El proyecto es ambicioso. Se trata de un puente de 1.570 metros de largo que una a Bella Unión con Monte Caseros. Luego de décadas de postergación, la obra empieza a tomar forma y allí crece la ansiedad. Sueñan con convertirse en la segunda triple frontera del continente y volverse un “polo de desarrollo” por primera vez en su existencia.
Las expectativas aumentaron cuando la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) aprobó la iniciativa. Un estudio presentado en octubre del año pasado le da el visto bueno pero hace énfasis en que todavía falta quien ponga los más de US$ 100 millones que se necesitan.
Y esto mantiene cauto a Luis López, el alcalde de la ciudad uruguaya. Él dice que la coyuntura económica argentina “no ayuda” y también asume que nuestro país no podrá ejecutar un nuevo presupuesto antes de 2021, ya que la primera Rendición de Cuentas se votará el año que viene. Pero no pierde las esperanzas de que el proyecto vea la luz pronto y enuncia los beneficios que le traería a su ciudad.
“Va a generar muchos puestos de trabajo, no solo por la construcción sino por el tránsito de camiones que va a propiciar. Tenemos siete free shops que van a trabajar mucho más, vamos a poder aumentar el número de 300 argentinos que vienen todos los días a comprar. Y ni que hablar del intercambio cultural que se va a dar, que va a fomentar el turismo y potenciar las termas que tenemos”, afirma.
El 98% de los vecinos de Bella Unión está de acuerdo con la instalación del puente, según una encuesta realizada por la CARU. López considera que esta iniciativa podría tomar en cuenta una “frontera olvidada”.
En estas tres décadas hubo varias idas y vueltas, y reuniones en las tres ciudades de la frontera. Patricia Ayala, exintendenta de Artigas, recuerda que en su época existía “un fuerte compromiso” por sacar el proyecto adelante, pero hace hincapié en que “los tiempos internacionales no son los ideales”. Cuando ella salió de la intendencia, en 2015, la CARU recién empezaba a hacer el estudio de factibilidad que terminó en octubre del año pasado. Para la actual legisladora, ese informe era “el puntapié” que se necesitaba para empezar a hablar en serio del tema.
“Espero que pueda prosperar, creo que en las próximas reuniones bilaterales hay que volver a ponerlo en la agenda. Pero esta etapa no se podía saltear y acaba de terminar, así que ahora hay que ver qué deciden las cancillerías de los dos países. Igual, han cambiado los gobiernos y hay que ver si el interés político de hacerlo se mantiene firme”, agrega.
Hoy sabemos varias características del plan. La idea es que el puente esté ubicado tres kilómetros aguas abajo de Bella Unión y Monte Caseros. La obra será de casi 12 kilómetros de longitud, ya que incluye las rutas de acceso que deberán construirse en ambas márgenes del río. Tendrá dos carriles y demorará 36 meses en hacerse. Según el estudio, demandará 500 obreros y el costo total será de US$ 114 millones más impuestos. Esperan que la inversión pueda amortizarse con el pago de peajes, lo que llevará 30 años.
Ahora, ¿qué tan importante es para ambos países sumar un cuarto puente que los conecte? Mario Barletta, actual embajador de Argentina, se refirió al tema en setiembre del año pasado. Ni siquiera había puesto un pie en Montevideo y ya estaba dando declaraciones a Radio Uruguay, en las que ratificaba que “en las primeras hojas” de su carpeta se encontraba este plan. “Ya empezamos a trabajar en el lobby para ese puente. Vamos a intentar hacer lo posible, sería una oportunidad para seguir estrechando lazos”, afirmó.
El jerarca consideraba entonces que esta obra ayudaría a potenciar el Mercosur. Por eso hacía hincapié en que si bien se trata de una iniciativa binacional, era importante mantener a Brasil al tanto de las conversaciones. “Desde que se creó el Mercosur no hemos logrado alcanzar los frutos para que la región se potencie. No logramos encontrar beneficios, que yo estoy convencido de que los podemos alcanzar. Nadie es ingenuo, todos sabemos que cada uno tira un poquito para su lado, pero eso no es motivo por el cual no podamos encontrar puntos de acuerdo para potenciarnos mutuamente”, sostuvo.
La pelota está puesta ahora en las cancillerías de Uruguay y Argentina. La CARU les entregó en octubre el estudio y no hay plazos para que ambas se expidan. Rogelio Texeira, vicepresidente de la delegación uruguaya en la comisión y quien estuvo al frente de esta investigación, considera que el proyecto “está pronto para ser licitado”, si bien todavía están esperando la respuesta de los dos Estados.
Por su parte, el actual intendente de Artigas, Pablo Caram, señala que él también está de acuerdo con el plan y asegura que escuchó “algunos rumores” sobre la financiación. Dice que habría dos empresas, una china y otra argentina, que estarían interesadas en invertir en el puente a través de la ley de Participación Público Privada. El jerarca viajará en las próximas semanas a Montevideo y planea comentar este tema con el canciller Rodolfo Nin Novoa.
Tan cerca pero tan lejos
Miguel Ángel Oliveri es el intendente de Monte Caseros. La ciudad que él dirige está enfrentada a Bella Unión, pero para llegar hasta ahí hay que recorrer al menos 340 kilómetros por ruta. El paso fronterizo más cercano está en Uruguayana, Brasil, que conecta con Paso de los Libres, en Argentina. Otra opción es bajar a Salto e ir por Concordia, pero la gente no suele utilizar esta alternativa. También se puede viajar en unas lanchas que tienen un costo de $ 800 y solo lo hacen de lunes a viernes.Oliveri es uno de los principales impulsores de este proyecto. Dice que los botes no alcanzan, que tienen dos frecuencias diarias y que su precio “es bastante elevado”, en especial para los argentinos. Por más que ambas ciudades están al lado, su conexión es más bien escasa y en Monte Caseros “no viajan tanto como podrían” a Bella Unión. “Este es el gran proyecto que tenemos en la ciudad y hay mucha expectativa”, agrega.
Hace pocas semanas Gustavo Valdés, el gobernador de la provincia de Corrientes (dentro de la cual está Monte Caseros) visitó la localidad y reafirmó su compromiso con la obra, cuenta Oliveri. Pero él también es consciente de que la situación en su país “no es la mejor” para meterse en un plan que requiere más de US$ 100 millones, en especial porque los argentinos han pagado buena parte de los puentes que hay en el río Uruguay. En el caso del que une Paysandú con Colón, Argentina aportó el 70,5% del presupuesto necesario. El resto corrió por cuenta del Estado uruguayo.
Pero esta obra tiene una diferencia con respecto a las demás. Las otras tres están conectadas con Entre Ríos, mientras que esta iría a Corrientes.
Lo que sí es un hecho es que allí también necesitan trabajo -el índice de desempleo es del 9% en la provincia- y el puente les sería de ayuda. Pero lo que más les preocupa es la inseguridad que podría traer la iniciativa, ya que se busca fomentar el tráfico de camiones en la zona. Oliveri cree que el proyecto debe venir acompañado de una política de seguridad que permita hacer frente al flujo internacional de vehículos que habrá.
No obstante, es categórico: “Si no construyéramos esto por miedo a la inseguridad no tendría sentido. Es como decir que no se van a construir viviendas porque no sabemos qué hacer con las aguas servidas. En ese caso hay que construir cloacas, y acá hay que aumentar la vigilancia. Nada más”.
Con respecto al contrabando, el intendente explica que este comercio ilegal no pasa por los puentes, por lo que está convencido de que la obra no lo aumentará. De igual forma piensa el alcalde de Bella Unión, a quien lo que más le importa es que se defina una política de precios de frontera que incluya a determinados productos. El gasoil, por ejemplo, debería estar regulado por una normativa de este estilo, según entiende el jerarca.
De concretarse este puente, López considera que los tres países deben ponerse de acuerdo para asegurar que “no se mate a ninguna ciudad”. En este momento, por ejemplo, el cambio favorece a Argentina y Brasil, y los free shops uruguayos no están vendiendo como hace algunos años. Pero Monte Caseros no termina de hacer mella en la economía de Bella Unión porque no hay una conexión directa, algo que termina salvándolos. Al menos por ahora.
“Lo más problemático es no poder conectarse con la gente del otro lado. No nos preocupa tanto la seguridad como sé que les preocupa en Argentina, pero sí nos interesa que se fomente el desarrollo de las tres ciudades y no termine una afectada por el cambio. Ese es el principal reclamo que hay acá”, señala.
El jefe de Policía de Artigas, Walter Britos, no quiere hacer declaraciones sobre el tema y se limita a contestar: “Llegado el momento se tendrán que reunir las autoridades de los ministerios involucrados. No podemos hacer futurología sobre algo que todavía no se concretó ni tampoco podemos saber qué impacto va a tener en la seguridad del departamento”.
Como Iguazú
Iad Choli está contento. El prefeito o intendente de Barra de Quaraí considera que el puente ayudará a fomentar el vínculo entre esa ciudad y Monte Caseros, que en la actualidad “es nulo”. Entonces explica que sus vecinos no suelen cruzar a Argentina, ya que la ciudad cercana más grande es Bella Unión. La dinámica es más o menos así: los brasileños vienen a Uruguay a trabajar, y los uruguayos viven de ese lado porque es barato. La luz, el agua y las compras de supermercado son más accesibles en reales.Choli participó de las reuniones que se realizaron en las tres ciudades para discutir sobre la instalación del puente. Para él, sería “un honor” que Barra de Quaraí protagonizara la segunda triple frontera del continente, después de la de Iguazú. “Sería una pena que no la construyeran porque para nuestra región es un salto en la calidad de vida. Estamos en el centro de todo, a 700 kilómetros de Puerto Alegre, a 700 kilómetros de Montevideo y a 700 kilómetros de Buenos Aires. Sería un lugar ideal”, agrega.
Por otra parte, a Choli no le preocupa que merme el comercio del lado brasileño, ya que para él “la frontera es cíclica y todos tienen su momento”. De hecho, dos free shops en Barra de Quaraí abrirán sus puertas el mes que viene y competirán con los uruguayos. El prefeito sostiene que estos nuevos locales no serán perjudiciales para sus vecinos. “La gente que viene acá viaja mucho para llegar. Si le decís que tiene US$ 300 del lado uruguayo y otros US$ 300 del lado brasileño, va a gastar el máximo que pueda”, asegura.
El estudio de factibilidad de la CARU calculó que unos 1.300 vehículos cruzarán por el puente al día. Se estima que al menos 140 camiones grandes, de cinco y seis ejes, lo utilizarán a diario. También se espera que pasen 370 autos locales -es decir, uruguayos y argentinos- y 230 más de otras nacionalidades. A su vez, la obra podría facilitar la conexión entre Uruguay y Chile.
El informe explica que el “principal diferencial” que puede tener este proyecto es la reducción en los tiempos de espera, ya que la aduana de Uruguayana y Paso de los Libres genera demoras de hasta cuatro horas en los camiones. Por eso les recomiendan a las autoridades uruguayas y argentinas que generen fiscalizaciones “fiables pero ágiles” en estos casos.
“Es necesario un acuerdo aduanero entre ambos Estados y Brasil que permita implementar un sistema de controles automatizados”, agrega el texto. Por ahora, el puente se reduce a un documento de 70 páginas que analiza su viabilidad. En tanto, las lanchas siguen disfrutando del monopolio a esa altura del río Uruguay. Y los planes de triple frontera no son más que eso; el sueño de tres ciudades pequeñas que buscan concretar su proyecto más ansiado.