“De igual manera, nosotros seguimos faenando”, confió una fuente consultada desde El Entre Ríos, con respecto a la continuidad de la producción tras conocerse la prórroga del gobierno nacional: “Semanas atrás estuvimos parados con la producción, pero esta semana tenemos programado faenar de lunes a viernes”.
Y es que así han sido los últimos meses para la industria cárnica: intermitentes, dado que su labor se interrumpe y prosigue cada cierto tiempo de manera reiterada, sin mediar otra opción que adaptarse a las “reglas de juego” impuestas por la estrategia oficial de intentar contener de esa manera la presión sobre los precios. “El tema exportación sigue muy complejo y con esto que se extendió, más aún”, admitieron desde la compañía de capitales orientales, con un cupo mensual de 692 toneladas, que hasta diciembre deberá resignarse a ser parte de un consorcio secundario integrado por unas 30 empresas, que consiguieron un 18 por ciento del total exportable.
Una historia en episodios, dividida en sucesivas temporadas de finales abiertos, con varios protagonistas: de un lado, la mano ejecutora de Alberto Fernández y, al otro extremo, la incertidumbre de unos 370 operarios de PGESA, que desde el inicio de la pandemia han visto mermar su trabajo en más de una oportunidad.
En el medio, el Sindicato de la Carne del Departamento Colón que busca mediar con los empresarios chinos que adquirieron la emblemática planta sanjosesina con el único propósito de importar todo lo que puedan de su producción, sumado a los movimientos de otro actor que también puede volverse clave a la hora de seguir faenando: el campo. “También dependemos del paro del campo y hasta donde eso nos vaya a afectar para el ingreso de la hacienda -dejan abierta la puerta desde el frigorífico-, porque la verdad vivimos un clima muy raro, pero debemos ir de a poco y ver cómo seguiremos”.