Detalles de la licitación
Una sola empresa presentó ofertas para brindar servicio de administración general y explotación comercial en la terminal de ómnibus de Paraná: Terminal Pacheco SA. Se trata de una firma con experiencia en el rubro y un gigante detrás: el Grupo Flecha Bus.La Municipalidad de Paraná había convocado a una licitación ante el vencimiento de la concesión de la administración anterior y con el objetivo de garantizar el acceso a la movilidad interurbana a todos los usuarios con acciones que permitan alcanzar un estándar de prestación de servicios acorde a la escala de la ciudad.
El pliego contempla también una serie de mejoras edilicias e incorporación de tecnología. Pablo Testa, a cargo de la Secretaría Legal y Administrativa, explicó que “lo relevante de esta concesión son las obras importantes que deben realizarse en la terminal para refuncionalizarla, modernizarla y mantener el estado de seguridad, construcción, ingresos y egresos de los colectivos”.
La apertura de sobres se realizó este martes y Terminal Pacheco SA fue la única empresa que presentó una oferta para la administración de la terminal, que será evaluada por el municipio, previo a otorgar una concesión por quince años.
La empresa tiene a su cargo la administración general de la Terminal de El Talar de Pacheco, una estación de ómnibus de corta y media distancia, inaugurada en 2012 en el partido bonaerense de Tigre.
El Grupo Flecha Bus
Hay varios indicios que permiten aseverar que Terminal Pacheco SA es subsidiaria o asociada del Grupo Flecha Bus, el holding de los hermanos Derudder que concentra casi la totalidad del transporte público de pasajeros en la provincia de Entre Ríos.Quien está a cargo de las operaciones de Terminal Pacheco SA es Daniel Enrique Rouiller, un empresario oriundo de Colón y socio de Luis Derudder en otros negocios; mientras que como director suplente figura José Ignacio Messina, integrante de una familia históricamente vinculada al transporte a través de la empresa Ciudad de Gualeguay y empleado de Raúl Derudder.
La historia oficial dice que Flecha Bus nació de manera modesta en 1959 por impulso de don Hugo Derudder, el padre de Luis y Raúl, y fue creciendo “lenta pero constantemente, con el esfuerzo perseverante de los socios y el continuo aporte de capital”. Lo cierto es que el crecimiento fue exponencial a partir de la década del noventa, con la desregulación del transporte y un influjo de dinero que nunca se supo ni se investigó de dónde provenía. Desde entonces, Flecha Bus fue ahogando a la competencia a través de prácticas monopólicas y maniobras denunciadas de competencia desleal hasta borrar al resto de las empresas en la provincia.
Con los años, el grupo ha ido diversificando su esquema de negocios, a través de empresas asociadas dedicadas al turismo, el transporte de mercancías y encomiendas; también ha desarrollado una empresa de carrocerías y ahora también en las terminales.
En la explotación de una terminal hay en juego varios servicios, desde los relativos al transporte propiamente dicho como los anexos. Entre los primeros, están la planificación y control del transporte de pasajeros, la administración de plataformas de salidas y llegadas de ómnibus y el derecho de andén que paga cada empresa, la mesa de informes, sala de espera, el despacho de encomiendas, un servicio de vigilancia y emergencias médicas. Entre los anexos se cuenta el alquiler de locales comerciales. Todo junto representa un importante volumen de dinero para quien lo administre.
Terminal Pacheco SA es parte de ese entramado de negocios como subsidiaria o asociada al Grupo Flecha Bus. Su presidente, Rouiller, es socio de Luis Derudder en una empresa que se llama AIV Soluciones Digitales, dedicada a la provisión de servicios de consultoría y suministro de programas informáticos. También figura como presidente de Fiduciaria de Transportes SA, una empresa que tiene como apoderado a Román Alberto Uez, un abogado que ha representado en numerosos pleitos judiciales del Grupo Flecha Bus e incluso también a los hermanos Derudder en la demanda que hicieron para no pagar el aporte solidario a las grandes fortunas durante la pandemia.
Messina, por su parte, es un apellido vinculado al transporte. La familia ha sido históricamente dueña de la empresa Ciudad de Gualeguay, hasta que la vendieron a Flecha Bus. José Ignacio Messina es empleado de los Derudder y ese vínculo se vio revelado de una forma muy curiosa.
En 2017, Derudder le encargó a Messina la búsqueda de un Mini Cooper que pretendía regalarle a su hijo. Tras visitar varios sitios de venta de vehículos, Messina vio un aviso en Mercado Libre y se puso en contacto con los vendedores. Así, dos personas se contactaron con Messina a través de e-commerce y le enviaron un correo desde una cuenta simulada de Mercado Libre en la que plantearon una serie de condiciones para materializar la compra. Dos días después del contacto inicial, Messina –con la autorización de Derudder– transfirió 66 mil pesos a la cuenta de un banco en La Calera como “seña” por los 330 mil pesos totales del valor del vehículo y luego le indicaron que debía completar el pago con una transferencia de los 264 mil pesos restantes en otra cuenta a la cuenta de la mujer. Pero el plan falló. Messina comenzó a dudar y efectuó una consulta a Mercado Libre, que terminó por confirmar que se trataba de una estafa y realizó la denuncia, que se resolvió judicialmente cinco años después.
Rouiller y Messina son la cabeza de la empresa que podría resultar adjudicada para concesionar la terminal de Paraná. Si eso ocurre deberán dotar al edificio actual de mayor seguridad y limpieza, incorporando cámaras con nuevas tecnologías y rampas para personas con discapacidad y movilidad reducida. También deberán mejorar los cerramientos, incorporar un sistema de climatización, iluminación led, acondicionar los sanitarios, reacondicionar los sistemas de protección contra incendios y de luces de emergencia e incorporar nuevos monitores y mobiliario moderno en el hall central.
