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“Una repudiable decisión”, es el título de la columna de opinión que lleva la firma del abogado Ladislao Uzín Olleros. Hace referencia a la decisión comunicada por el Gobierno Nacional de no llevar adelante el desfile militar del 2 de abril, en recordación de la Gesta de Malvinas, con participación de los veteranos, sustituyendo ese acto por una entrega de diplomas en el Senado de la Nación.

A continuación, El Entre Ríos reproduce la opinión:

"Se argumentan razones de costos para suprimir esa conmemoración, en la que naturalmente participaría la ciudadanía, limitada a un breve episodio protocolar confinado en el recinto de la Cámara Alta.

Si de costos se trata, sería saludable que los ajustes los haga la ”casta” política, suprimiendo el nepotismo ya verificado con los numerosos nombramientos en distintas esferas oficiales y con la reducción de asesores que pululan por el Congreso sin que tales “asesoramientos” se vean reflejados en la gestión de la cosa pública que repercutan positivamente en los administrados que sostienen con el pago de confiscatorios impuestos que gravitan en la población, que es quien debería recibir los servicios esenciales que todo Estado debe proveer a sus gobernados.

Acaso no deba extrañarnos tamaño dislate cuando personajes de la política y de la intelectualidad se han pronunciado por el abandono de la causa Malvinas, en una suerte de desmalvinización instalada desde el mismo cese del conflicto en 1982.

Por caso, la ensayista Beatriz Sarlo quien llegó a sostener púbicamente que las islas Malvinas "son territorio británico”, asegurando con liviandad que “el paisaje se parece al sur de Escocia”, en esa entrevista llegó a decir que, “Cuando la gente dice ‘las Malvinas son argentinas’ no se sientan ni un minuto a pensar, si son argentinas, si no son argentinas, ni qué son las Malvinas. Galtieri mandó militares a Malvinas y eso fue un acto nacional psicótico”. (sic).

A su tiempo, el actual diputado nacional José Luis Espert se pronunció por olvidarnos del despojo que la corona británica consumó con un acto de usurpación: “Las Malvinas no son argentinas. Las perdimos en la guerra. Basta de nacionalismo. Bien por Macri tratando de que den plata acordando con UK”; aunque después relativizara tal afirmación manifestando que “Nuestro reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas, aun habiendo perdido una guerra, es inalienable. Facilitaría mucho para recuperarlas, además de continuar reclamando, que hagamos una profunda reforma estructural que nos haga a los argentinos tan ricos como a los ingleses.” (…)

El presidente Milei, es el primer mandatario de la República, consagrado por la voluntad popular a través del voto, que no ha trepidado en vomitar su admiración por la mismísima Margaret Tatcher, quien para sostenerse en la mala coyuntura política por la que atravesaba, no dudo en ordenar el hundimiento del crucero “General Belgrano”, torpedeándolo cuando se encontraba fuera de la zona de exclusión, provocando la muerte de 323 tripulantes; "Me siento muy identificado, en términos históricos, básicamente con Churchill, con Reagan y con Margaret Thatcher" (…)

No hay dudas que la decisión de la Junta Militar de emprender la toma de las islas por la fuerza, con las consecuencias catastróficas que ello trajo aparejado, fue una determinación trasnochada que llevó a la muerte a 649 patriotas que no dudaron en entregar sus vidas en defensa de la soberanía usurpada hacía un siglo y medio atrás con la consumación de un acto de piratería, que deslegitima la ocupación pues está viciada en origen por ese acto de piratería; pero ese decisión alocada de un gobierno de facto jamás puede habilitar a un renunciamiento a la causa Malvinas que está abonada por razones históricas, geográficas y jurídicas que avalan los derechos de la Argentina sobre las islas, que el Reino Unido desecha aun contraviniendo lo dispuesto en la Resolución 2065 de Naciones Unidas (1965) que, reconociendo la disputa de soberanía, excluyó de considerar la aplicación de los deseos de los habitantes (“kelpers”) para una libre determinación en el caso particular, instando a ambas partes a encontrar una solución pacífica, a la mayor brevedad, a través de negociaciones bilaterales, lo cual el Reino Unido nunca acató.

Malvinas es causa nacional, permanente, imprescriptible, irrenunciable; sería saludable que el gobierno nacional dé marcha atrás con su decisión, revocándola y convoque a toda la ciudadanía a recordar la Gesta del 2 de Abril, homenajeando a sus héroes, a sus muertos, a sus veteranos; en esta hora difícil de la república, para un reencuentro de todos los argentinos, los actos enmarcados en un desfile desplegando las banderas que nos identifican, involucraría el reconocimiento a los protagonistas de esa heroicidad y la concurrencia de los argentinos a una celebración que a todos nos congrega y nos hermana".
Fuente: El Entre Ríos.

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