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El odio es de tal magnitud que justificamos la corrupción amiga, y detestamos y denostamos la corrupción del otro, del adversario.

Este nivel de tolerancia a la corrupción lo venimos sosteniendo desde hace tiempo, básicamente sólo hay que transitar por un breve tiempo en el mundo de las redes sociales para ver las defensas y ataques de tantos cibernautas que se transforman en obsecuentes del odio y del rencor.

Lo que surgió como aportantes truchos de la campaña es vergonzoso, porque no hay que ser muy inteligente para darse cuenta que es dinero que no se puede declarar sea porque viene desde las mismas arcas del estado, o de empresarios que tienen intereses creados en el resultado electoral. Pero esto que es grave es defendido, ninguneado, o relativizado por quienes se sienten obnubilados por cambiemos, y tratan de justificar lo injustificable.

Por otro lado tenemos la novela de los cuadernos de la corrupción K, antes que siquiera se tenga mayor información, la catarata de posteos K no se hace esperar, por un lado dándole un toque de humorada sobre el soporte en donde estarían los detalles de las coimas (un cuaderno o varios), luego haciendo defensas de incluso funcionarios que siquiera conocen, pero la premisa es clara, defender la causa, y en esa defensa atacare sin piedad a cambiemos, sacando a relucir una vez más lo de los aportes truchos.

¿Es casual que los carpetazos salgan ahora?, si alguien quiere ser el paradigma de la ingenuidad puede contestar afirmativamente la pregunta, pero seamos realistas, es claro que estamos poniendo en peligro al medio ambiente, con tantas cortinas de humo, estamos aún con el tema del aborto que cada vez que se desinfla se le inyecta cuanto anabólico se encuentre para mantenerlo en cartelera, y cuando se nos vino encima las denuncias de los aportes truchos- sí casualmente pero muy casualmente- se presentó esta denuncia de la que todos hablamos, leemos y escribimos.

Pero que los carpetazos estén a la orden del día no le quita lo repudiable de la corrupción, lo que es realmente preocupante es que lleguemos a tomar un nivel de adhesión tal que nos sintamos obligados a defender lo indefendible, o apresurarnos a dar muestras de nuestra obsecuencia.

Pero a pesar de esto, también está emergiendo un nivel de hastío hacia los políticos, y la gente de cambiemos ya se recibió de políticos, y el manto inmaculado que tenían se fue tiñendo y hoy no logran sortear las críticas al sistema en sí.
Muchos van comentando en los posteos militantes su decepción, y esa desesperanza que crece día a día, porque recordemos que la tolerancia de la corrupción va cediendo en momento de crisis económica, y cambiemos a pesar que no logra salir de la crisis, tenía el hándicap de mirar al pasado, ese pasado que cada vez lo tiene más cerca.

Hay muchos que ya no se sienten parte del cambio, pero tampoco parte del pasado, y esos son los que van a definir la elección, porque los dos núcleos duros se sostendrán en el nivel de ceguedad ideológica que acarrean.

Van a pasar 4 años, y la justicia aún no condeno prácticamente a nadie por delitos de corrupción, y esto es grave, porque sí estamos frente a culpables, estos deben ser juzgados y condenados, o recién dentro de 4 o 6 años veremos desfilar a funcionarios de cambiemos desfilar por tribunales.

Mientras no tengamos una justicia que sea dinámica, y sólida, además de transparente, siempre vamos a tener el sabor amargo de la impunidad, al servicio del poder de turno, o del pasado, y quizás del futuro.

Todavía nos queda la esperanza de que logremos madurar, logremos poder mirar el futuro desde una perspectiva crítica, y por sobre todo entender que uno puede mantener sus ideales, pero esto no signifique defender a quienes le roban al pueblo, al menos es la sensación que uno tiene, ojala en algún momento seamos la mayoría, hoy lo dudo.
Fuente: El Entre Ríos.

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