"Hice fotos y, en un desfile, me vio el director de mi actual agencia, Emiliano, de Look 1, y él fue quien mandó a una de las chicas a pedir mi teléfono. Lo fui a ver, me hizo un par de polaroids y las mandó a una agencia de Nueva York. A las semanas me llamó y me dijo que ya tenía agencia allá y que me iba al día siguiente de terminar mis parciales. Yo me vine pensando que eran dos semanas y nunca más volví a vivir a Buenos Aires”, contó Pilar García Solchaga desde “la gran manzana”, ciudad en la que está radicada desde hace más de una década.
Instalada desde 2008 en Nueva York, ya viajó por Milán, Londres y París para trabajar y desfilar para las mejores firmas del mundo en los fashion weeks, entre ellas Vivienne Westwood, Marc Jacobs, Kate Spade, Celine, Bloomingdales y Stella McCartney.
-¿Qué es lo que más te gusta de esta profesión?
-Me encanta poder trabajar con gente tan creativa y talentosa, ser parte del proceso donde se crea/define la temática, los colores y los estilos que después se ven por todos lados e influencian tanto en la cultura. La producción que hay detrás de los desfiles es increíble: la escenografía, la música, la ubicación de los invitados, qué es lo que ellos ven. Es maravilloso. Todo está diseñado alrededor del show. Después está la posibilidad de viajar y recorrer el mundo, eso es una de las cosas más lindas de la profesión.
-¿Por qué decidiste irte a vivir a Nueva York?
-Tuve la posibilidad de venir a trabajar con esta agencia (Muse NY) y la suerte de empezar enseguida. Después de Nueva York me fui a Milán y a París a hacer los desfiles. Después volví a Argentina y me llamaron por trabajo de nuevo acá. Esta ciudad siempre fue muy buena conmigo.
-¿Con qué diseñadores empezaste tu carrera como modelo?
-Comencé trabajando mucho con Marc Jacobs y eso me abrió las puertas para trabajar con muchos otros diseñadores acá. Durante mi carrera tuve clientes muy fieles como Kate Spade, Vera Wang, Bloomingdales, Burberry y Celine, que me eligieron para trabajar varias temporadas y eso está buenísimo porque te permite asentarte en una ciudad y armar una vida ahí.
-¿Y el desfile en el que debutaste?
-Fui con Vera Wang al programa de Oprah (Winfrey) a presentar su colección. No sabía ni quién era Vera Wang, pero ir a lo de Oprah fue re divertido, hasta nos sacaron los teléfonos ni bien entramos para no tomar ninguna foto.
-¿Cómo es tu experiencia de trabajar y desfilar para las grandes marcas y diseñadores?
-Es muy linda. Llegar a hacer los desfiles es lo que más cuesta porque hay mucho trabajo detrás, hay muchas exigencias, mucha competencia y cada vez que vas a un casting para hacer un desfile, hay cientos de chicas que también están disponibles para hacerlo. Después de eso, llega la parte linda que es la de ir al fitting y ver qué es lo que vas a desfilar, y el día del desfile es lo más. Te encontrás caminando por la pasarela generalmente con música súper power y al final de la pasarela hay muchísimos fotógrafos. Esa sensación es muy loca; es un momento en el que decís: “Woow, cuánta gente”. Después de desfilar, generalmente tenés que irte corriendo a otro desfile. Depende la ciudad, tenés una moto afuera esperándote para que no llegues tarde al otro backstage. Es divertido, cuando hacés fashion weeks porque es un mes entero que no parás, te vas haciendo amigas y está re bueno.
-¿Qué anécdotas podés contar de los diseñadores con los que trabajaste?
-Yo estaba en Londres y me dijeron que había quedado en el desfile de Stella McCartney, en uno de sus desfiles de caridad, y que quedaba en Liverpool y con una amiga estábamos muy excitadas porque pensábamos que podía llegar a estar Paul, porque era el desfile de la hija. Llegamos a Liverpool, nos probamos la ropa. Yo había llevado un disco para pedirle que me lo firme por si aparecía, y cuando nos estábamos vistiendo para el desfile, entra Paul McCartney y dice: “Venimos a desearle suerte”, y obvio que no le pedí que me firmara el disco ni nada. Se fueron. El desfile consistía en un juego que era el baile de la silla y había que jugar en serio y en la primera fila estaban todos, incluidos Paul McCartney, Yoko Ono, todos mirando y cuando se apagaba la música te tenías que sentar, y cuando quedaba una única modelo y yo, la otra chica se sienta pero no había cortado, y yo lo miro a Paul y le digo: “¿Ella no ganó, no?”. Y él me dice que “no” y la música siguió y gané yo. Aparecieron con una caja pero supuestamente no se podía abrir y cuando la abrí tenía cremas, perfumes y toda la colección de Stella; fue muy, muy graciosa.
-¿Cómo es tu rutina de belleza y cuáles son tus secretos para cuidarte?
-Mi rutina de belleza consiste en desmaquillarme a la mañana y a la noche; hacerme unos masajitos con aceite de rosehip o argan oil y ponerme un serum y crema hidratante. Todo el año uso protector solar, generalmente factor 50, porque me cuido mucho de no broncearme la cara. Siempre que hay sol tengo un sombrero o gorro. Tengo una gran variedad de sombreros en el guardarropa. Con respecto a la actividad física trato de ir sí o sí tres veces por semana al gimnasio, aunque esté cansada después de un día de hacer fotos de ecommerce o catálogo. Tengo en la cartera siempre un cambio de ropa para hacer una clase de pilates, hot yoga o barre. Después de probar muchas clases esas tres actividades son las que más me gustan porque me parecen que dan muy buenos los resultados en las mujeres; te mejora muchísimo la postura, las piernas y los abdominales. Y lo que trato siempre, aunque sea una obviedad, es tomar mucha agua, especialmente cuando estás viajando mucho y tenés que llegar y trabajar.