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Las cuentas del segundo trimestre de este año sobre el Producto Bruto Interno (PIB) del Uruguay aparecerán afectadas por las paradas técnicas de las plantas de celulosa de UPM, ambas en junio, y la de Montes del Plata, en mayo.

UPM representa el 3,4% del PBI de Uruguay, mientras que Montes del Plata el 1,7%.

Lo cierto es que, a pesar de que las paradas técnicas de esas plantas están dentro de lo previsto, cuando se haga visible ese impacto sobre el PBI en las cuentas nacionales del próximo trimestre, se notará la diferencia con el período anterior. Y esto ocurrirá muy cerca de las elecciones nacionales uruguayas, lo que posiblemente alimentará la discusión política.

La eventual polémica, de producirse, será en el terreno político, dado que en lo netamente económico es claro que la baja por esa razón no es un indicador de tendencia en la variación del PBI.

Según cálculos de Marcelo Sibille, economista de KPMG: “asumiendo paradas técnicas de frecuencia anual durante un período medio de 20 días, el impacto sería del orden del 5,6% en la actividad industrial de la celulosa, frente a un escenario de producción homogénea y continua”, dijo, reconociendo que las paradas son necesarias.

“La fabricación de la pasta de celulosa, tras la puesta en marcha de la tercera planta en el país (UPM2) en 2023, estimamos que pasó a representar alrededor del 11% del volumen físico de producción de la industria nacional. Esto significa que las paradas técnicas de las tres plantas de celulosa afectan a la baja el índice de volumen físico de la industria manufacturera en 0,6%”, detalló Sibille.

Por su parte, el economista José Antonio Licandro coincidió en que la baja de actividad por las paradas técnicas “no es un factor preocupante”. “El IMAE (indicador mensual de la actividad económica) recogerá el dato, pero no será un indicador de la evolución del PIB. Lo mismo pasa con Ancap. Cuando la refinería se detiene por mantenimiento, sus cifras no se quitan de los cálculos del PIB, pero sí de las mediciones de tendencia”, aclaró Licandro, advirtiendo que hay que saber leer los datos.

Florencia Carriquiry, economista de Exante, dijo que “en las medida en que las plantas no tienen actividad por dos o tres semanas, o un mes, no hay producción de celulosa, lo que impacta en el PIB manufacturero. Pero esto sucede todos los años. Es lógico que en ese trimestre baje la actividad, pero cuando uno ve la evolución general de la industria, no se puede adjudicar ese impacto al conjunto del año”.

“En 2024 el impacto será distinto porque hay una planta nueva”, agregó considerando la planta de UPM2.

Al no generarse actividad, el valor agregado de la empresa y la venta de sus insumos también se detienen provisionalmente, sin que se generen despidos u otras afectaciones en la medida en que la baja es parte de actividades programadas.

Sibille consideró que, en la valoración neta del impacto global sobre la economía, “debe considerarse como mitigante la producción asociada a múltiples servicios llevados a cabo durante las paradas, esto es, en el derrame indirecto sobre otros sectores, como la hotelería y gastronomía asociados a la visita de miles de personas encargadas de las tareas de mantenimiento.

En el caso de UPM 2 (Paso de los Toros), la parada general fue desde 9 de junio reiniciándose la producción el 22 de ese mes. Fue la primera parada técnica de esa planta desde que inició operaciones en abril del año pasado. UPM Fray Bentos, por su parte, inició su parada este jueves, 27 de junio, por un período de entre 15 o 20 días, según anuncia la empresa. En este caso, las tareas de mantenimiento incluyen el tratamiento de efluentes.

En Montes del Plata, la parada se extendió desde el 13 de mayo hasta fin de mes.

Las paradas de las plantas tienen el objetivo de efectuar mantenimientos obligatorios, para garantizar eficiencia en los procesos y seguridad operacional, y generalmente se acompañan de cursos de actualización para empleados.

Otra parada técnica clave en el país es la de Ancap. El ente perdió US$ 48 millones en el primer trimestre de este año “como consecuencia de la falta de producción local de combustibles”, por la parada técnica de la refinería.

Sibille puso foco en que las paradas técnicas de Ancap son de menor frecuencia que las de las plantas de celulosa (la parada anterior había sido en 2017).

“Si bien el peso de la refinería es inferior al de la industria de la celulosa, su impacto a la baja en la producción industrial es más significativo por el tiempo de duración de las paradas. La última se inició en setiembre de 2023 y duró nueve meses. Eso explica que la producción industrial en el promedio de los últimos 12 meses a abril haya tenido una caída interanual del 0,5%”.

“En cambio, la producción industrial sin tomar en cuenta la refinería aumentó 3,7% en el mismo período, lo cual se explica por la incorporación de la planta de UPM 2. Tan así es, que, si se tomase la producción filtrando tanto la refinería como la celulosa, el resto de la industria manufacturera muestra un estancamiento que ya lleva dos años, lo cual constituye un llamado de atención”, advirtió el economista.
Fuente: El País de Montevideo

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