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Elena Paz Ciruzzi es una mujer aficionada del deporte, especialmente del running. A pocos meses de cumplir sus ochenta años y con toda la energía, vitalidad y buena onda que la caracterizan, la “Chocha”, como es conocida popularmente, participará de la cuadragésimo sexta edición de la Maratón Internacional de Reyes que se llevará a cabo en Concordia.
La historia de sus comienzos
“Empecé a correr a los cuarenta y ocho años. Antes había ido a los gimnasios y esas cosas, pero correr, nunca. Empecé cuando inició una escuela aeróbica en la placita de la Rural. Éramos un montón, como sesenta personas; grandes y chicos, pero por lo general gente grande. Había médicos, profesores de educación física, kinesiólogos. Después se disolvió. Cambiaron dos o tres veces de profesores y en eso vino Julio González, que es el profesor que tengo ahora, que ya van a hacer treinta y un años que sigo con él”, dijo a 3200, el código del deporte.

“Siguió Tote Amengual con la escuela aeróbica y corríamos siempre con Julio, hasta que un día comentó que él se iba a abrir otro gimnasio y nos dijo ‘ustedes hagan como quieran, si quieren quedarse, se quedan, yo me voy allá. Y así fue que dijimos “vamos con vos, que siempre corremos y nos estás enseñando”, entonces todo ese grupo, que éramos bastante grandes, nos fuimos con él y estuvimos mucho tiempo. La más chica era yo, tal es así que, al tiempo, todas mis compañeras dejaron, ninguna siguió”, recordó.
Sin excusas, siempre en movimiento
La actividad física de “Chocha” no consiste únicamente en los entrenamientos dirigidos por su profesor, también es un poco autodidacta y sólo necesita un par de zapatillas y el corazón que mueva sus piernas para entrar en movimiento. “Momentáneamente no estaba corriendo porque como Julio va de noche y a mí me queda tan lejos, yo vengo muy tarde de allá, entonces hago algo acá por el Parque Ferré yo sola y sigo yendo al gimnasio con él. Voy y vuelvo a pie, deben ser como treinta o cuarenta cuadras que hago de más. Algunos me dicen “¿por qué no te tomás un colectivo?” y no, estoy tan acostumbrada. Yo camino a Federación y nunca vengo a tomar nada para dolores, ni para dormir. He vuelto de allá, me baño y salgo, si tengo una fiesta voy igual”, aseguró.
Salud y deporte, claro ejemplo de causalidad
“Yo, gracias a Dios, hasta ahora, no he sentido nada, no tengo ningún dolor, no me duelen los huesos, no me duele nada, por eso sigo. No sé cuándo será la última vez, pero mientras tanto estoy bien y lo hago siempre. No me puedo quejar, no sé lo que es un dolor de cabeza. A mi edad no tomo ni un medicamento, nada, pero yo pienso que se lo debo mucho al deporte, porque estoy en actividad todo el día”, afirmó la atleta y agregó: “hago todo lo que tengo que hacer y, si no, es como que me faltó algo, entonces camino, voy al gimnasio y después hago todas las cosas en mi casa porque no tengo empleada. Por supuesto que me voy a morir como toda persona, pero me voy a morir bien, por lo menos tranquila que he hecho todo lo que he querido en mi vida”.
El desafío de volver a correr Reyes
Hay sucesos que marcan la vida de las personas, donde lo emocional comienza a entrar en juego y así fue que, para la “Chocha”, el Maratón de Reyes había tomado un significado distinto: “lo que me pasó fue que un año yo corrí la maratón y al día siguiente falleció mi marido, entonces como que me había quedado media traumada. Así que, después de doce años, va a ser la primera vez que voy a correr los cinco kilómetros; no es tanto, pero bueno, algo es algo”.
Los lazos del deporte
El deporte, en su esencia, actúa como un puente que conecta a las personas a través de valores, metas a cumplir, el apoyo y el reconocimiento del esfuerzo mutuo. Sin dudas, los vínculos que se forman allí son un aspecto esencial que no sólo enriquecen la práctica deportiva, sino que, en muchas ocasiones, trascienden ese lugar de encuentro para pasar a ser una parte importante de la vida del otro, y tal es el caso de Chocha y su profesor, que se refleja en las siguientes palabras: “siempre siguiendo con Julio. Yo no iba a correr la maratón, pero él me incentivó y cuando quise acordar, ya estaba anotada”.

“Yo lo quiero muchísimo, siempre he tenido muy buenos consejos de él y estuvo muy presente cuando quedé viuda diciéndome que vuelva, que me iba a hacer bien, así que todas esas cosas se las debo a Julio, que lo quiero como a un hijo”, resaltó.

Por su parte, González también dialogó con 3200 y abrió su corazón para hablar de su fiel discípula: “Elena “Chocha” Ciruzzi para mí, más allá de ser mi alumna más longeva, porque ahora en abril del 2025 vamos a cumplir treinta años, es como mi madre, incluso se llevan dos días; tienen la misma edad y me hace acordar mucho a ella porque es muy voluntariosa, muy tenaz, muy positiva y tiene mucha memoria de toda la gente que ha pasado por mi gimnasio”.

Recordó que “ella empezó en el grupo de aerobismo en la plaza Rural, en el 95. Después estuvo cinco años en otro gimnasio que yo trabajaba y desde el 2001 que yo formé Fitness Gym está conmigo, y la verdad que un placer, es un ejemplo para todos y es muy querida por todo el gimnasio, no hay nadie que no la conozca y que no esté contento de que siga entrenando”.

“Ella vive a dos cuadras del Sanatorio Garat, o sea que toda la vida le ha quedado bastante lejos el gimnasio. Yo antes estaba en La Rioja y Buenos Aires, ahora estoy en Montevideo y Damian P. Garat; se cruza toda la ciudad para venir a entrenar y lo hace obviamente caminando, siempre”, confirmó sobre lo que antes dijo la concordiense.

“La gente no puede creer que se haga todo ese recorrido, entrene y después se vuelva, o sea que es doble el esfuerzo y más meritorio. Ayer la entusiasmé a correr los 5 kilómetros y me mandó la foto de la remera al privado y yo la subí al grupo. Toda la gente no paró de alentarla, es increíble lo querida que es, y bien merecido lo tiene”, dijo con el pecho cargado de orgullo.

También agregó: “ella se hace todos los controles, chequeos médicos y están perfectos. No toma ninguna medicación ni contra el colesterol ni para la presión, hipertensión, glucemia, nada, cero medicación y eso a los ochenta años es increíble. Es producto de su constancia, no solamente para entrenar, sino también para su cuidado general. También nos une la Fe porque yo hace ocho años que estoy en Lourdes, a cargo siempre de las peregrinaciones a Federación y ella me acompaña, está conmigo así que es como mi segunda madre”.
La voluntad, clave
- Chocha, ¿qué le dirías a las demás personas que consideran a la edad un límite para realizar actividad física?

Yo le diría a toda la gente grande que tiene que hacer algún deporte, alguna actividad, ya sea ir a un gimnasio, caminar, salir que es lo principal también, tener contacto con la gente, ir a las reuniones, todo lo que pueda hacer que lo haga, porque le hace muy bien, yo lo sé por experiencia. A mí todo me gusta, salir, ir al gimnasio, caminar, tener reuniones, juntarme con gente, con amigas, con lo que sea. La gente grande tiene que salir adelante y no quedarse, porque cuando se quedan les va mal. En cambio, así, teniendo esa voluntad y buena onda, van a durar muchos años y van a vivir bien, van a tener una vida excelente, buenísima.

La historia de Chocha refleja muchos valores y virtudes tales como la perseverancia, la voluntad, la vitalidad y la motivación, y es un claro ejemplo de que la vida es una cuestión de actitud y de que si se quiere, se puede.
Fuente: 3200 El Código del Deporte

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