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Paula Insani, la oriunda de Colón referente de Padres Organizados, habla de la situación actual de la escuela y de la necesidad de que haya una sociedad civil movilizada que exija mejor calidad educativa.

- Terminó la pandemia, volvieron las clases presenciales, ¿para qué sigue existiendo Padres Organizados?

- Más o menos terminó la pandemia. Los últimos barbijos se sacaron el 21 de septiembre en cinco provincias. Y las clases también volvieron más o menos. Tenemos una escuela en Chaco que sigue con clases virtuales, porque la infraestructura no le da para que vuelvan. En Neuquén, una de cada 20 escuelas no tiene lo adecuado para estar abierta como corresponde. En Santa Fe, entre agosto y septiembre tuvieron un solo mes de clase por los paros.

Nuestro objetivo como Padres Organizados era todos los chicos, todos los días, en todas las escuelas. La idea de que abran las escuelas. Pero, ¿hoy van todos los chicos? Tenemos niveles de deserción que son alarmantes. ¿Todos los días? No se cumple el calendario académico, tenemos chicos que no están yendo a clases porque hay paro de porteros o de transporte o porque la escuela no tiene agua o porque hay paro docente. Pensamos que nuestro trabajo terminaba con la pandemia, pero nos encontramos con una realidad educativa que requería mucho más compromiso social y estar mucho más presente en la agenda pública. - Además del calendario y la presencia, ¿piensan en la calidad de los aprendizajes?

- Por supuesto. Creemos en la escuela como hacedora de oportunidades. ¿Qué quiere decir? Que no importa el lugar donde naciste, la escuela te tiene que dar la oportunidad de hacerte un futuro. No es algo menor, cuando tenés el 56% de los chicos en situación de pobreza. Y de ese 56%, uno de cada cuatro es indigente. Y la movilidad social parece más atada a la posibilidad de tener buenas migas con el puntero político y con el narcotráfico que hacer un proyecto de vida en la escuela.

Pensamos la calidad educativa como aquello que te da las herramientas para construirte un futuro y con ello tu libertad. Nuestros indicadores de cómo salir de la pobreza vienen empeorando. Necesitábamos tres generaciones, hoy ya estamos en cinco, es decir, necesitamos recuperar la escuela. Tenemos un país que es pobre, pero no solo por sus indicadores económicos, sino porque dilapida su talento humano. Y el talento humano está en la escuela. Tenemos un talento que estamos tirando a la basura, ¿nuestro país está en condiciones de dilapidar su talento? No, ningún país, ni el más rico; nosotros menos.

- Ante este diagnóstico, ¿qué hay que hacer?

- En principio, sostener la discusión de la escuela en la agenda pública. Hoy hay una idea de que enfrentar cualquier transformación educativa tiene un alto costo político, porque tenés una escuela corporativizada en sindicatos. Tenés el costo altísimo de los paros, del conflicto con los docentes. Pero lo que perdemos por no hacer los cambios es mucho mayor. Perdemos una generación, la condenamos a más a la pobreza, a más exclusión.

Miremos los números. Hoy un chico que no termina el secundario muy difícilmente encuentre un trabajo formal. Va a tener de base ingresos menores, pero aparte las condiciones laborales van a ser mucho más marginales. O sea, el costo de oportunidad de no pensar una escuela de calidad es altísimo. Bueno, necesitamos que el costo político sea tan alto como el costo de oportunidad. Para eso necesitamos una sociedad civil movilizada, que esté pensando la escuela, que esté discutiendola y que esté exigiendo una escuela de calidad y una agenda educativa 2023.

A un año de las elecciones no vemos un solo candidato que esté planteando la cuestión educativa como prioritaria. ¿Cómo piensan resolver la pobreza sin mejorar la escuela? La UNESCO en 2012 planteaba que por cada dólar que se invertía en educación había un retorno de entre 10 y 15 dólares de crecimiento. ¿Cómo queremos solucionar los problemas de la pobreza si no invertimos en educación?

Necesitamos resolver, no solo la emergencia, necesitamos un proyecto de país. Primero hay que definir qué país queremos, y después qué escuela para ese país. La idea de construcción colectiva, de un proyecto que nos una en comunidad, se genera en la escuela.

- ¿No será que los políticos no están planteando el tema de la educación porque no hay una demanda de la sociedad? ¿O es que existe la demanda y los políticos no la ven?

- Hay un poco de las dos cosas. A nosotros nos parece que es importante que sostengamos la agenda pública de la educación, como sociedad civil tenemos mucho para hacer. También que seamos el contrapeso del conflicto docente. Hay una educación que está corporativizada en sindicatos y que hoy no tiene contrapeso. ¿Y los decisores políticos qué hacen? En vez de entrar en conflicto con un alto costo político, prefieren evitarlo.

Hoy el salario docente se lleva el 80% de los presupuestos. Y tenemos docentes con mucha vocación, que pasan desapercibidos y que no tienen ningún estímulo para ser docente. O sea, es un “perder-perder”. Esto no le sirve a nadie. Ahí es donde nosotros como sociedad tenemos mucho para hacer. Necesitamos saber en qué se gasta y cómo se gasta. El aumento del presupuesto no se refleja en forma lineal en la mejora educativa. Reducir el presupuesto siempre es malo, pero si hay una mejora, tenemos que saber en qué y cómo se gasta y el impacto que tiene esa inversión. Necesitamos transparencia en la toma de decisiones. Estamos peleando, desde hace ya varios meses, porque las reuniones del Consejo Federal de Educación sean públicas y se puedan ver en vivo. ¿Por qué están sentados ahí y nosotros nos enteramos de lo que pasa por las resoluciones? ¿Y por qué el sindicato, que defiende el derecho laboral de los trabajadores, toma decisiones en política educativa?

- A esas reuniones del Consejo Federal van las provincias y los sindicatos nacionales, ¿Tendrían que estar ahí ustedes con una silla?

- Esto es conflictivo. De la misma manera que sostenemos que es conflictivo que un sindicato -que defiende los derechos laborales de los trabajadores y no la calidad educativa- esté tomando decisiones sobre políticas públicas, pensar que las familias -como colectivo heterogéneo- debe tener una silla, me parece complicado. Porque las familias, por ser familias, no somos buenas. Hay una decisión técnica, que tiene que definir la política pública, que no puede ser delegable. Entonces, ¿qué mejor que participemos todos los interesados a través de la transparencia? Difundamos las reuniones en vivo. Vayamos a una democracia más deliberativa, donde haya mayor participación. No se trata de tener más sillas, sino de tener las adecuadas y mayor transparencia en cómo se toman las decisiones.

- Ustedes presentaron una encuesta en IDEA. ¿Cuáles fueron los principales resultados?

- Lo primero que vimos es que para muchas familias la educación formal sigue siendo una herramienta para darle a sus hijos. Hay una valoración positiva de que la escuela sirve, que es importante. Esto explica por qué cientos de miles de familias, a lo largo y ancho del país, destinan recursos familiares, que no sobran, para tratar de acceder a la mejor educación posible. La escuela sigue siendo un valor social. Nos parece esperanzador, nos está mostrando que hay masa crítica para dar la discusión sobre qué escuela queremos.

Pero lo segundo, contradictorio, es que hay una idea de que esta escuela -la actual- no sirve, no da futuro, no está dando resultados, que los contenidos académicos no son los adecuados. En la encuesta aparece la idea de que necesitamos una educación de mayor excelencia, mayor contenido en Matemáticas, Lengua. Mejores contenidos básicos.

Es decir, tenemos una escuela que es valorada, pero que no está sirviendo. Aunque vemos que hay esperanza. También sale en la encuesta el tema de la capacitación y el ausentismo docente. Creemos que para resolver esto lo primero que hay que recuperar es la idea del diálogo. El diálogo necesita algunas condiciones básicas para desarrollarse. No porque vos me grites que querés dialogar conmigo vamos a tener un diálogo.

Para que exista hay que tener buena fe. Y después, tiene que haber verdad. Es decir, puede haber interpretaciones distintas, pero si me decís que el cielo es verde no me puedo sentar a hablar con vos. Nos pasa de hablar con los funcionarios y por cada problema que les comentamos tienen 101 programas donde lo están trabajando. Y la realidad es que no impactan, que no están resolviendo los problemas de fondo, que la escuela no mejora. Entonces, seamos sinceros. Yo sé que vos tenés buena voluntad, pero esto no está sirviendo, hablemos con claridad. Estamos siendo tan políticamente correctos que nos estamos olvidando de la verdad.

- ¿Se puede pensar en diálogos, acuerdos, con docentes con estas condiciones laborales, con estos salarios, y con esta formación?

- La mayor riqueza que puede tener un sistema educativo es el talento docente. Si queremos que los mejores de nosotros elijan la docencia necesitamos mejorar las condiciones laborales. Docentes que no llegan a fin de mes, que están preocupados por darles de comer a sus hijos, no pueden ser buenos docentes, porque tienen una situación de carencia primaria que se tiene que resolver.

Ahora, ¿queremos mejorar los salarios docentes? Sí. Pero tenemos que reflexionar sobre eso y llegar a algunos acuerdos. Hoy el salario docente se lleva al 80% del presupuesto educativo. Pero, por ejemplo, en mi provincia pagan tres sueldos docentes por cada docente en el aula. Entonces, no podemos pensar una mejora del sueldo docente si no rediscutimos las 8 páginas de licencias del estatuto docente, los niveles de ausentismo exacerbados, sin explicación. Docentes que no tienen formación o que buscan que tengan certificados cualquier capacitación que no hace al núcleo duro de la cuestión educativa. En mi provincia, el sindicato gestionó que tengas como puntaje reconocido una formación docente que era cómo leer el recibo de sueldo.

También necesitamos repensar la carrera docente. Los mejores docentes tienen que estar al frente del aula, ahora no tienen posibilidad de hacer carrera docente si no salen del aula.

Un buen docente en el aula no te garantiza ser un buen gestor de una escuela. ¿Y cómo yo voy a perder un buen docente en el aula cuando lo que me faltan son buenos docentes?

- ¿Cómo está organizado Padres Organizados?

- Fue todo muy ad hoc. Nos encontramos en la desesperación de que la apertura de las escuelas no formaba parte de la agenda pública y empezamos a juntarnos. Primero intercambiamos mensajes por privado en Twitter, un grupito arrancó en septiembre de 2020. Nos preguntábamos, ¿qué hacemos? Empezamos a armar grupos de WhatsApp y una estructura federal, que se fue dando muy ad hoc. Armamos un grupo de coordinación federal, con un representante por provincia. Y tenemos un pequeño grupo de coordinación, para las decisiones rápidas.

Luchadora por la calidad educativa y por la libertad

Referente de Padres Organizados de la provincia de Entre Ríos, Paula Insani vive en la ciudad de Colón, desde donde se comunica con Clarín vía Zoom. En la charla no cabrá ninguna duda de que es una auténtica madre organizada: la charla periodística se da con uno de sus dos hijos en sus faldas y tocando la pantalla, porque no tenía otra persona que pudiera cuidarlo.

Si bien viene batallando desde fines de 2020 -cuando advirtió que si no peleaba por la educación de sus hijos difícilmente las autoridades fueran a abrir las escuelas- Insani tuvo sus primeros 15 minutos de fama a mediados del mes pasado, cuando fue invitada a participar en un panel sobre educación en el coloquio empresario de IDEA.

Pero antes de la pandemia y del cierre de las escuelas, hubo una vida profesional y de emprendedora de Paula Insani. Licenciada en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Rosario, trabajó para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y para una ONG alemana.

Hasta que en 2015 dejó la profesión –“por algún cansancio”, dice- y se dedicó a la actividad privada: junto a su marido armaron una distribuidora de productos de limpieza institucional, en la que aun hoy trabajan. Aunque ahora lo que parece volver es “el bicho” de la actividad profesional. “Estoy haciendo actualizaciones profesionales, porque tengo ganas de volver a ejercer”, dice.

Nacida en Morón, provincia de Buenos Aires, Paula tenía 6 años cuando con sus padres se mudaron a Diamante, una localidad cercana a Paraná. Allí vivió hasta los 18 años, cuando se fue a estudiar a Rosario. “En un colectivo conocí a un chico de Villa Elisa (Entre Ríos), que me dijo que se iba a casar conmigo. Y cumplió unos años después. Estuvimos viviendo en Paraná un tiempo y después fuimos a Villa Elisa y después acá, Colón”, cuenta.

Los padres de Insani no tienen estudios universitarios, su mamá no terminó el secundario. Pero para ellos, dice ahora Paula, la educación siempre tuvo un valor enorme. “No venimos de una familia acomodada, pero lo que nunca faltaron fueron libros. Había una potencia muy fuerte de la idea de la escuela. Ir a la universidad formaba parte de nuestro proyecto de vida para mi hermana y para mí desde que teníamos 6, 7 años. Por estímulo de mis viejos y con mucho esfuerzo familiar pudimos estudiar”, cuenta.

Hoy la familia de Paula está compuesta por ella, su marido y sus dos hijos (de 7 y 4 años). El gran quiebre fue el año 2020 cuando (uno bebé y el otro muy chico) se les cerraron no solo la escuela, sino todos los espacios para salir. Quedaron encerrados en su pequeño departamento de Colón.

Una conocida de Neuquén le contó a Paula que había padres que se estaban empezado a organizar para pedir por la apertura de las escuelas. Mensaje va, mensaje viene, así empezó esta militancia, que antes tuvo antecedentes. Paula cuenta ahora que fue echada dos veces del radicalismo, partido del que simpatizaba, “la última porque dije que estábamos haciendo lo mismo que el peronismo”. Era el germen para esta batalladora que ahora tiene por Norte luchar por una mejor educación pero, sobre todo, por ejercer plenamente la libertad.
Al toque
Un proyecto: Una escuela para todos los chicos Un sueño Que mis hijos puedan tener un futuro en la Argentina.

Un recuerdo: Primer grado

Una sociedad que admire: La pandemia nos dejó en crisis con sociedades que admirábamos, como las escandinavas. Esa idea de que el Estado te cuida es un horror.

Una persona que admire: Mi esposo y mi mamá

Un líder: La conciencia

Un prócer: Manuel Belgrano

Una comida: Las milanesas

Una bebida: El vino

Un placer: La lectura

Un libro: Un año con Schopenhauer, de Irvin Yalom

Una película: Star Wars

Una serie: Games of Trones
Itinerario
Paula Insani (44) es integrante del Equipo de Coordinación de Padres Organizados: representa a Entre Ríos. Licenciada en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Rosario (UNR), con una maestría en Recursos Humanos y Gestión de las Organizaciones por la Fundación Universitaria Iberoamericana (FUNIBER).

Hizo el Programa de Participación Ciudadana, Innovación Democrática y Nuevas Formas de Gobernabilidad -Universidad de Veracruz-, y actualmente está cursando un posgrado en Gestión de Proyectos en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

Por Ricardo Braginski
Fuente: Clarín

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