“Los argumentos fueron más que contundentes, entre los cuales se mencionó que es inconstitucional, además de violar tratados internacionales sobre protección del ambiente como el Acuerdo de Escazú y el Convenio de Diversidad Biológica. A la vez, se trata de una medida que no asegura la preservación del ecosistema ni la conservación de la biodiversidad”, dijo el referente de la ONG Ceydas Gabriel Bonomi, al aire de Radio 12.
“Las poblaciones de patos en Entre Ríos ya no se recuperan al nivel original. Van a pasar muchos años hasta que haya una recuperación”, señaló como secuela.
“Entre Ríos es un caos. Se encuentran montañas de 70 u 80 ejemplares en los caminos rurales; no son tres o cuatro los patos que matan. El descontrol es absoluto y propiciado por un gobierno al que no le interesa la conservación y prioriza intereses de los dueños de los cotos, que son 14. El ingreso (económico) para la provincia no es significativo, como tampoco el derrame en otras actividades, más allá de que algún cazador extranjero compre algo en un pueblo o contrate un guía”. En conversación con Virginia Saavedra, Bonomi recordó que “la contaminación por el plomo de los perdigones, al entrar en contacto con el agua contamina plantas, animales y cultivos, además de ser posiblemente cancerígeno”.
Además, “muchas personas consumen los patos que se cazan y que tienen plomo en su cuerpo, ya que confunden los perdigones de plomo que quedan en los cotos, con piedras que comen habitualmente”.
Más allá de la satisfacción del juicio favorable, indica que la judicialización del caso “se comió toda la temporada”, que finalizaba en pocos días.
“El juez demoró mucho más de lo esperable para esta situación, por lo que los cotos siguieron cazando. Y la verdad, no creo que hayan dejado de cazar, porque no hay control por parte del gobierno”, añadió el referente de Ceydas.
Como “positivo”, destacó que “se acumulan, por dos años consecutivos, fallos de inconstitucionalidad de esta actividad. Esto permite tomar otras acciones en futuro”.
“Mientras tanto, esto fue una masacre en la que murieron cientos de miles de patos en Entre Ríos por esta actividad”.
