S.A., utilizadas para el funcionamiento de la discoteca B612.
El desembarco de esta empresa en Concordia, cuyo primer y principal propietario fue el empresario de la construcción Miguel Marizza, se produjo en los últimos meses de gestión de Gustavo Bordet como intendente, allá por el año 2015. Es más, la firma fue constituida especialmente para presentarse en una licitación convocada por la comuna.
A posteriori, tras las inundaciones de diciembre de aquel año y tras varias postergaciones y forcejeos con la administración de Enrique Cresto, la empresa abrió la discoteca, que ha continuado en actividad incluso después de que el propio Cresto, en 2019, ordenara el desalojo por incumplimientos contractuales.
En este último capítulo de la historia, cuando el exintendente Cresto había arremetido contra la empresa y al parecer la concesión estaba destinada a caer, Marizza sorprendió al revelar que había vendido sus acciones, por lo que saber quién o quiénes son los propietarios de Puerto Príncipe se volvió poco menos que en un secreto de estado.
Como sea, el boliche volvió a abrir en los primeros días de enero de 2020 y mañana jueves el Concejo Deliberante se apresta a debatir el expediente número 24590 del Concejo en Comisión, titulado “Acuerdo entre Municipalidad y Puerto Príncipe S. A. uso galpones sito en costanera”.
Fuente: El Entre Ríos